Dom 21.09.2008

EL PAíS  › EL FINANCISTA GEORGE SOROS HABLA DE LA CRISIS MUNDIAL

“Esto fue una superburbuja”

Lúcido operador global, ve el crac como el fin de una era dominada por el dólar y la hegemonía norteamericana. China, afirma, es el país que mejor emerge de la implosión y EE.UU. tendrá que cambiar para seguir al frente.

› Por José Manuel Calvo

George Soros se siente como el pastorcito que avisa que viene el lobo y nadie le cree, hasta que el lobo viene nomás. Este húngaro-norteamericano se hizo famoso en 1992 cuando decidió que la libra esterlina estaba sobrevaluada y operó ventas por 10.000 millones. La divisa inglesa se derrumbó y Soros ganó mil millones de dólares en un día, hazaña nunca vista. Con 78 años encima, ya no trabaja todos los días en su Soros Fund Management en Nueva York, se concentra en escribir –tiene diez libros publicados– y en avisar que el capitalismo financiero como lo conocemos tiene los días contados. La megacrisis de estos días no lo sorprende en absoluto: “No me duele la espalda y a mí cuando me equivoco me duele la espalda...”, explica.

Soros lleva años predicando un equilibrio perdido hace 25 años, cuando se pasó de un exceso de regulación a una notable ausencia de reglas que ahora estamos pagando. “Cuando uno busca la perfección, encuentra los problemas –dice–, y el problema no es el capitalismo en sí sino que se perdió de vista que un mínimo de reglas es indispensable para que las cosas funcionen.” El producto de esta falta de reglas es la “superburbuja” que acaba de explotar, “una superburbuja creada por una falta de realismo muy grande, una lectura de la realidad muy incorrecta”.

Con una fortuna personal de 9000 millones de dólares, Soros ve este momento como un fin de era. “Terminó una época, una manera concreta de organización global basada en el dominio del dólar. El consenso de Washington impuso una disciplina de mercado a todos los miembros de la economía global, a todos los países, excepto EE.UU. Estados Unidos tenía el dólar, la divisa que todos los demás aceptaban; sus únicas limitaciones eran las que se imponía a sí mismo. Y esto resultó no ser muy eficaz. Estados Unidos acabó utilizando todos los ahorros del mundo para apoyar el consumo interno. Al final consumimos un 6 por ciento más de lo que producíamos. Esto podría haber continuado así, porque había países como China, y antes Japón, encantados de proporcionar crédito y acumular riqueza, pero entonces las familias se vieron desbordadas por la deuda, debido a la burbuja inmobiliaria.”

A Soros no le queda nada en claro el futuro, “que es imposible de leer o adivinar. Ahora estamos en un período de incertidumbre, porque no está claro qué es lo que viene: la idea de que podemos predecirlo es también una falsa idea. Depende de lo que hagamos, de cómo respondemos a la crisis. El mundo será muy diferente, por ejemplo, si es presidente Barack Obama o si lo es John McCain. Pero también es muy importante, quizá más importante, cómo responde China a la actual situación. Porque ahora mismo Norteamérica no tiene demasiadas opciones, debido a los límites que se han desarrollado: no podemos rebajar ya más los tipos de interés, no podemos aumentarlos tampoco..., estamos atascados”.

“China tiene mucho más margen que EE.UU., más capacidad, debido a su gran superávit, así que debería tomar iniciativas. Si China maneja mal la situación, habrá una crisis política, además de una crisis financiera, porque no hay democracia en China. Por tanto, no hay manera de que la gente exprese su descontento. Tienen, de hecho, un sistema muy extraño de creación de consensos; el comunismo chino es muy diferente del modelo estalinista. Los líderes chinos escuchan muy cuidadosamente a todas las partes y se mueven con mucha cautela. Pero si fracasan a la hora de lidiar con esta situación, habrá una gran rebelión.”

Lo que no quiere decir que Soros apueste acríticamente a que sobrevivan los Estados Unidos como primera potencia mundial. “El mundo está muy interconectado, pero los estados soberanos que lo conforman necesitan liderazgo. Si Estados Unidos proporciona el liderazgo adecuado, podría recuperar su posición de preeminencia. Yo aún tengo confianza en EE.UU. Pero lo que creo es que se ha cometido un gran error político que empezó con Ronald Reagan, con el fundamentalismo de mercado. Luego con Bush, con el Bush actual, tratando de usar nuestra superioridad militar para imponer sus dictados al mundo. Ese ha sido un error terrible. Pero es algo que ya estamos empezando a asumir, con lo que podemos ser capaces de corregirlo.” Soros no oculta su pobrísima opinión del presidente Bush: no duda de que será “el peor presidente en nuestra historia”. Por eso no se arrepiente de haber gastado más de 26 millones de dólares en la campaña electoral de 2004 tratando de frenar su reelección. Y por eso explica públicamente que, aunque es partidario de Obama, que ganara McCain “sería una mejora respecto de Bush”. Como el financista opina que será la economía la que decida la elección, realmente espera que Obama defina sus políticas. “Sus propuestas económicas son aún vagas, pero apuntan a medidas de respaldo al sector inmobiliario, iniciativas sobre energía, un segundo paquete de estímulos fiscales. Creo que Obama, aunque apoye un segundo paquete, se comportó como un auténtico hombre de Estado cuando se opuso a la reducción de los impuestos de la gasolina [tanto Hillary Clinton como McCain estaban a favor]. Y creo que en la actual situación, tan negativa, tendrá que recurrir a soluciones más radicales para abordar la crisis económica. Con el calentamiento global, que es la verdadera crisis que se le viene encima a la economía mundial, tenemos que hacer grandes inversiones en energías limpias. Creo que esas inversiones deberían sustituir el consumo como motor de la economía global. Y confío que él tenga la visión de abrazar este tipo de ideas.”

“La razón principal es que representaría una ruptura con el gobierno de Bush. Hay que llevar a cabo esa ruptura. Además, Obama tiene algunas cualidades, debido a su historia personal, que le permiten ver el mundo no desde un punto de vista rígido, sino desde muchos puntos de vista diferentes. Y eso es lo que necesitamos ahora, porque Estados Unidos tiene que dirigir el mundo admitiendo, teniendo en cuenta, los puntos de vista de otros países. Y yo creo que él es el hombre que puede hacer eso.”

Este punto de vista es típico de Soros, un outsider que se salvó del Holocausto adoptando una identidad falsa, logró emigrar a Londres al fin de la guerra y se pagó los estudios de Economía trabajando de mozo y changarín ferroviario. En la London School of Economics su profesor favorito, el que lo marcó, no fue un pensador financiero sino el filósofo Karl Popper. Soros intentó primero dedicarse a la filosofía, en Gran Bretaña y en Estados Unidos, donde emigró en 1956. Recién hacia mediados de los sesenta aceptó que su talento como inversor y especulador era muy superior al filosófico. Aun así, sus libros nunca se refieren solamente a modelos económicos sino a la realidad y las sociedades, con la economía como rasgo que permite entenderlas y modificarlas. Soros es, además, uno de los mayores filántropos del mundo.

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