Mar 07.10.2008

EL PAíS  › LA PRESIDENTA RECIBIó A LA VIUDA Y A LOS HIJOS DEL LíDER DE LA CGT

La familia Rucci, en Olivos

Luego de la reapertura de la causa por el asesinato de José Ignacio Rucci, su familia pidió una audiencia con Cristina Fernández de Kirchner. Los hijos del sindicalista dijeron que la Presidenta se comprometió a que el crimen no quede impune.

En el marco de la reapertura de la causa por el asesinato de José Ignacio Rucci, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer en Olivos a la viuda y a los hijos del ex líder de la CGT. Nélida Blanca Vaglio y sus hijos Claudia y Aníbal Rucci habían solicitado la audiencia con la Presidenta, quien los recibió en la residencia oficial durante aproximadamente 20 minutos. Desde el Gobierno prefirieron no revelar el contenido de la reunión, realizada luego de la visita de la presidenta chilena Michelle Bachelet. Según los familiares, la Presidenta les dijo que haría los esfuerzos necesarios para que el crimen no quede impune y les pidió que le hagan llegar sus inquietudes a través del secretario general de Presidencia, Oscar Parrilli, y del titular de la CGT, Hugo Moyano.

Según el relato, hubo un momento para la emoción durante el encuentro. Fue cuando la viuda de Rucci estaba hablando y se puso a llorar. “Venga, Coca, siéntese a mi lado”, le pidió la Presidenta, antes de seguir conversando. Cristina Kirchner estuvo sola durante la reunión, y recién al final hizo esa referencia a Parrilli.

La Justicia resolvió días atrás reabrir la causa al aceptar como querellantes a los hijos del gremialista, por lo que ordenó una serie de medidas de prueba para investigar su homicidio, ocurrido el 25 de septiembre de 1973. Rucci fue acribillado en una emboscada, en la avenida Avellaneda 2935 de la ciudad de Buenos Aires, dos días después del triunfo electoral de Juan Domingo Perón para presidente.

A raíz del pedido de reapertura del crimen de Rucci, los hijos del gremialista mantuvieron un fuerte cruce con la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien había acusado al sindicalista de ser un “asesino de un montón de jóvenes”. Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo que la reapertura de la causa penal “va a ser la mejor forma de quitar pasiones y tensiones”.

También opinó Moyano, quien dijo que fue un crimen de lesa humanidad y luego se moderó al hablar sólo de la apertura de la causa.

Uno de los testimonios de la causa fue el del periodista Ceferino Reato, quien se amparó en la Constitución Nacional para no revelar a la Justicia nombres y datos de los montoneros que supuestamente habrían participado en el asesinato. El autor de Operación Traviata. ¿Quién mató a Rucci? declaró la semana pasada como testigo durante más de tres horas ante el juez federal Ariel Lijo y el fiscal Patricio Evers.

A la polémica por la autoría del crimen del titular de la CGT se le suma la discusión sobre la definición de los delitos de lesa humanidad. Desde los sectores pro castrenses se intenta utilizar este caso para reabrir el debate respecto de los crímenes cometidos por organizaciones guerrilleras, ignorando los fallos de la Corte Suprema donde se ratificó que sólo son delitos de lesa humanidad los cometidos desde el aparato del Estado.

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