El kirchnerismo comenzó su arremetida final en la Cámara de Diputados para aprobar el Presupuesto 2009. Ayer por la mañana consiguió dictamen favorable a las proyecciones económicas del Gobierno en la comisión legislativa, aunque decidió no arriesgar el pedido de preferencia para su tratamiento en una sesión convocada para ayer por la tarde y que finalmente decidió abortar por falta de quórum. En cambio, solicitó una sesión especial para el miércoles 15 de octubre a las 10.30, donde buscará darle media sanción al proyecto del Ejecutivo y girarlo al Senado. Para ese mismo día, la oposición –encabezada por la UCR, el PRO, la Coalición Cívica y el PJ disidente– también había anunciado una sesión especial en la que exigiría la coparticipación total de los recursos del impuesto al cheque y la eliminación de los superpoderes. La movida oficialista dejó al abanico opositor sin margen para expresar sus críticas.

Después de tres horas de debate en la Comisión de Presupuesto, los diputados oficialistas desestimaron los cuestionamientos opositores sobre los números oficiales –“elaborados antes que se desate la crisis financiera internacional”, señalaron– y aprobó un dictamen que respalda las previsiones económicas del Ejecutivo para el año que viene. Allí se establece una pauta de crecimiento del 4 por ciento y una inflación anual del 8; un dólar estable a 3,19 pesos, un superávit fiscal del 3,27 por ciento del PBI y una superávit comercial de casi 12 mil millones.

El presidente de la comisión legislativa, el kirchnerista Gustavo Marconato, leyó una lista de cambios al proyecto original en la que incluyó la modificación del estatuto del Banco Nación, que le permite al Ministerio de Economía disponer, con avales, hasta el 30 por ciento de los depósitos del Estado en esa entidad para afrontar deuda financiera. “En el artículo 11 se agregaron obras pedidas por los diputados”, afirmó Marconato sin dar precisiones. El diputado santafesino también dio cuenta de que a última hora se insertó otro artículo que dispone distintas partidas en manos del jefe de Gabinete, entre ellas la asignación de 10 millones de pesos a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte.

Desde la oposición volvieron a cuestionar las proyecciones. El radical Miguel Angel Giubergia insistió en la necesidad de revisar las variables presupuestarias frente a la debacle financiera internacional y lo ejemplificó afirmando que “un dólar estable de 3,19, en este contexto, ha quedado totalmente desactualizado”. Luego descargó sus dardos contra los superpoderes y afirmó que “entre 2004 y 2008 el Gobierno manejó discrecionalmente 162.000 millones de pesos y por fuera del Presupuesto con la subestimación del crecimiento económico”.

“No es posible sostener una inflación del 8 por ciento en el Presupuesto 2009, cuando, según los IPC de las provincias, ese índice ronda el 30 por ciento. También es irreal estimar un crecimiento de 4 por ciento, igual al de los últimos 5 años, cuando las circunstancias económicas del año que viene no serán las mismas”, sostuvo la diputada de la CC, Fernanda Reyes.

Después de explayarse sobre los mismos argumentos, el macrista Federico Pinedo sostuvo que era “escandaloso votar ese presupuesto”. El peronista disidente Jorge Sarghini criticó las proyecciones del Gobierno pero tomó distancia del resto de los opositores que reclaman la coparticipación del impuesto al cheque: “Es un impuesto distorsivo y si se coparticipa quedará para siempre”, dijo.

La nota disonante del arco opositor la dio Carlos Raimundi. El diputado del SI hizo su autocrítica por haber votado los superpoderes a Domingo Cavallo durante el gobierno de la Alianza, que “aunque acotados, eran infinitamente superiores a los de este gobierno”. Luego admitió que “la reasignación de partidas es una facultad que utilizan todos los gobiernos del mundo”. Igual, reclamó que era “necesario ponerle límites”.

El SI y el diputado de la CTA Claudio Lozano preparan un dictamen conjunto en el que propondrán mayores partidas para la universalización de la ayuda social y medidas para los sectores productivos nacionales.

A las tres de la tarde, después de finalizado el plenario de la Comisión de Presupuesto, el oficialismo ya había desestimado la idea de ir al recinto y pedir la preferencia para su tratamiento la semana que viene. Entonces, el kirchnerismo abortó la sesión de ayer tras repasar una simple cuenta: la oposición lo obligaría a formar su propio quórum y en el Palacio Legislativo sólo había 90 diputados oficialistas, lejos de los 129 necesarios para sesionar.

Rápidamente tomó una decisión que invertiría la ecuación. Convocó a una sesión especial para el miércoles próximo, el mismo día que la oposición también tenía prevista otra sesión especial para intentar anular los superpoderes. La diferencia será que el miércoles 15, la oposición difícilmente logre quórum propio y el oficialismo tendrá a todos sus hombres y a sus aliados más cercanos dispuestos a buscar la aprobación del Presupuesto.