EL PAíS › MACRI REITERó QUE NO HAY PLATA PARA AUMENTAR LOS SALARIOS Y LOS MAESTROS RATIFICARON EL PARO DE 48 HORAS A PARTIR DE HOY
El jefe de Gobierno porteño se sentó con los diecisiete gremios de la educación, insistió en que no hay presupuesto para mejorar sueldos. La confirmación potenció el malestar sindical que hoy completará la huelga con una marcha.
› Por Laura Vales
Tras el fracaso del encuentro mano a mano con Mauricio Macri, los docentes porteños comienzan hoy un nuevo paro de 48 horas. La medida de fuerza en reclamo de una mejora que compense la suba en el costo de la vida busca llevar el sueldo inicial de los maestros a 1450 pesos, con un 20 por ciento de aumento para todo el sector. Los gremios la convocaron teniendo presente que en la provincia de Buenos Aires sus pares acaban de obtener esa mejora; pero la administración macrista insistió ayer en que en la Capital Federal “no hay plata” para hacer lo mismo. El paro se sentirá sobre todo en los colegios públicos y será acompañado este mediodía por una movilización a la Jefatura de Gobierno.
Con la protesta, llegarán a ocho los días sin clases en lo que va del año debido al reclamo salarial. El gobierno porteño anticipó que para garantizar un mínimo de 180 días de clases extenderá el ciclo lectivo durante el mes de diciembre. Además, descontará la jornada a los que adhieran a la huelga.
Ayer, en vísperas del paro, Macri convocó a los gremios a una reunión que se anunció como un intento de frenar la medida. Esperó a los gremios en el salón comedor de la Jefatura de Gobierno acompañado por el ministro de Educación, Mariano Narodowski, y el de Hacienda, Néstor Grindetti. La elección del lugar se hizo seguramente por el largo de la mesa: en la Capital Federal hay diecisiete gremios docentes, y a dos representantes por sindicato la delegación gremial sumó a 34 personas. Pero fue una invitación al diálogo destinada a un mal final, ya que los funcionarios reiteraron que no otorgarán ningún tipo de aumento. El argumento que Macri dio a los dirigentes docentes fue que mejorar los salarios podría “generar problemas presupuestarios en el 2009”.
Tras la reunión, sus ministros dieron una conferencia de prensa para defender esta postura. Narodowski, Grindetti y el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, señalaron en ella que los docentes ya recibieron este año un aumento del 24 por ciento. “Les dimos más que al resto de los estatales, que tuvieron un 19,5”, sostuvo Rodríguez Larreta, sin aclarar que el porcentaje del 24 a los docentes no fue otorgado por decisión del gobierno de la ciudad, sino que es el piso que fijó la paritaria nacional, obligatorio para todo el país.
El jefe de Gabinete porteño se quejó de que “pese a que hemos dado respuesta a la mayoría de las cuestiones que nos plantearon y que mantenemos una única diferencia sobre cuándo incrementar los salarios, los chicos no tendrán clases”. Es que el macrismo dice que está dispuesto a discutir un aumento, pero para el año que viene.
Narodowski, por su parte, lamentó la “nueva pérdida de clases” y los consideró días “que no se pueden recuperar del todo aunque extendamos el ciclo lectivo”. El ministro fustigó a los dirigentes por “plantear una medida de fuerza dos meses después de cobrar un aumento de sueldo” y deslizó que el sindicato de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE, integrante de Ctera) está “endureciendo su postura porque tiene elecciones internas en quince días”.
Otra de las ideas que buscó instalar la administración macrista fue la debilidad del paro: subrayó que la mitad de las escuelas de la Capital son privadas, y que en ellas los docentes no suelen adherir a las medidas de fuerza.
Los sindicatos replicaron las acusaciones y denunciaron que Macri está vaciando la educación pública. “Acaba de aumentar el presupuesto de la ciudad en 1500 millones, de los cuales destinó 100 millones a más subsidios para la educación privada”, apuntó Eduardo López, secretario gremial de UTE. El macrismo dice, en cambio, que “de esos 1500 millones, 600 son para financiar el aumento docente”.
El conflicto expresa un conjunto de problemas. Ellos son:
- Salarios: un maestro con un cargo gana 1290 pesos; el reclamo es que ese piso suba a 1450, con una mejora en todos los sueldos docentes del 20 por ciento. Otro aspecto del reclamo es que el sueldo inicial se pague por cada cargo. En la Capital Federal si un maestro toma un segundo cargo –si da clases de mañana y de tarde– gana 1800 pesos, lo que equivaldría a 900 por cargo en lugar de 1290. Los gremios piden iguales condiciones que en la provincia de Buenos Aires, donde el sueldo por cargo es de 1450 y en el caso de tener dos cargos ganan exactamente el doble, 2800 pesos. “Esta diferencia de condiciones entre Capital y provincia está generando que los docentes se vayan a buscar trabajo del otro lado de la General Paz, porque con sólo cruzarla se gana más”, señaló López. El dirigente lo ejemplificó de esta manera: “Con dos cargos en Capital el sueldo es de 1800 pesos, con dos cargos en provincia es de 2800. Otro dato: para ganar lo mismo que lo que un docente que se inicia en la provincia, en Capital hay que tener 12 años de antigüedad”.
Esta disparidad vuelve difícil cubrir 500 puestos vacantes en las escuelas públicas de la ciudad. Los gremios también cuestionan que se diga que no hay fondos para los sueldos docentes cuando el ministro “se aumentó el sueldo y hoy cobra 12 mil pesos”, detalló Francisco “Tito” Nenna, secretario general de UTE. “Mientras tanto, la ciudad con el PBI más alto del país tiene uno de los salarios docentes más bajos.”
- Becas: el macrismo suspendió 30 mil becas, de las cuales restituyó 15 mil, luego de los reclamos encabezados por los estudiantes secundarios. Se pide por las que todavía faltan. Se trata de becas de 600 pesos anuales, que los chicos de bajos recursos reciben para libros, útiles y pasajes, a un promedio de 60 pesos por mes.
- Comida: el reclamo principal es que su calidad bajó desde que Macri gobierna. Por ejemplo, habían reemplazado –según el macrismo, “como prueba piloto”– la carne en el menú de los jueves por trisoja (la semana pasada debieron dar marcha atrás). También cambiaron el pollo que se servía los martes, en cuyo lugar ahora hay salchichas. El reclamo es que se vuelvan a incluir proteínas de calidad.
- Infraestructura: falta de gas, de vidrios y problemas de energía eléctrica en las escuelas. Aunque hay fondos para arreglar los edificios, esas partidas están subejecutadas.
¿Para qué convocó Macri a los gremios? Sin dudas, para mostrar públicamente que está “dispuesto al diálogo”. Tras el resultado fallido de la reunión, sus principales colaboradores destacaron que el jefe de Gobierno porteño había hablado a los gremios “con honestidad” y que “nunca jugó al poker” en este conflicto que lleva ya tres meses. El mensaje no estaba destinado a los gremios, sino a la sociedad porteña; nadie que haga política desconoce que en esta época los conflictos gremiales se ganan con apoyo social y naufragan cuando hay indiferencia. El macrismo cuenta con que el 50 por ciento de los padres mandan a sus chicos a escuelas privadas como un dato a su favor, y da toda la impresión de que busca reforzar esa tendencia.
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