EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER CELEBRó EL 17 DE OCTUBRE JUNTO AL PERONISMO BONAERENSE EN LOS POLVORINES
En la celebración principal por el Día de la Lealtad, la Presidenta eligió la compañía del peronismo bonaerense. En la cancha de San Miguel hubo llamados a la unidad y críticas a las entidades agropecuarias y a Julio Cobos.
› Por Daniel Miguez
Quizás el principal objetivo del acto de la presidenta Cristina Kirchner en Los Polvorines, casi en paralelo al que hacía su esposo Néstor Kirchner en Paraná, haya sido darle lustre a la conmemoración del Día de la Lealtad del peronismo bonaerense, una de las principales patas donde se apoya el Gobierno. Aprovechó la celebración en la cancha de San Miguel para recordar la deslealtad del vicepresidente Julio Cobos –lo mismo haría su marido– al votar en contra del proyecto de retenciones móviles. Y también hizo hincapié en lo que considera una de las claves para que Argentina se mantenga en superficie en medio del tsunami financiero: “La voluntad de asegurar el salario a nuestros trabajadores y la producción a nuestros empresarios y comerciantes”.
El anfitrión fue el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, quien abrió la tríada de discursos que completó el gobernador Daniel Scioli. Fue un acto de los intendentes peronistas del conurbano: había banderas de casi todos los distritos. Y arriba del escenario lo reafirmaban las presencias de Fernando Espinoza (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Osvaldo Amieiro (San Fernando), Raúl Othacehé (Merlo) y Mario Ishii (José C. Paz), entre otros. También era notoria la presencia de la gente de Aldo Rico, quien siguió el acto abajo del palco.
La Presidenta se ubicó en una mesa donde la acompañaban Scioli y el vicegobernador Alberto Balestrini. Detrás de ellos se ubicaron el jefe de Gabinete, Sergio Massa; los ministros Julio De Vido, Florencio Randazzo, Jorge Taiana y Carlos Tomada. Del elenco oficial pudo verse, además, al secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Scioli habló de la intención de Cristina Kirchner de “profundizar los cambios” y sentenció: “La provincia de Buenos Aires estará siempre poniendo el pecho, redoblando los esfuerzos porque la suerte de la provincia está atada a la suerte de la Nación”.
Las primeras palabras de la Presidenta fueron para recordar que “la lealtad de los trabajadores, en aquel 17 de octubre, tuvo que ver, y tiene que ver también, con la coherencia de los propios intereses, no de los individuales, sino de los colectivos”. De allí a calzarle el sayo a Cobos hubo un solo paso: “Una lealtad que siempre, como todas las lealtades son a dos puntas, no existe lealtad de un solo lado, existe lealtad del pueblo que reconoce en los dirigentes que lo representan y que lo defienden a sus verdaderos representantes. Y existe lealtad en los dirigentes, cuando éstos no traicionan el voto popular y defienden el proyecto por el cual fueron votados”.
Después articuló el nacimiento del peronismo con los cambios de paradigma –así lo definió– que se dan en el mundo. “El peronismo no fue sólo un movimiento político que representaba a los trabajadores, el peronismo fue la respuesta argentina a un mundo que después de la Segunda Guerra Mundial se había dividido en dos ideologías: por un lado, el capitalismo más individualista y egoísta que se pueda conocer; y por el otro, el estatismo estúpido, que cayó allá en el ’89 con el Muro de Berlín”.
La Presidenta sostuvo que entre otros aprendizajes los peronistas “hemos comprendido que con nosotros solos no basta, que es necesario convocar a todos los que crean en la Patria, en la producción, en el trabajo, en la educación, en la salud y en la cultura”. “Y en estos años que han corrido desde el 25 de mayo del año 2003 –continuó–, hemos podido demostrar que aquellas ideas que algunos acusaban de nostálgicas y del pasado, supieron reconstruir el tejido social y productivo argentinos y devolverles dignidad, educación y trabajo a todos los argentinos.”
Como aquel acto en mayo pasado en la cancha de Almagro cuando la Presidenta retó a “los de la corneta”, ayer también pidió que aplaquen su fervor los muchachos de los bombos “para que podamos escucharnos”.
Logrado el objetivo, y en una alusión similar a la que había hecho a la mañana en un acto en La Matanza, pareció reclamarles a las cámaras agropecuarias que se opusieron a las retenciones móviles las obras de infraestructura social al que se iba a destinar ese dinero extra. Señaló que la profundización del modelo exige “tener en claro cuáles son los intereses que tenemos que defender y representar, porque también, muchas veces, por cosas que pasan, sectores sociales confunden sus intereses y terminan sirviendo a los intereses de pequeñas minorías”.
Por último, en referencia al acuerdo que viene negociando con las cámaras empresariales y la CGT, afirmó que seguirá trabajando “para que este modelo se profundice y podamos seguir asegurando el salario para los trabajadores y la producción para nuestros empresarios”. Para el final quedó la marcha peronista que sigue cantando entonadamente Hugo del Carril, la lluvia de papelitos y los saludos de la Presidenta debajo del escenario.
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