EL PAíS › CON 188 SOBRE 236 ASAMBLEíSTAS PRESENTES DELIBERó AYER EL MáXIMO CUERPO DE LA UBA
Las protestas callejeras de los estudiantes de la FUBA no impidieron esta vez el debate en la Asamblea Universitaria. Modificaron sesenta artículos, con el aval de los 13 decanos. La discusión sobre el cogobierno quedó para un próximo cónclave.
› Por Julián Bruschtein
Y un día la UBA realizó la asamblea y reformó sus estatutos. O al menos una parte. En una larga jornada que duró aún más de lo que tenían previsto las autoridades académicas, los asambleístas aprobaron la modificación de más de setenta artículos entre los que se incluye la creación de ciclos compartidos entre carreras por los que se otorgarán títulos intermedios, consagra la gratuidad de la enseñanza y fortalece la carrera docente (ver aparte). Los estudiantes de la FUBA marcaron su rechazo al vallado policial en la calle y a las modificaciones pero participaron del debate. La asamblea se comprometió a convocar a una nueva reunión “dentro de los ciento veinte días hábiles universitarios” para tratar la reforma de los artículos referidos al cogobierno.
A las 9.30 comenzó a tomar lista para verificar el quórum el secretario general de la UBA, Carlos Mas Vélez, sentado al lado de quien presidía el encuentro, el rector Ruben Hallu. El rector saludó que fuera “la primera asamblea para reformar los estatutos desde 1958”. Fueron 188 los asambleístas presentes en el recinto de los 236 que componen la asamblea en su totalidad. Antes, sobre la entrada del Colegio Nacional de Buenos Aires en la calle Bolívar, un grupo de estudiantes de la FUBA junto a otras agrupaciones se concentraban frente al fuerte operativo policial que vallaba todo el ingreso. Una columna de militantes del Movimiento Universitario Sur, con caretas y nariz de payaso cantaban: “Y che Hallú/ y che Hallú/ esta asamblea es el circo de Moscú”.
El ambiente en el aula magna era otro. A diferencia de la anterior, realizada en agosto del año pasado, no había gritos, ni megáfonos, ni público que impidiera la intervención de los académicos. Una vez finalizada la constatación del quórum empezaron los pedidos de los dirigentes estudiantiles para que se tratase el levantamiento de las medidas de seguridad, pero no tuvieron eco en la votación. Luego de escuchar las intervenciones de los dirigentes gremiales no docentes, Jorge Anró, de los docentes AGD, Néstor Correa, y Aduba, Daniel Ricci, y el encendido discurso en el que el presidente de la FUBA, Cristian Henkel (PO), denunció “la asamblea reaccionaria”, se pasó a tratar el orden del día.
A partir de ahí comenzó una intensa discusión entre los representantes estudiantiles y Hallu y Mas Vélez, quienes plantearon que primero se votaba y después se exponía la fundamentación. Esto enfureció a los estudiantes que se agolparon en el estrado para reclamar el debate mientras el secretario general leía uno a uno los nombres de los presentes para la votación nominal. Allí sí fue todo gritos y denuncias de parte de los dirigentes de izquierda del estudiantado de la UBA. Malena Solesio (PO), consejera superior por la minoría estudiantil, acusaba a los decanos progresistas de hacer “lo contrario de lo que dicen”, señalando a Jorge Aliaga, autoridad académica de la Facultad de Ciencias Exactas. El proyecto presentado por el oficialismo fue aprobado con 164 votos a favor, 16 en contra y 8 abstenciones. El hecho de haber votado en general primero y luego fundamentar el voto generó también abstenciones y sufragios negativos de parte de algunos asambleístas de la minoría que responde al sector de los cuatro decanos, espacio de centroizquierda.
El planteo de la FUBA se centró en demostrar cómo las modificaciones propuestas tenían relación directa con “la Ley de Educación Superior sancionada por el menemismo, y a espaldas de las mayorías de la UBA”, según expuso Yann Cristal (CEPA-PCR). La intervención de los oradores fue ordenada durante el transcurso de la asamblea y el decano de Sociales, Federico Schuster, defendió las modificaciones incluidas porque “se introduce la idea de autonomía como derecho, la igualdad de género sin discriminación y condiciones dignas para descentralizar las cátedras”. Además agregó que todavía el “estatuto es perfectible”, a la vez que rechazó las imputaciones de la FUBA que decían que la reforma contenía los preceptos de la LES, y tampoco “las políticas privatizadoras, ni las peores prácticas neoliberales del menemismo”.
El proyecto aprobado en general contó con el consenso de los trece decanos. Sobre el final surgieron algunas diferencias con la redacción de los artículos así que se resolvió que las tome una “comisión de coordinación de estilo” para que ordene el texto. La propuesta fue realizada por el consejero radical Martín Marcos, quien resaltó “el debate universitario” que se había dado y destacó que la reforma se había logrado con un “consenso mayoritario que demuestra madurez. Es un importante paso teniendo en cuenta la historia reciente”, recordando las constantes asambleas truncas que se sucedieron los últimos dos años. Antes de terminar, tres temas del orden del día fueron pasados al Consejo Superior para ser tratados en el próximo encuentro soberano, que será convocado dentro de los próximos 120 días hábiles para reformar los polémicos artículos que regulan el cogobierno. Como anticipó PáginaI12 ayer los asambleístas respaldaron de forma unánime a través de una declaración el reclamo presupuestario de 2400 millones de pesos solicitados al gobierno nacional, con el detalle de que la votación se hizo de pie y con aplausos no sólo por la declaración sino también por haber logrado concretar una asamblea que ya había pasado por un cuarto intermedio por falta de quórum y varias suspensiones.
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