Dom 09.11.2008

EL PAíS  › FELIPE SOLA PREPARA SU ALEJAMIENTO DEL BLOQUE DE DIPUTADOS DEL FRENTE PARA LA VICTORIA

En carrera para pegar el salto

El ex gobernador bonaerense ya decidió dejar la bancada K. No lo anunció esta semana porque prefirió esperar la vuelta al país de Irma García y Zulema Daher, quienes lo acompañarían. Piensa fundar un interbloque de peronistas disidentes.

› Por Martín Piqué

En su medida y armoniosamente, si eso es posible. La fórmula que proponía el General para relajar las ansiedades parece haberse convertido en la frase de cabecera de Felipe Solá. El diputado se está tomando su tiempo, de allí la cita a Perón, para confirmar lo que a esta altura ya es percibido como un hecho: su alejamiento definitivo de la bancada kirchnerista y su pretensión de fundar un interbloque de peronistas disidentes. Esta semana, el manejo de los tiempos hizo que Solá anunciara y desmintiera en menos de 24 horas su salida del bloque oficialista. El ida y vuelta tuvo su razón de ser. Solá no quiere dar la imagen de soledad ante sus ex compañeros de bloque. Por eso decidió no anunciar su retiro hasta que regresen al país dos diputadas del FpV que están de viaje: la pampeana Irma García y la salteña Zulema Daher. Ambas legisladoras también saltarían el charco. El ex gobernador ya está recibiendo felicitaciones por su decisión de romper lanzas. “Es bueno que se vayan atreviendo a separarse del kirchnerismo”, lo felicitó la senadora Chiche Duhalde.

Al igual que en el conflicto por las retenciones, Solá aprovechó la discusión parlamentaria sobre las AFJP para mostrar sus diferencias con el Gobierno. Dijo que estaba de acuerdo con la idea de fondo, la eliminación de la administración privada de los fondos jubilatorios, pero cuestionó en duros términos la forma en que se había lanzado la iniciativa. “Fue un atropello”, criticó. Solá recordó que hace un año los trabajadores aportantes a las AFJP pudieron optar entre volver al sistema de reparto o permanecer en la jubilación privada. Además de rechazar la propuesta del oficialismo, Solá estampó su firma a un proyecto alternativo impulsado por el diputado Enrique Thomas. Mendocino, justicialista y hombre de confianza del vice Julio Cobos, Thomas es uno de los interlocutores preferidos de Solá en el Congreso. La permanente sintonía con Thomas hace prever un acuerdo electoral entre Solá y Cobos con vistas al 2009.

Aunque en su momento tuvo con el ex gobernador una relación signada por el odio (mutuo), Chiche Duhalde ahora lo imagina con un rol importante en el corto y mediano plazo. “Solá parece que también se presenta. Creo que todos aquellos que no están de acuerdo con el kirchnerismo deben tratar de trabajar”, arengó. Solá sabe que su imagen rankea en las encuestas, y por eso adelanta movimientos que por el momento no termina de concretar. La señal más fuerte la dio a fines del mes pasado, cuando hizo pública su decisión de crear una nueva fuerza política de cara a las elecciones del año próximo. También adelantó la posibilidad de competir como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, para lo cual aclaró que primero renunciaría a la banca que ocupa en la actualidad. En 2007, Solá ocupó el primer lugar de la lista de diputados del kirchnerismo, su apellido iba detrás de la candidatura presidencial de Cristina Fernández.

Que los puentes entre Solá y el Gobierno están cortados en forma definitiva ya no es ninguna sorpresa. Si el diputado se encarga de dinamitar cualquier posibilidad de retorno con sus decisiones personales, la Casa Rosada tampoco le va en zaga. Una última prueba de esto fue el nombramiento de un estrecho colaborador de Solá hasta hace poco, su ex ministro de Justicia Edgardo Di Rocco, como secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior. Durante la gestión de Solá, Di Rocco tuvo que lidiar con asuntos muy delicados como el incendio en el penal de Magdalena en el que murieron 32 presos. Dirigente histórico del peronismo de San Nicolás, donde por años estuvo muy enfrentado con José María Díaz Bancalari, Di Rocco fue premiado con un cargo en la lista que postula a Alberto Balestrini como presidente del PJ bonaerense: figura como cuarto consejero por la segunda sección electoral.

Un ex funcionario bonaerense que compartió muchas horas con Solá cree que la decisión del Ejecutivo está clara. “No lo quieren integrar, sino ralear”, interpretó ante PáginaI12. “Le están recortando tipos que históricamente estuvieron ligados a él”, argumentó en relación a la designación de Di Rocco. Sin embargo, el hombre que supo compartir la gestión de la provincia con el hoy diputado opina que las decisiones del Gobierno no justifican “el giro a la derecha” de Solá. “A muchos de los que estuvimos cerca de él en los dos últimos años nos llaman la atención las posturas de Felipe”, comentó el ex funcionario. Quienes conocen a Solá desde hace tiempo cuentan que en las últimas semanas tuvo desacuerdos fuertes, en algunos casos discusiones, con hombres y mujeres que lo acompañaron en sus dos mandatos como gobernador.

Solá todavía no sabe cuál será su destino. Pero se lo imagina importante. También sabe, o al menos eso dice, lo que pretende evitar. En una reunión casi secreta que mantuvo hace un mes llegó a recordar una escena de la película La Patagonia Rebelde: cuando el nacionalista coronel Varela, tras ordenar el fusilamiento de delegados, sindicalistas y peones rurales, observa con desencanto cómo los estancieros de origen inglés brindan en su nombre y cantan “God Save The Queen”. Al interlocutor de Solá le quedó claro que el ex gobernador también quiere rehuir la tentación de convertirse en algo así como el “idiota útil” que archive al kirchnerismo en el baúl de los recuerdos. La pregunta natural, al trasladar ese ejemplo al futuro inmediato, es quiénes serían los estancieros que festejan.

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