Se sabe que Mauricio Macri no tiene “más plata” para los docentes. Sin embargo, la oposición viene denunciando que para las empresas de recolección de basura el jefe de gobierno porteño asignó unos 200 millones de pesos extra. Desde el macrismo ahora podrán decir que es un dinero que vuelve a los vecinos. Por ejemplo, en la gestión PRO plantean que las empresas gastaron un 3 por ciento de esa cifra en una campaña llamada “Jugá limpio”, que incluye el reparto de remeras verdes y batucadas caribeñas por todos los barrios, en las que usan tachos de basura como tambores, al estilo Stomp. “Limpiá Buenos Aires / si basura generás / la tenés que tirar”, cantan las comparsas que se empezaron a ver por Palermo y Caballito, entre otros barrios. Por su parte, el legislador de Diálogo por Buenos Aires, Eduardo Epsteyn, presentó una denuncia porque los mensajes de texto incluidos en la campaña no los pagan las empresas sino el gobierno porteño. El legislador también se encontró con que la campaña está copiada de una idéntica de Belgrano Day School.
A la reunión del G-20 que se realizará el 14 y 15 de noviembre en Washington para tratar la crisis financiera internacional están invitados los ministros de Economía de cada país para que acompañen a los respectivos presidentes en las discusiones. El tema generó resquemores en Gobierno, porque nadie se imaginaba a Cristina Kirchner participando de un foro de semejante magnitud con la única compañía del ministro Carlos Fernández, sin mucha experiencia en estas lides. Por eso se inició una sigilosa tratativa que dio sus frutos: se consiguió que el canciller Jorge Taiana sea incluido en la comitiva como uno más. La Presidenta, dicen, respiró aliviada.
Ocupado como está entre planes de reactivación económica y presiones para que no modifique la política militar estadounidense, Barack Obama no se pudo enterar de que un dirigente popular argentino, de nombre Luis D’Elía, fue calificado como “terrorista argentino” por un enviado del programa Caiga Quien Caiga a las elecciones en Estados Unidos. A D’Elía, previsiblemente, el epíteto le pareció discriminatorio, pero no quiso entrar en otra polémica. Lo que pocos saben es que D’Elía consiguió una remera oficial de la campaña del presidente electo: una t-shirt (remera, en inglés) con la leyenda “Obama-Biden” de color entre gris y azul. De buen humor, el fundador de la Federación de Tierra y Vivienda se paseaba el martes ante sus colaboradores mostrando la codiciada camiseta de Obama. Se la había traído de Estados Unidos una amiga norteamericana.
Su temperamento, su pasión por Boca Juniors y su jerga campechana suelen destacarlo en todos lados. También su devoción por Juan Manuel de Rosas, de quien tiene un cuadro pintado por Raúl Moneta, un homónimo del empresario de medios. El diputado Carlos Kunkel, de él se trata, reunió a muchísimos invitados en su cumpleaños número 63. La convocatoria fue en un restaurante de Florencio Varela de propiedad del flamante presidente del club xeneize, Jorge Amor. La lista de presencias batió records: estuvieron Antonio Cafiero, Alberto Balestrini, Julio Pereyra, Roberto Bendini, Juan Carlos Dante Gullo, el rector de la UBA, Ruben Hallu, José María Díaz Bancalari, Julio Piumato, Francisco “Barba” Gutiérrez... y siguen los nombres.
Antes de empezar a funcionar, la fundación que planea lanzar el vicepresidente Julio Cobos ya se topó con algunos obstáculos. Primero, cuando lograban un acuerdo sobre el nombre, tropezaban con que ya había sido registrado. Pensaron en llamarla fundación “ConFe”, como el partido Consenso Federal; después pensaron en “Ideal”, Ideas para el Desarrollo de América Latina, y finalmente se quedaron con “Idear”, Ideas para el Desarrollo Económico de la Argentina. Superado el escollo, comenzaron los problemas con las autoridades. Se habló de Laura Montero, la ex ministra de Economía de Cobos en Mendoza, de Daniel Katz, el jefe del bloque de ConFe en Diputados, hasta que se saldó la discusión con la designación del vice como titular de la fundación. Apremiados por empezar a trabajar, les faltaba encontrar el lugar indicado. En un primer momento se había rumoreado que usarían las oficinas del radical Rafael Pascual, pero eso fue descartado de plano. “Habíamos encontrado un lugar muy lindo en Belgrano, pero a Cobos no le gustó, le pareció muy ostentoso”, se quejó un dirigente cobista. Algunos, ya ansiosos, se entusiasman con que sólo les queda sortear ese último problema.
Días atrás, la ex diputada Marina Cassese, furiosa peronista anti-K, le reclamó a la presidenta Cristina Kirchner que repitiera el homenaje que le había hecho a Raúl Alfonsín en el Salón de Bustos “con los peronistas que lo sucedieron”. Cassese pidió el mismo trato para Carlos Menem, Ramón Puerta, Eduardo Duhalde, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño, Néstor Kirchner y “hasta el propio De la Rúa”, que tanto aportaron “a la paz social, pero sobre todo a la democracia”, tal como se le reconocía a Alfonsín. Desde la Casa Rosada explicaban que a Cassese se le escapaban algunas cuestiones reglamentarias. Primero, que para que los presidentes tengan su busto deben pasar, al menos, dos mandatos constitucionales completos desde su salida, algo que ni De la Rúa, ni Duhalde, ni Kirchner cumplirían. Por otro lado, en la Secretaría General de la Presidencia –el área que se encarga del tema– ya se determinó que a Duhalde le corresponderá un busto porque asumió por “mandato constitucional” de la Asamblea Legislativa. En cambio, los breves presidentes que gobernaron aquel ajetreado fin de 2001 sólo lo hicieron de manera provisoria.
Como informó este diario, el represor Julio Cirino, jefe de un grupo de tareas durante la dictadura, está vinculado con una fundación de estrechas relaciones con el macrismo. También suele presentarse como columnista en el programa de cable La caja de Pandora, que conduce la apologista de la tortura y el terrorismo de Estado, Malú Kikuchi. En la página web del programa se pueden encontrar links muy sugestivos. Invitaciones a visitar el sitio de Seprin, conocido nicho de los servicios de inteligencia que gustan compartir su trabajo en el bar Florida Garden, que también tiene su publicidad en la web, al igual que la Fundación Axel Blumberg. Por si quedaban dudas de las relaciones entre Kikuchi, Cirino y el macrismo, el aviso más vistoso de la página es el del Banco Ciudad.
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