EL PAíS › RECONSTRUIRáN LA MAñANA EN QUE DESAPARECIó LóPEZ
A veintisiete meses de la última vez que se vio a Jorge Julio López en Los Hornos, la Justicia recorrerrá las calles con los cuatro testigos que declararon haberlo visto esa mañana.
› Por Adriana Meyer
Los últimos pasos de Jorge Julio López por su barrio antes de ser desaparecido serán reconstruidos por orden judicial. Cuatro testigos, cuyos dichos no han sido refutados, afirmaron que se encontraron con su vecino entre las 9 y las 10 y media de la mañana de aquel lunes 18 de septiembre de 2006, en distintos puntos de Los Hornos y hoy los investigadores volverán a recorrer el camino que habría hecho el testigo del caso Etchecolatz antes de ser visto por última vez. La medida fue ordenada por el juez que investiga la desaparición de López, Arnaldo Corazza, a pedido del nuevo secretario de la causa, Juan Martín Nogueira, y se producirá en el marco de numerosas medidas procesales tomadas en los últimos días.
A López, el albañil de 77 años que sobrevivió a su cautiverio durante la dictadura y testimonió contra el represor Etchecolatz, lo acompañaba siempre su sobrino, Hugo Savegnago, en las actividades relacionadas con las denuncias que decidió hacer a partir de 1999. Aquel 18 tenía que presentarse para escuchar los alegatos en el juicio contra el ex colaborador de Ramón Camps, y por eso iba a encontrarse a las 9 y cuarto con Nilda Eloy, víctima, testigo y querellante como él en ese juicio. Se habían comprometido a respaldar con su presencia la palabra de sus abogadas, y López tenía especial interés en verle la cara a Etchecolatz. Pero esa mañana cuando Hugo llegó a la casa de Los Hornos su tío ya no estaba.
Cuatro testigos que declararon en la causa dijeron que vieron a López caminando por el barrio, en dirección contraria a los tribunales donde lo esperaban, y vestido con ropa diferente a la que usaba para ir a las audiencias. Una mujer relató que habló con él de cuestiones intrascendentes, y aseguró que lo conocía de toda la vida. Esta parte del expediente fue debidamente verificada por los investigadores, e incluso la querella de Justicia Ya! no duda de esos testimonios. Sin embargo, hay un momento de ese trayecto en que el rastro de López se pierde. “No pudimos seguir la ruta de López ese día, desde su casa hasta un local de Edelap, porque en un momento dado desaparece, nadie vio nada y si vio no habla por temor”, había dicho el juez Corazza a Página/12. El magistrado había aclarado que “hay que tener en cuenta que López vivía en un barrio de policías, con los que tenía un trato de vecinos”. De hecho, una de las vecinas de López es una mujer policía que formó parte del círculo íntimo del ex jefe de Inteligencia de la Bonaerense.
Es en ese sentido que apuntan las medidas propuestas por el secretario Nogueira, que se están haciendo con objetivos procesales concretos y que corresponden a dos de las hipótesis más fuertes que maneja el nuevo encargado del caso, familiarizado con causas por violaciones a los derechos humanos, sus víctimas y sus victimarios.
El procedimiento comenzará a las 9 en el domicilio de la familia López, participarán sus hijos Ruben y Gustavo y la querella de Justicia Ya!, y será concretado por los funcionarios de la causa con el apoyo de la comisión López de la Policía Federal, dado que la Bonaerense ya fue apartada del caso. “Es un reconocimiento judicial del lugar, para ver in situ los lugares por los que se movía López habitualmente, y constatar lo que dicen los testimonios de la gente que lo vio, y para nosotros tiene un gran valor, a pesar de los más de dos años transcurridos, porque tomamos la causa hace apenas unos meses”, explicó a Página/12 uno de los colaboradores de Nogueira. Más allá de esas razones, esta medida nunca había sido concretada en la investigación.
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