–Durante el conflicto agropecuario, el macrismo tuvo un alto nivel de coincidencias con todo el arco opositor, pero esto no se plasmó en un acuerdo electoral como el que lograron otras fuerzas, ¿qué pasó?

–Se lograron alianzas parlamentarias no electorales. La acción de la oposición en el Congreso fue muy amplia, desde el PJ no K al PS, pero eso fue decantando en distintas alternativas electorales.

–¿Lo decepciona?

–No, para nada. Nosotros seguimos cumpliendo con nuestra estrategia: lograr un acuerdo parlamentario que incluya a la mayoría de la oposición. Además, estamos trabajando en alianzas concretas, actualmente lo hacemos en conjunto con varias fuerzas políticas, como el PJ no K en la provincia de Buenos Aires.

–Pero las ambiciones de Felipe Solá y Francisco de Narváez parecen contrapuestas. ¿Piensa que el PRO puede zanjar esas diferencias?

–Con Solá tenemos un buen diálogo, pero eso no alcanza. También tenemos buen diálogo con De Narváez. Debemos amalgamar una unidad lo más amplia posible. Trabajamos junto con otros partidos más, pero todavía no hemos acordado con nadie.

–¿Le preocupa que otros partidos que trabajan en una amplia alianza opositora afirmen que su límite es Mauricio Macri para alcanzar un acuerdo electoral?

–Me parece legítimo de parte de ellos. Pero quienes ponen ese límite también lo están haciendo con el PRO y para el PRO no existe ninguna posibilidad de lograr un programa común sin Macri. Para nosotros, Macri es nuestro proyecto político.

–¿En la ciudad de Buenos Aires van a poder ampliar la alianza electoral?

–En la alianza que convirtió a Macri en jefe de Gobierno participan un importante sector del peronismo disidente y otros partidos de centro, como el Demócrata Progresista y el Partido Federal, además de un sector del radicalismo. Ya es una alianza muy amplia.

–Pero si toda la oposición no logra un acuerdo común y la elección se polariza, ¿el macrismo no saldría perjudicado?

–Uno de esos polos vamos a ser nosotros.

–¿Y el otro?

–Creemos que también va ser opositor al gobierno nacional.

–¿Se refiere al frente que formarían la Coalición Cívica, el radicalismo y el socialismo?

–Es probable.

–Macri se anticipó y tomó como propia la propuesta opositora de instalar la boleta única. ¿Qué podría cambiar esto en el electorado?

–Es una propuesta elaborada por el Foro para la Reforma Política en el que participan desde Patricia Walsh (Nueva Izquierda) hasta el PRO. Pretendemos que el electorado vote lo que quiere y no que no lo haga porque faltan boletas. Queremos elecciones más transparentes.

–¿Prosperará el proyecto?

–En la ciudad espero que sí, aunque se necesita de una mayoría especial y dependerá de la actitud del resto de la oposición. En el Congreso, creo decididamente que no, porque la mayoría kirchnerista lo va a impedir.

–¿Considera que la actitud de cada partido frente al conflicto agropecuario será decisiva a la hora de volcar el voto de los ciudadanos hacia uno y otro lado?

–Puede incidir. El campo votó muy mayoritariamente en contra del sistema que quería imponer el Gobierno. Cristina Fernández de Kirchner respondió apretando a todos los gobernadores e intendentes kirchneristas y multiplicando las internas para dividir.

–¿Esto también puede dividir a la oposición?

–Es posible pero poco probable.

–¿No le parece que aun con una excelente elección en Capital, pero sin correlato en el resto del país, echaría por tierra las aspiraciones presidenciales de Macri?

–Tenemos elementos que dicen lo contrario. Todas las encuestas y sondeos de opinión de intención de voto para presidente, en todo el país, muestran que la mejor imagen la tiene (Julio Cleto) Cobos y segundo está Macri.

–¿Entonces, para el PRO no hay otra opción?

–Nuestro proyecto es Macri presidente en 2011.