Lun 28.10.2002

EL PAíS  › LA REACCION DEL GOBIERNO ARGENTINO ANTE EL TRIUNFO DE LULA

La alegría no es sólo brasileña

Pese a los buenos modales diplomáticos, el Gobierno no pudo ocultar su satisfacción y espera la visita de Lula para el 19 de noviembre. Hubo carta de felicitación y llamado de Ruckauf. Y hasta una carta de Menem.

Aunque anunciado, el Gobierno no dejó de recibir el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil con alegría. “Es una esperanza para el continente y una inyección al Mercosur”, sintetizaba el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, quien había pasado por Olivos y había visto al presidente Eduardo Duhalde siguiendo de cerca las alternativas del ballottage brasileño. El canciller Carlos Ruckauf anunció que esperan la visita del presidente electo para el 19 de noviembre, dato confirmado por el secretario de relaciones internacionales del PT, Marco Aurélio García, quien anticipó que el primer viaje al exterior de Lula tendrá como destino Buenos Aires. Eso sí, en la Rosada aclaraban que la buena relación bilateral futura dependía en gran medida de que en la Argentina no ganara un candidato de ideología neoliberal “como Menem”. Lo que no sabían era que Menem ya le había escrito un mensaje de saludos a Lula.
Igual que había sucedido en la primera vuelta, la reacción de Duhalde fue muy cuidadosa, cuestión de no herir las susceptibilidades del presidente Fernando Henrique Cardoso y del candidato oficialista José Serra. Duhalde esperó a que la victoria de Lula quedara confirmadísima y recién entonces dio el visto bueno para que le hicieran llegar al candidato del PT una nota de felicitación. La conversación telefónica quedó para hoy.
Ruckauf, en cambio, conversó con Marco Aurélio García, virtual canciller de Lula, con quien acordó un párrafo para el comunicado oficial. “El Mercosur es para las dos naciones una opción estratégica que va más allá de sus objetivos económico-comerciales, implica una identidad común e impulsa el desarrollo político, social y cultural de sus miembros en una tarea continua de actualización y profundización”, se sostuvo en el mensaje de salutación que distribuyó la Cancillería argentina.
En el duhaldismo siempre destacaron que Lula fue el candidato que más defendió al Mercosur durante la campaña frente a las críticas del oficialista Serra y las dudas del resto. En una lectura de la realidad cuanto menos discutible, el Gobierno dice ubicarse en una línea ideológica cercana al presidente brasileño electo, en cuanto a que sueñan con una economía de perfil productivista y fortalecer el mercado regional, dos banderas del lulismo.
Además, creen que Lula mantendrá políticas “serias”, esto entendido en que, por ejemplo, no está en sus planes romper con el Fondo. La seriedad, explicaban, es fundamental para recomponer la imagen de la región, tan afectada por las crisis sociales y financieras. Ayer recordaban las definiciones previas de Aloisio Mercadante, supuesto futuro ministro de Economía brasileño, quien había anticipado la decisión “estratégica” de Lula de sostener la alianza con la Argentina, ayudándola en todo lo que estuviera a su alcance para que pueda salir de la emergencia financiera.
Pero cerca del Presidente evaluaban que la buena sintonía entre el Brasil de Lula y la Argentina dependía de quién resultara electo en las elecciones de marzo. Y que no se podía esperar nada bueno si a un socialista como Lula le tocaba lidiar con un neoliberal como Menem, siempre más atento a las necesidades de la política exterior de Estados Unidos que a las latinoamericanas.
Tenían poca información. No sabían que para esa hora Menem ya le había enviado su propia carta de felicitación a Lula en la que prefirió olvidarse de sus ganas de sumarse cuanto antes al ALCA y proclamó la profundización del Mercosur “como ámbito superador de nuestras actuales dificultades y atalaya irrenunciable de un destino mayor de dimensiones continentales”. En el mensaje, Menem también desliza sus ganas de encontrarse personalmente con el presidente electo de Brasil, lo que le plantea a la diplomacia del PT un interrogante cuando deba armar la agenda de su visita a Buenos Aires. De acuerdo con lo conversado por Ruckauf, la invitación para el viaje de Lula es para el 19 de noviembre aunque podría retrasarse hasta el 25. Lo que va a tener que decidir ahora Lula es a quién le regalará lo que será la foto más deseada de la campaña.

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