EL PAíS › ENTREVISTA AL SECRETARIO GENERAL DE LA CGT, HUGO MOYANO
Antes de la reunión del consejo de la central obrera, Moyano anticipa que elaborarán un documento sobre despidos y aumento de salarios. En esta entrevista, analiza además el panorama frente a la crisis y opina sobre la CTA, el conflicto agropecuario y la oposición.
› Por Daniel Miguez
Desde muy temprano Hugo Moyano está en su oficina del Sindicato de Camioneros en el barrio de Constitución. El despacho es amplio y perfumado. Allí no se fuma. No hay un cartel de prohibición, pero tampoco ceniceros. Detrás del escritorio del jefe de la CGT hay una pared tapada con decenas de fotos en las que se destaca una en la que se lo ve abrazado con el hijo del mítico sindicalista de los camioneros estadounidenses Jimmy Hoffa. Ofrece café y está listo para contestarle a Página/12.
–Los gremios empezarán pronto a discutir paritarias, ¿prefiere que cada sindicato acuerde lo que consiga o que haya un valor de referencia para el porcentaje de aumento?
–Lo que pasa es que en la medida en que los gremios van firmando los convenios se va conformando una referencia. Y aun con una referencia hay gremios que superan eso y gremios que no llegan. Es la libre discusión de las paritarias, que no sólo es el salario sino las condiciones de trabajo, la adaptación de las formas de trabajo a las nuevas tecnologías y otros aspectos importantes.
–En general los empresarios sostienen que por la crisis el aumento que pueden dar será bajo.
–Eso es histórico en los empresarios. Nunca están en condiciones. Cuando las cosas andan muy bien se mantienen en silencio, pero cuando las cosas se complican un poco empiezan a magnificar el problema. Los dirigentes sindicales sabemos cuál es la situación cierta. No la que dicen unos u otros: la verdadera.
–¿Y cuál es la situación real?
–No es la mejor, no es la de hace uno o dos años. Tiene sus complicaciones. Desde un principio dijimos que la crisis global no nos iba a agarrar en el ojo de la tormenta, pero sí que sufriríamos algunos coletazos. Mañana (por hoy) vamos a analizar en profundidad el tema en la reunión del Consejo Directivo de la CGT y vamos a elaborar un documento para entregarle al Gobierno.
–El Gobierno asegura que no hay despidos masivos.
–Nosotros no tenemos despidos masivos. Hay algunos despidos, pero no masivos. Lo que se da es la no renovación de contratos al personal eventual, y eso significa pérdida de puestos de trabajo. Quizás el gremio que más puestos de trabajo perdió fue el de la construcción.
–En medio de la crisis y con una inflación que se supone menor a la de 2008, ¿cree que los aumentos salariales serán muy inferiores a los del año pasado?
–Eso lo discutiremos. Nosotros consideramos que para hacer una evaluación en serio hay que esperar hasta marzo, cuando empieza a ponerse en marcha de nuevo toda la economía. Ahí se podría señalar un número de referencia. De todas maneras el Gobierno ha expresado –y nosotros estamos totalmente de acuerdo con ello– que hay que sostener los consumos masivos. La economía la sostiene el mercado interno y los consumos masivos los realizan los trabajadores. Y para eso se necesitan mejores salarios. El Gobierno expresa la necesidad de mantener el poder adquisitivo del salario para que sigan los consumos masivos. Esto lo vamos a defender. Y es una forma de contribuir para que la crisis no sea más profunda.
–¿Cómo ve la creación de un Consejo Económico y Social al estilo español?
–A mí me parece que es importante. En España nos han trasmitido su experiencia. Pero ellos también han manifestado que cuando la economía funciona bien todo funciona bien, pero cuando comienza a fallar, como está pasando allí, a veces no es suficiente este tipo de ámbitos para la discusión de ideas. Pero igual me parece que este momento es oportuno para crearlo. Lo que sí, no se puede trasladar el funcionamiento de un espacio como éste a un país con distinta idiosincrasia, con distintas culturas del trabajo. Habrá que armarlo y adaptarlo a la realidad nuestra.
–¿Allí deberían estar también las cámaras agropecuarias?
–Sí. Si no están todos no tendría la fuerza que debería tener. Alguien que sabía más que nosotros decía: “Esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”.
–¿La CTA también?
–Sí. En el Consejo del Salario participa la CTA. Siempre nos vota en contra, pero participa.
–¿Porque la CGT se resiste a que haya dos centrales sindicales?
–El trabajador no se desvive para que haya otra central obrera. La vida del trabajador no la cambia una central más o una central menos, la cambia un modelo económico que esté dirigido a la distribución equitativa de la riqueza. Y esto se puede hacer con una o dos centrales de trabajadores.
–Aunque no tiene nada que ver con las diferencias entre la CGT y la CTA, se está dando un hecho atípico en la UTA, donde los delegados del subte enfrentan a la conducción del gremio. ¿Cómo ve esta situación?
–La UTA tiene más de 80 años de lucha, en que ha perdido compañeros, ha perdido dirigentes como Atilio López, que fue vicegobernador de Córdoba. No se puede desconocer la historia porque no se esté de acuerdo con la conducción del gremio. Porque si no, habría miles de organizaciones gremiales y el movimiento obrero cuanto más se fragmenta más se debilita. Yo lo que creo respecto de lo que plantean los compañeros de subtes es que si están en desacuerdo con la conducción me parece bárbaro, pero no tienen el derecho de querer hacer otra organización gremial. Además, tienen sueldos bastante altos, trabajan seis horas por día, y eso lo consiguió la UTA, por supuesto que con el apoyo de los trabajadores, pero lo consiguió la conducción de la UTA. Muchos quisieran estar como los compañeros de subterráneos, entonces tan malos no son los dirigentes. Pero si el dirigente que conduce no sirve, hay que pelear, convencer a los trabajadores y llegar a la conducción del gremio. Esto lo hice yo en mi organización gremial, pero jamás se me pasó por la mente crear otro sindicato.
–¿Le molesta que Luis Barrionuevo haga rancho aparte de la CGT?
–Cada uno está donde se siente cómodo. Yo también me abrí de la CGT en su momento. Lo que sí, tenga la absoluta seguridad de que yo no estaría al lado del Gobierno si hiciera algo contra los trabajadores. Algunos que hoy no están estaban con el gobierno que dictaba leyes flexibilizadoras, que privatizaba malvendiendo empresas del Estado. Nunca apoyé ni voy a apoyar una ley contra los trabajadores. Es normal que cada uno esté en el lugar en que se siente cómodo. Yo no me sentía cómodo con el gobierno de Menem.
–Algunos le endilgan querer afiliar al Sindicato de Camioneros a trabajadores de otros rubros.
–Cuáles, por ejemplo.
–Empleados de logística de los supermercados que estaban en el Sindicato de Comercio.
–La logística está reconocida internacionalmente como transporte, por eso ese personal nos corresponde a nosotros. En pleno poder menemista, el Ministerio de Trabajo dijo “éstos son de Comercio”. Cuando quisieron repetir con Carrefour, porque eran los sueldos más baratos que los que cobrarían como camioneros, vino la primera pelea. Después recuperamos Wal Mart, Coto. Y en cuanto a la distribución de diarios, también es logística. ¿En qué reparten los muchachos, en helicóptero? En camiones reparten. Lo que pasa es que ha habido una explotación vergonzosa, porque hay cooperativas truchas donde los trabajadores están en negro, no tienen franco, trabajan 16, 18 horas por día, y cobran 1200 pesos. Esto no es coartar la libertad de prensa. La libertad de prensa en este caso es un verso que ponen para ocultar la realidad, que es la explotación. Nadie entra a un lugar si no tiene la adhesión de los trabajadores, nos llaman los trabajadores para que los representemos.
–Me imagino que está siguiendo el desarrollo del conflicto de las cámaras agropecuarias con el Gobierno.
–Lo sigo como la mayoría de la sociedad, con expectativas de que esto tenga una solución lo más rápido posible. Advierto que no es fácil, pero hay que hacer el esfuerzo. Y todos tienen que hacerlo, no sólo el Gobierno sino también los hombres del campo. No se puede vivir presionando constantemente. No a muchas actividades se les han dado las mejoras que el Gobierno le dio al campo. A lo mejor no alcanza, pero a nadie le alcanza. A los jubilados tampoco les alcanza el dinero y tienen que aceptar el aumento que se les ha dado, que por otra parte es importante. A este sector lo afectó la caída de los precios internacionales, la sequía, y entiendo que se le den algunas respuestas, pero es imposible que se le den todas las respuestas. A todos los sectores nos falta algo. No pueden pensar que en esta crisis ellos van a estar bien y el resto seguir como está.
–Algunos analistas dicen que el oficialismo para ganar en octubre tiene que sacar una diferencia muy grande en la provincia de Buenos Aires, porque es probable que pierda la Capital Federal y Córdoba y a lo mejor también Santa Fe. ¿Coincide?
–Vamos a ver. No nos adelantemos, porque los pronósticos que dan los medios de comunicación quizá no coinciden con lo que la gente piensa. La gente va a evaluar todo. Por ejemplo, a mí me gustaría saber en qué lugar del mundo les dieron aumento a los jubilados, en qué país les dieron aumento a los maestros en estos días, a ver si en algún país se están dando estos créditos para el consumo interno, cuando todos salen sólo a salvar a los bancos.
–¿La CGT piensa incidir en la conformación de las listas?
–Sí. Nosotros vamos a pedir muy firmemente la participación de los hombres de extracción gremial en todas las listas de concejales, diputados provinciales, diputados nacionales y senadores. En todas las listas donde haya un espacio y donde tengamos los hombres capaces nosotros lo vamos a exigir. Porque acá hay hombres muy capaces que no tienen un título, que no han tenido la posibilidad de cursar estudios, y son mucho más capaces que hombres que tienen títulos.
–Al oficialismo se le fueron legisladores de nombre como Carlos Reutemann o Felipe Solá. ¿En cuánto afecta esto al Gobierno y al peronismo?
–Nunca estuvieron demasiado convencidos. Reutemann en algún momento de conveniencia estuvo con el oficialismo, y ahora, que cree que no conviene estar, se va. Y Solá lo mismo. Pero de cualquier manera esto es producto de los tiempos electorales. Siempre que va a haber elecciones hay dispersión porque todos quieren sacar partido. Igual estoy convencido de que el peronismo va a ser el triunfante en las elecciones, porque la oposición solamente expone críticas y no son creíbles para la sociedad. Sobre todo cuando dicen que la crisis es producto de un mal gobierno. Por el contrario, me parece que la sociedad, o al menos la mayoría de los trabajadores, cree que gracias a la fortaleza del Gobierno la crisis no se ha profundizado más. Con esta crisis, si tuviéramos otro gobierno, ya estarían buscando el helicóptero para ver a dónde se piantan. En cambio, este gobierno trata por todos los medios de llevar adelante medidas que contribuyen a paliar la crisis. Los créditos para la compra de electrodomésticos, de autos, aunque algunos lo minimicen, son importantes porque a mucha gente le soluciona problemas.
–Macri se alía con peronistas, Carrió también anda buscando peronistas. ¿Por qué esa necesidad de una pata peronista?
–A esta señora que dice “no queremos que la mafia de los nietitos de Moyano nos conduzca” le voy a hacer una acción penal por eso. ¿A usted le parece que una señora que tiene la pretensión de conducir el país puede agredir así a criaturas? Esa señora no ha podido conducir los destinos del país porque no entiende al peronismo, y el que no entiende al peronismo no entiende al pueblo. Ahora se ha dado cuenta de que tiene que incorporar peronistas, pero es tarde. Para ella, cuanto más gorilas mejor. Uno puede ver las fotografías. Personajes lamentables, con la ex ministra de Trabajo Patricia Bullrich, que rebajó el 13 por ciento de los haberes a los jubilados y de los salarios a los empleados públicos. Esta señora, cuando querían implementar un plan director en Aerolíneas Argentinas para congelar salarios y despedir gente, apretaba a los dirigentes gremiales para que aceptaran. No tiene autoridad. Pasó de izquierda a derecha y con tal de tener un cargo se pone cualquier camiseta. Pero volviendo a su pregunta, el General, en un reportaje, describía que algunos son liberales, otros conservadores, otros radicales y otros de izquierda, y el periodista le preguntó asombrado: “¿Cómo? ¿Y no hay peronistas?”. Y el General le contestó: “Ah no, peronistas son todos”.
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