¿Cómo es su relación con la Presidenta?

–Muy buena. Porque la Presidenta no deja de ser una militante. Y como militante, a pesar de su investidura, cuando sale del protocolo actúa como tal. Por eso, cuando era senadora vino a nuestro sindicato un par de veces y dio charlas para los delegados.

–¿Y con Néstor Kirchner?

–Lo llamé el lunes para cargarlo (por el triunfo de Independiente sobre Racing). Tengo una buena relación, de institución a institución por un lado, además de que él es el presidente del PJ y yo vicepresidente. Pero sobre todo estoy de acuerdo con las políticas de no endeudamiento que está llevando adelante el Gobierno, las políticas de mantener el consumo interno, las políticas de recuperar el patrimonio de los argentinos que se entregó en la década del ’90, la estatización del sistema previsional. Cuando veía el otro día la firma de la reestatización de Aerolíneas me pareció importantísimo. Yo peleaba para que no se privatice. Todo el patrimonio que se malvendió en la década del ‘90 y sea recuperado va a tener el apoyo mío y del gremio.

–¿El vínculo viene de lejos?

–Con Néstor hablé antes de que fuera presidente. Yo militaba con Rodríguez Saá y quería que se unieran. En ese momento los dos me gustaban porque gobernaban las dos provincias mejor administradas del país. Se lo planteé a Kirchner y me dijo: “No tengo ningún problema. Sigamos trabajando y cuando llegue el momento vemos quién está mejor en las encuestas”. Pero a Rodríguez Saá, que en ese momento estaba mejor posicionado en las encuestas, no le interesó juntarse con él. Cuando me reuní con Kirchner ya siendo él presidente se acordó de aquello y me dijo: “A veces la mezquindad no nos permite hacer cosas más grandes”. La historia determinó que no fueran juntos.