Mié 18.03.2009

EL PAíS  › DIPUTADOS DEL OFICIALISMO Y SUS ALIADOS FIRMARON EN COMISIóN EL DICTAMEN DE LA MAYORíA

Las elecciones están más cerca

El dictamen de la mayoría en la Comisión de Asuntos Constitucionales en Diputados respaldó el adelantamiento de las elecciones para junio. Diez opositores firmaron en disidencia y macristas y peronistas disidentes hicieron su dictamen.

› Por Miguel Jorquera

El kirchnerismo superó sin dificultades el primer paso en Diputados hacia la aprobación del proyecto presidencial para adelantar las elecciones nacionales al 28 de junio. Unos 20 diputados del oficialismo y sus aliados firmaron el dictamen de mayoría respaldando el cambio en el calendario electoral en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja. Mientras, 10 opositores lo firmaron en disidencia total y el interbloque de macristas y peronistas disidentes presentó un dictamen de minoría rechazando el proyecto que se votará hoy.

Los argumentos esgrimidos en la Comisión de Asuntos Constitucionales, a favor y en contra del proyecto del Ejecutivo, fueron un anticipo del debate de hoy en el recinto –la sesión está convocada para las diez de la mañana– y mucho de la campaña electoral que se avecina. El kirchnerismo defendió los argumentos y acciones del Gobierno y los distintos bloques opositores los denostaron, buscando diferenciarse entre ellos.

La reunión de la comisión que preside Graciela Camaño comenzó puntualmente, a las 16, con la lectura completa del proyecto enviado por el Gobierno al Congreso. De sus fundamentos surgieron las principales críticas opositoras. “Estoy sorprendida de las razones vertidas por la Presidenta el viernes 13 y en este proyecto, donde considera que las elecciones son un ‘escollo’ y un ‘gasto excesivo’, deslegitimando las elecciones democráticas con los mismos argumentos de los enemigos de la democracia. Debía avergonzarse de ese texto”, soltó Marcela Rodríguez, de la Coalición Cívica, la primera en hablar.

Después llovieron las chicanas sobre el “tardío” reconocimiento de Cristina Fernández de Kirchner sobre las consecuencias que acarrearía a la Argentina la crisis financiera internacional. Patricia Bullrich afirmó que la Comisión Nacional Electoral recogió las “denuncias de robo de boletas” en la elección de 2007 y que le habría comunicado ayer al canciller Jorge Taiana que pedirán a la OEA “observadores internacionales como los que tuvo El Salvador este domingo”.

Los aliados de la Coalición Cívica también siguieron la misma línea. “La modificación del programa electoral es un avasallamiento a la organización democrática y a la seguridad jurídica de los ciudadanos y los partidos políticos y violatorio de los principios de igualdad que deben guiar al Estado”, dijo el radical bonaerense Rubén Lanceta, que en un discurso “para la tribuna” también vaticinó que “igual le vamos a ganar cualquiera sea la fecha”.

La socialista cordobesa Laura Sesna criticó “la falta de políticas claras de la Presidenta para enfrentar la crisis internacional” y que “la decisión de anticipar las elecciones sólo genera una mayor desconfianza y una agudización de situación económica y social”. Varios opositores afirmaron que “ningún país latinoamericano que tiene elecciones este año adelantó el calendario electoral como argumento para enfrentar la crisis mundial”, y varios citaron al Uruguay, “que tendrá internas abiertas y una elección presidencial sin cambios de fecha”.

El kirchnerista tucumano Gerónimo Vargas Aignasse fue el primer oficialista en recoger el guante. Se preguntó si “tanta injuria y bronca opositora para denostar el proyecto de ley no responde a los mismos argumentos que le adjudican al oficialismo: la especulación política”.

Luego embistió contra el argumento radical que afirmaba que si la elección cambiaba de mano la mayoría en el Congreso, el Parlamento seguiría medio año más con la actual composición de mayoría kirchnerista. “El presidente del radicalismo, (Gerardo) Morales –siguió Vargas Aignasse–, fue a Catamarca a festejar el triunfo opositor que modifica la Legislatura nueve meses antes que asuman los nuevos representantes y nada dijo de que eso afecta a la institucionalidad, como afirma contra la decisión de la Presidenta”. También se refirió al adelantamiento de las elecciones en Capital Federal y que la decisión del macrismo, después de idas y vueltas, fue “rechazar la propuesta del gobierno nacional sólo para no abandonar su rol opositor”.

Julián Obiglio fue el encargado de justificar el viraje macrista. Reconoció las “dos posiciones encontradas” en el interbloque que conforman con los peronistas disidentes Francisco de Narváez, Felipe Solá y los puntanos que responden a los hermanos Rodríguez Saá. “Dudamos si le creíamos o no a Cristina Fernández de Kirchner. En principio pensamos que íbamos a apoyar porque considerábamos que el mensaje era sincero. Pero después, intercambiando posiciones, llegamos a la conclusión de que se trataba de una especulación política para favorecer al oficialismo”, sostuvo Obiglio, quien al final se sinceró: “Discutimos mucho, pero privilegiamos la unidad del espacio común”, dijo en alusión a que la pelea SoláDe Narváez no termine rompiendo el acuerdo político.

Vilma Ibarra logró concentrar la atención. “Claro que la propuesta del Ejecutivo tiene parte de especulación política. Pero nadie puede decir que las provincias no acomodan el calendario electoral por los mismos motivos y cuelgan y descuelgan sus elecciones de las nacionales, si el candidato nacional le suma más o menos votos”, afirmó en su introducción. Ibarra dijo que votará a favor porque los proyectos que “necesita el ciudadano que se discutan no pueden alcanzar consensos con este nivel de beligerancia electoral”.

Luego, la diputada repartió responsabilidades y asumió las propias “por especulación política”. Dijo que “el candidato de (Elisa) Carrió, (Jorge) Telerman adelantó las elecciones en la ciudad 8 o 9 meses, nosotros jugamos igual salga pato o gallareta y nadie salió a decir que había una crisis de las instituciones”. Les recordó a los radicales el Pacto de Olivos con Carlos Menem, y al PJ la decisión de eliminar el sistema de internas abiertas que nunca llegó a aplicarse para resolver sus propias diferencias e ir a las elecciones nacionales de 2003 con tres candidatos propios.

Por lo bajo, la oposición afirmaba que “si se violó la ley antes esto no justifica que lo volvamos a hacer”, pero nadie salió a cruzarle su discurso en público. Con las firmas ya puestas en el dictamen, Oscar Landau, quien será el miembro informante del oficialismo hoy en el recinto, justificó los argumentos de CFK. “La Presidenta se refirió al escollo que significa lograr consensos de políticas de Estado en medio de una disputa electoral. Y con respecto al gasto electoral, la ley que se votó en 2004 buscaba que las provincias adhirieran al calendario nacional pero en muchas de ellas este año se votaría dos y hasta tres veces”, sostuvo.

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