Alrededor de trescientos artistas, intelectuales y escritores argentinos le reclamaron al presidente uruguayo, Jorge Batlle, que haga lo necesario para recuperar los restos de María Claudia García Iruretagoyena, la nuera del poeta Juan Gelman. María Claudia fue secuestrada, embarazada, en Buenos Aires en agosto de 1976 y trasladada clandestinamente a Montevideo. Allí fue asesinada para robarle a su hija nacida en cautiverio. Su cuerpo está enterrado en algún lugar en Uruguay.
“Este secuestro de vientre constituye un crimen ominoso que lastima toda conciencia humana y, a no dudarlo, la suya propia”, le escribieron a Batlle, entre otros, los escritores y periodistas Horacio Verbitsky, Osvaldo Bayer, Tomás Eloy Martínez y Martín Caparrós; las cantantes Mercedes Sosa y Marilina Ross y los cineastas Pino Solanas, David Blaustein y Adolfo Aristarain.
“Hace dos años y medio que poetas, escritores, intelectuales y artistas y miles de ciudadanos de cien países de los cinco continentes –entre ellos varios premios Nobel de Literatura y Ciencia– se dirigieron a usted para que se averiguara la suerte corrida por María Claudia y su hija. Esta última pudo ser hallada merced a dos investigaciones privadas y paralelas que tuvo usted el mérito de convalidar, pero nada se sabe del destino final de María Claudia”, también suscribieron los actores Héctor Alterio, Cecilia Roth, Alejandra Flechner, Alfredo Casero, Leonor Manso, Lorenzo Quinteros, Gastón Pauls y Cristina Banegas; los dramaturgos Eduardo “Tato” Pavolvsky y Roberto Cossa y los escritores Ariel Dorfman, Noé Jitrik, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Ana María Shua, Daniel Link y Alan Pauls.
“Consideramos que su excelencia, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas –continúa la carta–, dispone constitucionalmente de todos los recursos necesarios para despejar esta incógnita. Hacerlo no es sólo una reparación que la memoria de María Claudia demanda: también contribuirá a alimentar el ‘estado del alma’ que Usted preconiza y que es la salvaguardia de la salud cívica de una Nación”.
El cuerpo de la nuera de Gelman está enterrado en algún lugar de Uruguay. Batlle reconoció ante el senador Rafael Michelini que la joven fue asesinada por el capitán de la Guardia Metropolitana Ricardo Medina Blanco, pero aún nadie reveló dónde están sus restos. Miles de personas reclamaron a través de Internet (www.juangelman.org) que Batlle se esfuerce para que María Claudia pueda tener una sepultura. “Es sin duda un derecho humano inalienable, propio de nuestra civilización y venido del fondo de los siglos, que todo ser humano fallecido tenga una sepultura pública para rendirle homenaje y guardar su memoria. Le solicitamos respetuosamente que arbitre todos los medios necesarios para ubicar en territorio uruguayo los restos de María Claudia, una ciudadana argentina cuyo destino ominoso es sin duda una afrenta para nuestras sociedades: repararla en algo, para su reposo y su recuerdo, subrayaría el ejercicio de la dignidad característico de la Nación uruguaya”, dice la carta dirigida a Batlle que firmaron ciudadanos de todo el mundo y a la que se suma la de los trescientos artistas e intelectuales argentinos.