Sáb 09.11.2002

EL PAíS

Un atentado antisemita con objetivos múltiples

Frente al Centro Cultural judío Max Nordeau de La Plata dejaron una granada antitanque de origen español y un panfleto antisemita. Tiro por elevación contra el ministro Cafiero y el gobernador Solá.

› Por Raúl Kollmann

El mensaje incluyó una granada antitanque que no estaba en condiciones reales de explotar, un texto escrito a mano –“Fuera los judíos del barrio, No a la Colonia de vacaciones”– y una esvástica dibujada en el papel. Todo fue dejado en una caja de galletitas a un metro y medio de una quinta del Centro Cultural judío Max Nordeau de La Plata. El brutal mensaje antisemita tiene igualmente una segunda lectura: no hay antecedentes de un grupo nazi en la zona ni de pintadas en las paredes del barrio, por lo que se sospecha que todo podría apuntar a una interna policial o a embarrarles la cancha al ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, y al gobernador Felipe Solá.
Las características del hecho son llamativas:
- La granada antitanque era de origen español, difícil de conseguir y sólo pudo haber salido de un arsenal del Ejército o de la Infantería de Marina. No estaba en condiciones de explotar porque funciona casi como un proyectil de bazooka: estalla al impactar contra un objetivo, por ejemplo un tanque. Se la suele lanzar con un fusil, mediante un adaptador.
- Este tipo de granadas no es usada por delincuentes por cuanto ni siquiera sirve para asaltar camiones blindados: destruye todo, incluido el botín. De manera que el proyectil salió sin dudas de una fuerza de seguridad.
- El mensaje “No a la Colonia” está referido a la colonia de vacaciones que todos los años funciona allí entre diciembre y marzo. Es que el predio de Max Nordeau no es su sede central sino una quinta ubicada en el barrio Aeropuerto, un barrio de quintas. O sea que el mensaje fue escrito y dibujado al menos por gente cercana que conoce que allí funciona una colonia. Sin embargo, no hay antecedentes de que en el barrio Aeropuerto o en sus zonas aledañas hayan aparecido pintadas antisemitas y tampoco existen datos del funcionamiento de algún grupito nazi.
Con todos estos elementos, el macabro mensaje tiene una doble lectura.
- Por un lado, está claro que se trata de una amenaza contra la comunidad judía en la que se deja constancia que, con un artefacto que es difícil de conseguir, podrían atacar y provocar víctimas. Ayer mismo, el gobierno bonaerense y el ministro de Seguridad resolvieron establecer custodias reforzadas en todas las instituciones judías.
- Por otro lado, parece haber una jugada de cara a la interna policial o a la interna política. En ese sentido, el paquete dejado ayer se parece bastante a las profanaciones de tumbas perpetradas en distintos cementerios judíos y hace varios meses en un cementerio islámico: el objetivo es provocar impacto, desestabilizar al jefe policial de la zona o incluso socavar los mandatos de Cafiero o Solá que han desarmado varios negocios turbios que manejaban distintos jefes y efectivos policiales.
En los últimos meses, el ministro Cafiero dispuso, por ejemplo, anular unas 2200 custodias injustificadas a políticos, jueces, funcionarios y edificios de distinto tipo, reincorporando a esos efectivos a la seguridad ciudadana. En la mayoría de los casos, los efectivos no hacían siquiera un trabajo policial y de hecho ya eran casi secretarios, choferes o ayudantes. Esto provocó un fuerte malestar contra el ministerio. También en las últimas semanas se produjeron los primeros operativos serios contra los desarmaderos de autos que tienen protección policial y que reciben buena parte de los coches robados. Semejantes movidas dan pie a la hipótesis de que detrás de la granada de La Plata y el mensaje antisemita, también puede haber una advertencia político-policial.

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