El gobernador bonaerense Daniel Scioli se reunió ayer con dieciséis obispos católicos de la provincia de Buenos Aires, a quienes les solicitó un “profundo apoyo” para “trabajar juntos en la solución de la pobreza”. El arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani, dijo al terminar que “vinimos a este encuentro para escuchar los proyectos que tienen en la provincia y expresar también aquellas cosas que nos angustian y nos preocupan”, entre las cuales subrayó de manera particular la pobreza.

Todo transcurrió en clima de diálogo y confianza entre actores que se conocen y que incluso han ido elaborando una agenda común. Desde el comienzo de su gestión como gobernador, Scioli adoptó la determinación de reunirse en forma periódica con los obispos católicos, aunque es José Scioli, secretario general de la Gobernación, quien habitualmente mantiene un canal abierto con la jerarquía católica.

La camaradería no impidió que los obispos plantearan algunos de los temas por los que vienen insistiendo en público y que luego el obispo Radrizzani describió en frases tales como “falta de fuentes de trabajo” y que “hay muchas familias que no tienen para alimentarse”.

Scioli habló, además, sobre la lucha contra la drogadicción, un asunto por el que los obispos han expresado preocupación y para lo cual el gobernador también pidió la ayuda de la jerarquía eclesiástica. Según el gobernador, el esfuerzo conjunto es “imprescindible” para enfrentar la “exclusión social” y destacó en particular la tarea que realiza Cáritas, asegurando que “la justicia social es un compromiso de todos y todo mi gabinete está abocado a trabajar por la inclusión”.

El gobernador estuvo acompañado en el encuentro por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y por los ministros Eduardo Camaño (Gobierno) y Baldomero Alvarez de Olivera (Desarrollo Social).

En la delegación episcopal estuvieron presentes, entre otros, el titular del arzobispado platense, Héctor Aguer; el presidente de Pastoral Social, Jorge Casaretto; el presidente de Cáritas, Fernando Bargalló; el arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani; el obispo de San Miguel, Sergio Fenoy; el obispo de Mar del Plata, Juan Puiggari; y el obispo de Chascomús, Carlos Malfa.

“La situación de pobreza nos angustia porque en contacto con las barriadas populares y con los sacerdotes yo noto que hay agentes pastorales que a veces rayan con la desesperación por la impotencia de no poder revertir la situación en la que se encuentran muchas familias que no tienen para darles de comer a sus hijos”, dijo Radrizzani al término del encuentro con Scioli y sus funcionarios. El arzobispo de Luján-Mercedes también ratificó la importancia del diálogo entre las autoridades y la jerarquía eclesiástica.

Scioli aprovechó la ocasión para informarles a los obispos sobre el avance del Derecho Garantizado para la Niñez y la implementación de la Tarjeta Alimentos, dos iniciativas apoyadas por la Iglesia en el marco del Consejo Consultivo Provincial de Políticas Sociales creado en el Ministerio de Desarrollo Social durante la gestión del ex ministro Daniel Arroyo. También presentó el nuevo Programa de Responsabilidad Social Compartida Envión, destinado a los jóvenes.

Los obispos no se fueron con las manos vacías. El gobernador les confirmó la reglamentación de la ley de voluntariado –antiguo reclamo de la Iglesia–, les informó sobre exenciones de impuesto inmobiliario para los institutos de vida consagrada y acerca de la entrega de 70 escrituras dominiales para parroquias y propiedades de la Iglesia.