EL PAíS
› RECONSTRUYERON LA MUERTE DE MARQUEZ
Claro y sin vueltas
La reconstrucción del fusilamiento de manifestantes en 9 de Julio y Sarmiento, el último día de gobierno de la Alianza, mostró que los testimonios no tienen contradicciones.
› Por Adriana Meyer
La esposa de Alberto Márquez se quebró y lloró. También se emocionaron los demás testigos que ayer revivieron, en forma corporal y emocional, aquel momento de las 7 de la tarde del 20 de diciembre. Fue cuando un grupo de policías baleó en la esquina de 9 de Julio y Sarmiento a los manifestantes que se recuperaban de la represión sufrida en Plaza de Mayo. En ese momento fue asesinado Márquez –un vendedor de seguros de 57 años, empleado del Concejo Deliberante de San Martín y militante justicialista– y fueron heridos con balas de plomo Martín Galli y Paula Simonetti, entre otros. “No hay fisuras en cuanto a la esencia del relato de los hechos”, aseguró María del Carmen Verdú, una de las abogadas querellantes. Y agregó que la reconstrucción, que duró casi 12 horas, ratificó que la agresión sufrida por Galli fue una tentativa de homicidio y no “lesiones graves”. Como ya habían hecho en el juzgado, los testigos describieron cómo dispararon sus Itakas los policías de Asuntos Internos de la Federal, encabezados por el comisario inspector Orlando Oliverio, parapetados tras vehículos particulares. Oliverio y otros tres policías, que están procesados y detenidos por el homicidio de Márquez, pidieron acudir al acto para dar su versión de los hechos. Pero la jueza María Servini de Cubría decidió que esto se realice en otra oportunidad.
Al igual que ocurrió con la reconstrucción del asesinato de otra víctima de ese día, Gustavo Benedetto, esta medida fue solicitada por los abogados que representan a los heridos y los familiares de las víctimas, y por los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers. Además, su realización es necesaria para la elevación a juicio oral de la investigación. Desde las 10 y hasta pasadas las 22 fue vallado el escenario donde se intentaron recrear los movimientos de los vehículos y de los cuerpos, entre Rivadavia, Carlos Pellegrini, Tucumán y Cerrito. Además de la magistrada, los fiscales y los abogados de las partes, participaron del procedimiento unos 20 testigos y trabajaron peritos en balística y planimetría, y médicos forenses de la Gendarmería y de la Prefectura Naval. Todo quedó reflejado en fotografías y filmaciones. La reconstrucción pericial permitirá precisar detalles como el ángulo de tiro.
En coincidencia con lo que describieron otros testigos, Marta Pinedo afirmó haber visto la llegada de dos automóviles particulares manejados por policías de uniforme, quienes le habrían disparado a su marido. Mientras describía cada uno de los pasos que dio aquella tarde, tuvo que interrumpir su relato, conmocionada. Necesitó tomar un respiro y algo de agua para poder continuar. Lo mismo le pasó a la amiga que la acompañaba en aquel momento, Susana González. Desde el estacionamiento que está frente al edificio del Banco Ciudad, la testigo vio a los policías disparando y cuando se asomó, encontró a Marta llorando. Se acercó para ayudar y recuerda haber visto a Márquez boqueando sangre. La mujer describió el cabello tipo rasta de Galli y las “sirenas” (balizas) que tenía uno de los automóviles de color blanco.
Cuando la Cámara Federal ratificó los procesamientos de los policías acusados, consideró probado que el 20 de diciembre, aproximadamente a las 19.20, los comisarios Orlando Oliverio y José López, el agente Ariel Firpo Castro y el principal Eugenio Figueroa, circulaban por la 9 de Julio y detuvieron su marcha entre Sarmiento y Perón. Con los vehículos formando un abanico, habrían disparado con las escopetas cargadas con munición de plomo contra varias personas que estaban en actitud pacífica ubicadas en la plazoleta que separa esa avenida de la calle Cerrito. Una de esas balas mató a Márquez y otra hirió a Martín Galli en la cabeza. Este estudiante de literatura todavía la lleva en la frente, tardó más de sesenta días en recuperarse y aún tiene secuelas en su movilidad. “Acá fue donde me caí”, aseguró ayer Galli. Y un gendarme se colocó en la posición que le indicaba el testigo. Luis García revivió lo que hizo para asistir a Galli, antes dellevarlo al Hospital. Con gestos, mostró de qué modo le hizo masaje cardíaco y a medida que hablaba se iba emocionando. “García le salvó la vida a Martín”, recordó Verdú.
El relato del abogado Claudio Pandolfi, que la tarde del 20 también se había refugiado en el estacionamiento frente al Banco Ciudad, fue detallado y preciso. El letrado describió al policía que se bajó de la camioneta Ford Ranger, cargó su escopeta, se apoyó sobre el vehículo y disparó subido al estribo. En ese momento fue un policía el que hizo el rol del comisario inspector Orlando Oliverio, ex número tres de la división Asuntos Internos de la Policía Federal, preso por el homicidio de Márquez. También fueron escuchados dos jóvenes que andaban en bicicleta, uno de ellos herido de bala en el cuello. Y Paula Simonetti volvió a vivir aquellos instantes en los que quería reflejar la represión con su cámara fotográfica y recibió dos balazos, uno en la espalda y otro que no la lastimó porque fue frenado por su walkman. Había presenciado la misma escena que los demás, el despliegue de los autos y el “barrido de balas en semicírculo” que hizo un policía. También fue escuchado Alberto Quintas, el testigo que ya había identificado a Oliverio.
“Casi todos vieron la camioneta plateada (Ford Ranger), los autos blanco y bordó, y coinciden en que un patrullero les iba abriendo paso, que pararon frente a la vereda del Mercado del Plata (el Banco Ciudad), y sólo hay mínimas diferencias normales en las apreciaciones y percepciones de los testigos”, indicó Verdú. “Para nosotros fue un éxito rotundo, este tramo de la investigación fue completado”, agregó Yanzón. A última hora, los cuatro imputados manifestaron que querían “dar su versión de los hechos”, pero les explicaron que para eso tienen que pedir la ampliación de su declaración indagatoria. Ante la falta de luz para seguir trabajando, los funcionarios judiciales decidieron que la reconstrucción con ellos se hará más adelante. El fiscal Comparatore y Yanzón coincidieron en destacar que el relato de algunos testigos permitió establecer que también fueron víctimas de hechos no mencionados hasta ahora en el expediente. Más allá de alguna insistencia en las preguntas de los defensores a los testigos, todo el operativo se desarrolló con normalidad.