Con un poco de suspenso sobre el bordado final, el Gobierno espera cerrar hoy el acuerdo político con los gobernadores y jefes parlamentarios que le permita cumplir con las condiciones que pide el Fondo. El encuentro, que comenzó anoche en Olivos y se prolongó hasta tarde, se reanudará hoy a media mañana. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, acaparó la atención con el relato de los reclamos de los organismos de crédito y hubo un primer consenso con los gobernadores para aumentar la tarifa de los servicios públicos un 10 por ciento. “No más que eso”, se comprometió el ministro. También hubo unanimidad de criterios cuando Lavagna pidió que se le dé certidumbre al cronograma electoral. “El Fondo pide más gestos políticos que cuestiones técnicas económicas”, precisó.
El debate alrededor de la fecha de elecciones generó la única fricción de un encuentro en el que, en general, prevaleció el buen clima. Los representantes menemistas –encabezados por el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, y el de La Rioja, Angel Maza– acusaron al gobierno de Eduardo Duhalde de ser el principal responsable de que el calendario electoral presente cada vez más dudas que certezas. En el contrapunto con el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, el compañero de fórmula de Menem le enrostró el fallo de la Cámara Electoral que repuso las internas abiertas del 15 de diciembre.
El cariz que tomaba la reunión no le gustaba nada a los gobernadores opositores que veían cómo la interna Menem-Duhalde también se instalaba en el quincho de Olivos. El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, intervino para pedir que se dejara el tema electoral en manos del Congreso y que mejor el encuentro se dedicara de lleno a consensuar los reclamos económicos que exige el Fondo. Pero igual hubo acuerdo en que esta semana los legisladores aprobarán por ley que el mandato de Duhalde se extenderá sólo hasta el 25 de mayo del 2003.
El Gobierno quiere también llevar la nueva fecha de elecciones generales al 20 de abril pero, tal como quedaron las cosas anoche, no se sabía si eso también podría quedar resuelto hoy o se dejaría en manos del Parlamento. Uno de los problemas de tomar ese camino es que, se sabe, no todos los legisladores obedecen a las órdenes que le dan sus gobernadores.
Lavagna insistió en que el FMI exige la desaparición de las cuasi monedas y balances sin déficit en las provincias. Duhalde intervino para asegurar que las provincias serían las principales beneficiadas si se acuerda con el Fondo y habló de un futuro negro si las negociaciones se caen definitivamente. En Economía machacan con que el acuerdo significarían 1500 millones de dólares frescos para las exhaustas faltriqueras de los gobernadores, amén de los 600 millones extra para planes sociales y otros 400 millones para planes docentes, fundamentales para algunos distritos que este año apenas si pudieron cumplir con el mínimo del calendario escolar.
“Lavagna nos habló de la necesidad que se ratifique, incluso hasta mediados del 2003, los acuerdos que las provincias se firmaron con la Nación en los primeros meses del año”, explicó el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá. Para cuando habló Solá, a poco de comenzada la reunión, contó que todavía el Gobierno no había planteado que se debiera firmar nada. En cambio, sí que se había llegado a un consenso sobre aumentar en un 10 por ciento las tarifas de los servicios públicos. Lavagna se comprometió a no exceder ese porcentaje y, además, aseguró que habrá una tarifa social suficientemente extendida.
El encuentro se desarrolló conforme a los exóticos horarios de la política argentina. Comenzó casi a las diez de la noche. Los gobernadores que llegaban debían sortear a los 50 manifestantes del MST que obstaculizaban la entrada sobre la calle Villate (ver recuadro). Varios optaron entonces por ingresar por la avenida Maipú. Tomaron sólo caféhasta que a la medianoche sirvieron la cena. Los debates seguían aún después de esa hora.
Estuvieron prácticamente todos –gobernadores, jefes parlamentarios y algunos diputados y senadores– y los que no pudieron ir mandaron un representante. Duhalde había llegado a las 8 de la mañana de la República Dominicana, en donde participó de una cumbre de presidentes de Iberoamérica y recibió un apoyo a la continuidad de las negociaciones con el Fondo. El Presidente pasó el día en su casa de Lomas de Zamora y recién a media tarde salió para Olivos.
Del encuentro quedó en claro que esta semana el Congreso debe trabajar en varios temas y otros debe dejarlos expresamente de lado. Uno de ellos es el proyecto que casi se trata durante la última sesión y que hubiera puesto los pelos de Lavagna de punta si los tuviera: prorrogaba por 180 días las ejecuciones de deudores bancarios. Los jefes parlamentarios que estuvieron anoche coincidieron en que ese proyecto no volvería a ver la luz, lo mismo que el que permitiría la cancelación de deudas con bonos. El otro punto decisivo que tiene en sus manos el Congreso es la aprobación del Presupuesto 2003, que el Fondo desearía que salga en trámite express.
Una medida que prometía más resistencia eran los planes de competitividad que puso en marcha Domingo Cavallo y que benefician a algunos sectores específicos como el campo, el transporte y los medios de comunicación. También quiere que las provincias convaliden el último pacto fiscal y que impidan por ley nuevas moratorias impositivas.
Son varios puntos los que seguirán debatiéndose hoy a partir de las 11 cuando, luego de algunas horas de sueño, funcionarios, gobernadores y legisladores vuelvan a encontrarse en Olivos para darle el gusto al Fondo y sacarse la foto que retratará a la plana mayor del poder de la Argentina firmando su conformidad con las nuevas exigencias que vienen de afuera.