“Uno nació para sufrir”, bromea Gerardo Morales, mientras ceba un mate con el termo de Independiente y cuenta que el otro club de sus amores, el Lobo jujeño, acaba de perder con Unión. Por estos días, el titular del radicalismo no sufre sólo con el fútbol: también está en medio de una dura pelea interna con el sector de Julio Cobos por la renovación de autoridades en la UCR. En ese contexto, Morales le confirmó a Página/12 que la conducción del partido lanzará el movimiento Renovación Federal el 9 y 10 de octubre próximos en Rosario, semanas antes de la elección del presidente, y exhibió su afinidad con Elisa Carrió. “Pensamos muy parecido en muchas cosas”, dijo acerca del perfil que ambos creen que debe tener el radicalismo. Al respecto, explicó que buscarán que la nueva conducción partidaria tenga “una matriz basada en los dirigentes que resistieron todo este tiempo, orgánicos” y también “la convicción de cuidar al partido y renovarlo”. Todo un mensaje para el vicepresidente y los dirigentes que lo apoyan, como Leopoldo Moreau, Fredi Storani y Enrique “Coti” Nosiglia.

–¿Se viene la vuelta de las grandes líneas nacionales en la UCR?

–Lo que se viene es la renovación de la conducción y de los bloques parlamentarios. Y como siempre hay un reagrupamiento de sectores internos y dirigentes. En esta oportunidad con la característica de que hemos tomado la decisión orgánica de convocar a todos los que se fueron del partido para que vuelvan. Están volviendo y tienen que tener un espacio. En ese marco la visión es que la conducción tenga una matriz basada en los dirigentes que resistieron todo este tiempo, orgánicos. Con participación de dirigentes que están volviendo pero en donde sea la UCR la que defina su perfil para los dos años que vienen.

–¿El sector que usted integra piensa formar una nueva corriente interna?

–Estamos trabajando para lanzar un movimiento nacional el 9 y 10 de octubre, en Rosario. Están convocados todos los dirigentes que se quedaron en el partido, que resistieron, pero que además tengan la convicción de cuidar al partido, de fortalecerlo y renovarlo. La idea es que este movimiento sea el movimiento nacional de Renovación Federal, capaz que cambia de nombre pero ése es el concepto. Es un movimiento que tenga en claro dónde se para el partido en los dos años que vienen. Que lo cuide, lo renueve y que también cuide el Acuerdo Cívico, el espacio donde está parado el radicalismo. Y que cuide todo el capital político y humano que tiene. Que lo cuide a Sanz, a Aguad, a Ricardo Alfonsín y al propio Cobos. Pero que también cuide hacia afuera a Lilita, a Margarita, a Hermes Binner y a Rubén Giustiniani.

–¿Está previsto que en ese encuentro haya un pronunciamiento del sector sobre los hombres que impulsarán para conducir el partido?

–Sí. Justamente el objeto de este encuentro es empezar con una estrategia común para la renovación de la conducción partidaria y de los bloques. Y luego cuál es el rol que tiene el radicalismo hasta el proyecto de 2011.

–¿Se analizó una modificación de la Carta Orgánica para permitir su re-reelección como presidente del Comité Nacional del partido?

–Yo no voy a forzar ese tipo de cosas. Hay sectores que pretenden mi continuidad en la conducción del partido, pero primero hay que definir el perfil y cuál va a ser el rumbo de la nueva conducción. A mí me tocó la etapa de la resistencia, también de la construcción.

–¿Y cuál es ese perfil?

–Hay que trabajar en la construcción de una alternativa de poder sin dejar el firme perfil de oposición al Gobierno, que ha demostrado que va a llegar con el peor de los populismos al 10 de diciembre de 2011. No hay que apartarnos de esa realidad.

–¿Quiénes son los que cumplen con esas condiciones?

–Bueno, hay muchos dirigentes, Ernesto Sanz, Angel Rozas, Mario Negri, Ricardo Alfonsín, el propio Oscar Aguad.

–Sanz adelantó que prefería mantenerse al frente del bloque de senadores...

–El dijo que tal vez no sea conveniente. Hay argumentos a favor y en contra, porque siendo de Mendoza influye el tema de Cobos.

–¿Qué piensa de Raúl Baglini, a quien Cobos propone para la conducción?

–Baglini es un gran dirigente del partido, pero él formó parte de la construcción de la Concertación Plural, aunque sin irse del partido. Además, sus características personales no encajan en el perfil que debiera tener el partido.

–¿Y del cordobés Carlos Becerra?

–Habría que renovar el partido. El es un gran dirigente que ahora viene de delegado al Comité Nacional y es importante que nos acompañe. Es un radical de pura cepa, orgánico. No se puede dudar de él, pero me parece que hay que darle aire al partido.

–En ese contexto Rozas también queda con menos posibilidades porque fue dos veces presidente de la UCR, ¿no?

–Sí, pero bueno. Hay que discutir un poco el tema.

–Carrió dijo que no va a compartir el Acuerdo Cívico y Social con los “pactistas” y que si Cobos pone a un hombre suyo al frente de la UCR se va del espacio.

–Yo hacia adentro pienso lo mismo. Con Lilita pensamos muy parecido en muchas cosas. Yo respeto su opinión porque forma parte del Acuerdo Cívico, pero es un proceso que tenemos que dar hacia adentro con decisiones autónomas que nos corresponden a nosotros.

–¿Cuál sería la mejor forma para definir las candidaturas del espacio? ¿Internas abiertas, encuestas de opinión...?

–No, ni hablemos de eso. No sé, falta mucho. Además, yo no voy a estar más en la conducción (risas).

–Se habló de que podría asumir la conducción del bloque de senadores...

–Ernesto Sanz tiene que conducir el bloque y yo lo voy a acompañar a él.

–¿En qué quedó la idea de una Mesa de Conducción orgánica de la ACyS?

–Me parece que son pasos que se irán dando más adelante. La vorágine de los temas del día te lleva y te lleva...

–¿Qué les parece la idea de Carrió de hacer el partido de la Coalición Cívica?

–Cada fuerza se da su propia organización. Para nosotros Lilita es un puntal central que ha hecho un gran aporte a la conformación del Acuerdo Cívico. Y desde ya que la participación de Margarita Stolbizer también es fundamental en el espacio.

–¿Al final le dieron la razón a Carrió respecto del diálogo?

–No, lo que pasa es que tenemos visiones distintas respecto de la naturaleza del diálogo. Para nosotros, como partido, el diálogo forma parte de nuestras convicciones. Nunca se acaba definitivamente. Nosotros hemos roto el diálogo con el Gobierno porque después de hacer un balance está visto que no sólo va por más cuando se esperaba un cambio de actitud. Yo creo que estamos peor porque el Gobierno está profundizando su proyecto de poder que va a terminar en uno de los populismos más complicados.

–Lilita denunció una “operación” del vicepresidente para que todo el Acuerdo Cívico y Social vaya a la Casa Rosada. ¿Comparte la afirmación?

–Cobos no habló conmigo y no me puede haber convencido de algo que es mi convicción.