EL PAíS
Kirchner-Juanjo Alvarez cerca de ser la fórmula que apoye Duhalde
El ministro de Justicia y Seguridad estaría de acuerdo. Además es uno de los preferidos del gobernador. Duhalde estaría de acuerdo, pero aún ni santacruceños ni bonaerenses quieren cerrar nada.
› Por Fernando Cibeira
Néstor Kirchner-Juan José Alvarez podría ser finalmente la fórmula que reciba la bendición del presidente Eduardo Duhalde en la pelea contra Carlos Menem. En Gobierno reconocen que Duhalde vería bien la candidatura del actual ministro de Seguridad y Justicia, mientras que en el campamento del santacruceño entienden que el único contratiempo que podría impedir el acuerdo sería la oposición de Felipe Solá, dada la mala relación que tienen el gobernador bonaerense y Alvarez. Junto a las negociaciones que iniciaron hace diez días, el Gobierno y Kirchner comenzaron un juego de presiones que anticipa que las charlas irán para largo.
Uno de los problemas que preocupa desde hace tiempo al Gobierno es la falta de un candidato en el que depositar sus esperanzas. Las últimas encuestas que aterrizaron en la Rosada no hicieron más que confirmar que el cordobés José Manuel de la Sota sigue sin despertar simpatías en el electorado, ni siquiera con la compañía de Hilda “Chiche” Duhalde. No hay sondeo en el que Menem no aparezca doblando al cordobés, con lo que –aun con el techo que le marca al ex presidente su elevada imagen negativa– pensar en una victoria de De la Sota suena ilógico. Para peor, De la Sota volvió a la gobernación y anunció que a partir de ahora sólo hará campaña los fines de semana.
Por eso, una variante que barajan algunos dirigentes del duhaldismo es la de apoyar dos candidaturas: a De la Sota por adentro del PJ y a Kirchner por afuera. De esta forma, explican, tendrían doble chance de vencer a Menem y no quedarían atados a una sola carta. Es decir, si De la Sota pierde la interna, todavía le quedaría la chance de Kirchner en la general. Cerca del santacruceño, en ascenso en los sondeos, desestiman esta posibilidad y aseguran que en cuanto el Gobierno encuentre la manera de bajar la candidatura de De la Sota se arrojará a los brazos de Kirchner. “Néstor no va a salir a definir nada”, explican, con la convicción de que el tiempo jugará a su favor.
Lo cierto es que luego de negar por mucho tiempo los rumores de acercamientos, el martes los principales operadores de Kirchner reconocieron a Página/12 que estaban en conversaciones con el Gobierno para tejer una alianza. En los últimos días el gobernador de Santa Cruz tuvo un encuentro con el Presidente y otro con su persona de mayor confianza, el secretario general de la Presidencia, José Pampuro. En esas conversaciones habría resurgido la posibilidad de una fórmula compartida con De la Sota –la ideal para la percepción del duhaldismo–, pero Kirchner se habría opuesto.
El santacruceño quiere a su lado un dirigente que no desdibuje su perfil “progresista” dentro de la oferta electoral del justicialismo. Si a eso se le agrega que por lógica interna le corresponde a un referente bonaerense, el nombre del vice saldrá de un trío que en algún momento recibió el apodo de “Los Tres Mosqueteros”: el ministro Alvarez, el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, y el de La Plata, Julio Alak. Pero, hoy, consultados unos y otros, Alvarez le sacó una diferencia importante al resto, sobre todo porque es con quien Duhalde se siente más representado.
El único obstáculo podrían ser, está dicho, los cortocircuitos que dominan la relación personal de Alvarez con Felipe Solá. Kirchner pretende generar algo así como una “nueva renovación” dentro del peronismo, en la que su alianza estratégica con Solá ocuparía un lugar destacado. En su ambición imagina dentro de este espacio a los restos del Frepaso diseminados por la provincia –dentro de dos semanas harán un acto junto al intendente de Avellaneda, Oscar Laborde– y hasta al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
Esta ingeniería por ahora en pañales fue discutida en el encuentro con Duhalde, y el Presidente se habría mostrado de acuerdo. Dirigentes duhaldistas, en cambio, descreen de un guiño presidencial a una iniciativa por el estilo que, entienden, tarde o temprano terminará jugando en contra de sus propios intereses. La pata duhaldista cerraría con un eventual acompañamiento de Chiche a Solá en la fórmula para la provincia, una posibilidad que el gobernador mira con desconfianza.
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