Acompañada por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, la Presidenta llevó a Merlo el programa “Ingreso Social más Trabajo”, con el que el Gobierno apunta a reemplazar los planes sociales por empleo real. El programa formará cooperativas de la construcción con desocupados, para realizar obras de mejoramiento en villas y asentamientos. Aunque en esta primera etapa se centrará en el conurbano bonaerense, la intención es extender la experiencia a las provincias, el año próximo.

“El mejor antídoto contra la pobreza es el trabajo”, definió Cristina Fernández en el acto, donde aprovechó para replicar las declaraciones del cardenal Jorge Bergoglio. Aunque sin nombrarlo ni mencionar sus declaraciones (“los derechos humanos también se violan con la pobreza”, había dicho el presidente del Episcopado), la Presidenta hizo en su discurso varias referencias al tema de la pobreza.

“Frente al flagelo de la historia de la humanidad, que es la pobreza, la injusticia y la inequidad, vemos dos clases de personas: las que hacen declaraciones sobre la pobreza y las que ejecutamos acciones contra la pobreza”, abrió el tema la jefa de Estado. Sostuvo después que “quienes son gobierno tienen las mayores responsabilidades”, pero aclaró que “para combatir la pobreza no hace falta tener un puesto sino que hace falta, ante todo, una actitud en la vida, de solidaridad y compasión, no la compasión de la lástima, sino la del que ayuda al que necesita”.

También pareció aludir a la postura de las entidades del agro y su rechazo a las retenciones. “Se puede combatir la pobreza siendo un buen ciudadano y pagando los impuestos, cuando se tiene riqueza y más que los otros”.

En el escenario y junto a CFK, además de la ministra Kirchner estuvo Daniel Scioli. El gobernador bonaerense defendió el programa Ingreso Social más Trabajo como “el plan de inclusión más importante de los últimos años en la provincia de Buenos Aires”.

“Algunos mediocres, por celos o por envidia, no entienden por qué trabajo codo a codo con el gobierno nacional, y es por estas políticas”, señaló Scioli. Y agregó: “Estoy convencido de que éste es el mejor fondo del conurbano que podemos tener, la inversión pública en viviendas, en infraestructura, en cloacas, y en los puestos de trabajo. Esta es la mejor forma de cuidar la provincia”.

El programa fue anunciado en agosto, con el objetivo declarado de crear 100 mil puestos de trabajo. Básicamente, consiste en que los desocupados, organizados en cooperativas, realicen obras de infraestructura para mejorar las condiciones de vida en las villas. Las obras consistirán en el tendido de redes de agua potable, cloacas y otros trabajos de menor complejidad, como cordones y cunetas.

La propuesta tiene como antecedentes las cooperativas de la construcción que el kirchnerismo impulsó a partir de 2003, destinadas a construir viviendas bajo la órbita del Ministerio de Planificación Federal, aunque con algunas modificaciones. Una de ellas es la garantía a los desocupados de que tendrán trabajo durante un año como mínimo.

El plan Ingreso Social más Trabajo tendrá un salario como pago y el acceso a una cobertura social. Con estas características, los movimientos de desocupados respaldaron su lanzamiento, aunque con objeciones al rol que tendrán los intendentes del conurbano, con los que suelen confrontar. En estas primeras semanas de aplicación, algunos municipios comenzaron a anotar aspirantes a obtener un empleo y hubo protestas de las organizaciones piqueteras, que denunciaron estar siendo discriminadas por el aparato del PJ. De todas formas, ayer, piquetes mediante, un primer grupo de estos movimientos llegó a un acuerdo con el ministerio para integrarse al programa (ver aparte).

En el acto de Merlo no faltaron intervenciones en favor del modelo económico. La Presidenta habló de la necesidad de defender “un fuerte mercado interno con trabajadores y buenos salarios” y consideró que “si esta crisis hubiera pasado 10 o 15 años atrás, la Argentina hubiera sido tierra arrasada”. Scioli, por su parte, aseguró haberse sentido “muy molesto” cuando días atrás el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, dijo en un panel de la Conferencia de las Américas que compartió con él que en el país no había modelo. “El modelo son los 4 millones y medio de puestos de trabajo –replicó– y el crecimiento económico que tuvimos y tenemos desde hace más de seis años.”