Vie 23.10.2009

EL PAíS  › EL EX DIRIGENTE DE BOCA ROBERTO DIGON HABLA SOBRE EL CLUB Y EL ESPIA CIRO JAMES

“Era un ladero de Palacios”

Boca aseguró que, “según los registros”, no tuvo vínculo con la institución, pero el hombre que compartió la gestión con Macri dice que a James “se lo veía en reiteradas ocasiones por el club”.

› Por Gustavo Veiga

Por Gustavo Veiga

Compartió la conducción de Boca con Mauricio Macri en los años ’90, lo enfrentó después y hasta hoy es uno de sus críticos habituales en la política. Roberto Digón, ex diputado nacional, histórico dirigente del gremio del Tabaco y actual director del Banco Provincia (Bapro), dice sin rodeos cuando se le pregunta por la presencia del espía Ciro Gerardo James en el club: “En más de una oportunidad me contaron empleados de Boca que había un tal Ciro trabajando a las órdenes del Fino Palacios”. El dirigente peronista también sospecha que pudo haber estado entremezclado con los efectivos de seguridad que quisieron aplicarle el derecho de admisión en la Bombonera en abril de 2006. Por entonces, ya era opositor al ex presidente boquense y actual jefe de Gobierno porteño. Había presentado una denuncia por irregularidades en la venta de entradas y, recuerda, le replicaron de aquella manera: tratando de impedirle el ingreso. Al frente del operativo estaba el comisario Jorge Palacios.

El Club Boca Juniors negó ayer oficialmente que James hubiera tenido vínculo laboral con esa institución: “Según consta en los registros, nunca mantuvo vínculo laboral alguno con nuestro club”, dice el comunicado. Digón no piensa lo mismo.

–¿El Ciro que usted menciona es James?

–Sí, sin ninguna duda. Había un Ciro con las mismas características de una foto que salió publicada en un diario. Aunque yo, le quiero aclarar, no lo conozco personalmente. Sería demasiada casualidad que no fuera bajo, gordito, con un determinado tipo de edad. Aparecía como un ladero de Palacios. Se lo veía en reiteradas ocasiones por el club, aunque no todos los días, como estaba el comisario.

–¿Qué recuerdos tiene del paso por Boca del ex jefe de la Policía Metropolitana?

–Comenzó alrededor del año 2005 y fue puesto al frente de la seguridad. Con un sueldo que le pagaba el club, que cuando entró era de 15 mil pesos y cuando se fue, de 25 mil. Estaba todos los días en la institución. A veces andaba con algunas otras personas de su confianza, entre las cuales, varios empleados de Boca me dijeron que estaba James, que nadie sabía quién era. Palacios tenía el nexo con la Comisión Directiva, y muy especialmente con el presidente que lo había traído a Boca. Controlaba el ingreso de los socios. Veía clarito cómo entraba el turismo con entradas que venían de la reventa de las empresas de turismo, y cuyo dinero no ingresaba a Boca. Diría que jamás se preocupó por ese tema. Aunque parecía que ejercía el control total. Uno de los rumores que amigos de Boca siempre me transmitieron fue: “Cuidado, porque este hombre es el rey de las pinchaduras. Tené cuidado con el teléfono”. Esto era a raíz de que nosotros encabezábamos la oposición contra Mauricio Macri.

–¿Pudo ratificar por otra vía este presunto comportamiento?

–Por supuesto. Hice averiguaciones con miembros de la Policía Federal y me dijeron que era un as de las escuchas telefónicas.

–En abril de 2006, cuando le quisieron aplicar el derecho de admisión en el club, ¿Palacios tenía un rol protagónico en Boca?

–Sí. Y a mí me aplicaron el derecho de admisión, que nunca les habían aplicado a los violentos que tenía Boca (se ríe). En el procedimiento hubo como veinte policías. Diez o doce de la Federal y otros tantos de civil que eran de la seguridad de Boca, que Palacios comandaba. Ocupaba el cargo de gerente de esa área.

–En ese momento usted era vicepresidente de Boca. ¿Palacios se reportaba a la conducción del club que usted integraba o lo hacía sólo con Macri?

–Se reportaba al presidente y al gerente general del club, Andrés Ibarra. A Palacios lo han visto todos hablando con él, y en reuniones con Ibarra, quien había sido el gerente general del grupo Macri en el Correo, cuando durante su gestión despidieron a cinco mil compañeros. Los trabajadores del Correo tienen un triste recuerdo de Andrés Ibarra. El mismo que aparece como subsecretario de Educación del ministro (Mariano) Narodowski. ¡Qué casualidad! En el Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires, donde también aparece reportándose Ciro James.

–¿Se pueden explicar ciertas situaciones que pasan en la Ciudad a partir de la experiencia de gobierno que llevó adelante Macri en Boca?

–Primero se explican a partir de sus empresas, porque el Fino Palacios había estado antes en ellas. Quiere decir que sus amistades personales las trasladó a las empresas, de éstas a Boca y de Boca al Gobierno de la Ciudad. Este es el camino.

–Cuando era vicepresidente de Boca, y desde que se alejó de Macri, ¿temió que le pincharan el teléfono cuando se enteró del papel que desempeñaba el comisario Palacios?

–Y... uno siempre está acostumbrado a ciertas cosas. Por la política, sé cuando a uno le pueden pinchar un teléfono o no. Es inevitable recordar lo que pasó en la última dictadura. Yo tengo una anécdota de cuando era secretario general del gremio del Tabaco. A nosotros, la Triple A nos partió en dos a un compañero que era el secretario general del sindicato en Salta, un tipo extraordinario, Guillermo Alzaga, y al que en pleno centro de la capital salteña, a las ocho de las noche del 19 de diciembre del ’75, lo mataron. Yo estaba hablando por teléfono y repudiando ese hecho con una persona, y de repente se cortó la conversación y me pasaron la grabación de todo lo que había estado diciendo hasta ese momento. Esto fue en el año ’76 y no había teléfonos celulares. Me habían pinchado el teléfono del sindicato. Por eso tengo experiencia para afirmar que estas cosas pueden suceder.

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