EL PAíS › INCIDENTE EN UN JUICIO POR LA DICTADURA EN ROSARIO
› Por José Maggi
El represor Juan Daniel Amelong tuvo ayer un exabrupto intimidatorio en el marco del juicio contra los represores que actuaron en Rosario durante la última dictadura. “Esto se está poniendo calentito. Lo que hace falta acá es un poco de bencina”, dijo Amelong según contó a Página/12 la abogada Virginia Blando Figueroa. Lo hizo al término de la declaración de Olga Moyano, quien relató cómo durante una sesión de tortura le habían quemado el cabello a Ariel Morandi, tras rociarlo con bencina.
La actitud de Amelong derivó en un duro altercado con Blando Figueroa. “Ante esto, que sonó obviamente intimidatorio a las partes que estábamos presentes en la sala de audiencias, le pido al defensor Héctor Galarza Azzoni que lo haga callar y que el imputado se abstenga de hacer ese tipo de comentarios. Amelong se dirige entonces a mí y me pregunta qué es lo que él mismo había dicho. Luego de negarlo en primer término, termina reconociéndolo, ‘Sí, acá lo que hace falta es un poco de bencina’, repitió mirándome”, precisó la abogada.
Luego del exabrupto, Blando Figueroa pidió al tribunal la expulsión de la sala de audiencias de Amelong –que fue suscripta por la fiscal Mabel Colalongo–, pero al cierre del debate el presidente Otmar Paulucci decidió correrle vista al fiscal en turno para que investigara.
Galarza Azzoni hizo una defensa desopilante de su representado: aseguró que todo fue fruto de una “conversación privada entre defensor y defendido que tiene garantía constitucional” y que la misma no debía ser entendida como una declaración intimidatoria ni un exabrupto. “Quiero que se revisen las grabaciones televisivas y allí se verá que estoy de espalda a la cámara hablando con Amelong”, remató.
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