EL PAíS › KIRCHNER, CARRIO Y DE NARVAEZ ASUMIERON SUS BANCAS ENTRE LOS 127 DIPUTADOS ELECTOS EN JUNIO
Con Pinky conduciendo la sesión preparatoria, los primeros legisladores en prestar juramento fueron los bonaerenses. Entre aplausos, Kirchner juró por Dios, la Patria y los Evangelios. Hubo vivas para Alfonsín y una silbatina para Carrió.
› Por Sebastian Abrevaya
“Con la presencia de 148 diputados, en ejercicio y electos, habiendo quórum, queda abierta la sesión”, dijo con su voz de conductora televisiva la diputada decana, Lidia “Pinky” Satragno. Así daba inicio a la sesión preparatoria en la que juraron Néstor Kirchner, Elisa Carrió, Francisco de Narváez, Ricardo Alfonsín, entre los 127 diputados que renovarán el Congreso. A esa hora, el escenario era desconcertante: el Frente para la Victoria no había bajado todavía al recinto, después de varios minutos en los que se rumoreaba que el acuerdo por la integración de la Cámara alcanzado a las 16.30 se había caído por orden del ex presidente Kirchner. Después de que por primera vez la oposición tuviera quórum sin la presencia del oficialismo, la peronista disidente Graciela Camaño, como titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, subió al estrado y convocó a Pinky para que condujera la sesión.
El primero en hacer uso de la palabra fue el titular del bloque radical, Oscar Aguad, quien propuso que la diputada de Unión PRO continuara como presidenta provisional del cuerpo, dada la ausencia del kirchnerismo. Acto seguido, el diputado del SI Eduardo Macaluse rechazó que la sesión se iniciara sin los legisladores del FpV. “Hemos trabajado durante toda la mañana en un acuerdo arduo. Tenemos que ser respetuosos del voto de la sociedad, que también incluye al oficialismo”, aseguró ganándose algunas manifestaciones de repudio. No hubo tiempo siquiera para que se discutiera, porque el kirchnerismo bajó en pleno y comenzó a sentarse en las bancas.
“Argentina, Argentina...”, “patria sí, colonia, no”, gritaban desde los palcos los militantes K que en algún momento también corearon la marcha peronista. Mientras tanto, dos asesores parlamentarios soplaban al oído de Pinky desde los pasos institucionales a seguir hasta cuando tenía que decir “aprobado”. Eso sí, la inexperiencia de la diputada más antigua del cuerpo no impidió que la jura de los diputados fuera realizada con la gracia característica de un show televisivo, con cierto tono de suspenso utilizado en las repetitivas fórmulas “por Dios, por la Patria y los Santos Evangelios”.
Entre los invitados especiales, sentados a la derecha del estrado, se encontraban los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), Juan Manuel Urtubey (Salta), Luis Beder Herrera (La Rioja), Fabián Peralta (Santa Cruz) y José Luis Gioja (San Juan). Además, presenciaron la sesión las ministras Débora Giorgi (Producción), Alicia Kirchner (Desarrollo Social) y Nilda Garré (Defensa), el vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini, el presidente del bloque de Senadores del FpV, Miguel Pichetto, y también el intendente de La Matanza, Fernando Espinosa, entre otros.
Los legisladores de la provincia de Buenos Aires fueron los primeros en jurar. Con aplausos desde los palcos, Néstor Kirchner juró por Dios, la Patria y los Santos Evangelios, junto con los peronistas Luis Cigogna, Carlos Kunkel y Dulce Granados. Luego, los cuatro desfilaron y pasaron a saludar a los invitados especiales.
La barra gritaba “Alfonsín, Alfonsín...”, cuando Ricardo, el hijo del ex presidente, juraba con la líder de GEN, Margarita Stolbizer, y los radicales Mario Barbieri y Juan Pedro Tunessi. “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser gobierno, como en el ’83”, repetían desde las gradas.
A uno de los hombres más intransigentes en las negociaciones de ayer, Francisco de Narváez, le tocó jurar junto a quien apoyaba como vicepresidente segundo de la cámara, Alfredo Atanasoff, y a su hombre de confianza, Gustavo Ferrari. También asumieron el ex gobernador Felipe Solá y Claudia Rucci, la hija del ex líder sindical Ignacio Rucci. Entre los otros bonaerenses se destacó la espada parlamentaria de la CGT, Héctor Recalde.
Una fuerte silbatina cayó desde los palcos al turno de los porteños Laura Alonso (PRO), Ricardo Gil Lavedra (UCR) y Elisa Carrió (CC). Los diputados de PRO Gabriela Michetti y Jorge Triaca votaron en un lugar especial, al lado del estrado del presidente, dado que ambos utilizan silla de ruedas.
Más de un diputado se olvidó de poner su mano derecha sobre la Biblia, incluso alguno, producto de los nervios o la inexperiencia, colocó su mano derecha a la hora de jurar por los Santos Evangelios. Sólo unos pocos diputados se apartaron de las fórmulas tradicionales. La chaqueña Sandra Mendoza, esposa del gobernador Jorge Capitanich, lo hizo “por la memoria de los desaparecidos, por los ciudadanos y el pueblo del Chaco”. Después saludó especialmente a su comprovinciana Carrió. Nora Iturraspe y María Cristina Kremer de Busti también juraron por los 30 mil desaparecidos. Juan Carlos Díaz Roig juró “por los jubilados, los ancianos, los niños y los humildes de la patria”.
El último en jurar fue el entrerriano Aníbal Alisegui, que ingresó en reemplazo de Cremer de Busti, que renunció a su banca para volver a presentarse. Lo hizo “por el movimiento obrero organizado”.
De vuelta de su cargo como embajador en México, el peronista Jorge Yoma también juró y saludó después a Carrió, a quien conoce de los años que compartieron como legisladores.
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