EL PAíS › EL MINISTRO DE EDUCACION, PRIMER CITADO A DECLARAR POR OYARBIDE
La causa de las escuchas entra en una nueva etapa con la citación del primer funcionario de la Ciudad a interrogatorio. De ahí, la causa se puede expandir para los costados y también para arriba.
› Por Irina Hauser y
Raúl Kollmann
Para quienes conocen los códigos de la Justicia federal, la citación del primer funcionario porteño como sospechoso en la causa del espionaje debería leerse como un anticipo de lo que se viene en una investigación que no para de dar sobresaltos. “El desfile no terminará en (Mariano) Narodowski”, cantan las apuestas en tribunales. El titular de Educación tendrá que explicar este miércoles qué hacía el espía Ciro James, personaje clave en una decena de escuchas ilegales, designado como asesor fantasma en su cartera. Luego, del ministro para los costados y para arriba, todo parece posible.
La escucha ilegal a Daniel Leonardo es una de las pruebas que más complican al propio jefe de Gobierno Mauricio Macri y también a su padre, Franco Macri. La pinchadura al parapsicólogo, que acusó a ambos, fue gestionada por James el año pasado, en la época de su ingreso a la administración macrista. Y James era mano derecha del comisario retirado Jorge “Fino” Palacios, que ya trabajaba en el armado de la Metropolitana y lleva años cerca del líder de PRO. Macri sigue sosteniendo que es el mejor policía, pese a que fue procesado por encubrimiento en el caso AMIA, se le detectó un diálogo con un reducidor de autos condenado a ocho años en el secuestro de Axel Blumberg y quedó involucrado en las escuchas telefónicas ilegales. A esta altura, las versiones sobre un eventual llamado a indagatoria a los Macri –aún no confirmadas– son cosa de todos los días.
La investigación a cargo de Norberto Oyarbide empezó por James y un grupo de policías misioneros que fueron la mano de obra para que se realizaran escuchas ilegales. Luego avanzó hacia dos jueces de Posadas que firmaban las órdenes basadas en datos truchos para que las grabaciones se hicieran utilizando la estructura de la SIDE, con costo cero. Pronto se supo que James no era un espía cualquiera. Era muy cercano a Palacios –su ex jefe en la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal– y desde mayo pasado recibía 6000 pesos mensuales del Ministerio de Educación porteño por un trabajo de asesoría legal en el que jamás firmó ni un dictamen. Las antenas de Nextel deschavaron que James pasaba mucho más tiempo en el Ministerio de Justicia y Seguridad Porteño, donde está la Policía Metropolitana, que en la cartera educativa.
A Narodowski el juez lo indagará para que explique el nombramiento de James, que habría servido como pantalla de sus actividades como espía, una hipótesis que se orienta a desechar que era un infiltrado. Su citación es todo un indicador de que Oyarbide comenzó a avanzar sobre las responsabilidades políticas. El juzgado y la fiscalía de Alberto Nisman trabajan cada vez más en una nueva pista: corroborar si alrededor de una decena de ex agentes de la SIDE están o estaban contratados en distintas reparticiones porteñas con una modalidad similar a la de James en Educación. Se buscaría comprobar si hubo un modus operandi a través de un grupo de trabajo de inteligencia y contrainteligencia ligado a la Metropolitana, lo que sería categóricamente ilegal.
James está preso porque se comprobó que gestionaba y retiraba las escuchas hechas a través de la Justicia misionera. Hubo una en particular, la de Sergio Burstein, integrante de Familiares de AMIA, que determinó que también quedara detenido Palacios. Los dos, concluyó Oyarbide, actuaron en tandem para espiar al dirigente de la colectividad judía, que promovía el desplazamiento del “Fino” de la Metropolitana. Hablaron cerca de 200 veces por teléfono desde fines del año pasado. El comisario retirado tiene una relación con Macri que se remonta a los noventa, cuando intervino en la investigación de su secuestro y más adelante de su hermana Florencia. Tras su expulsión de la Federal en 2004, Macri lo convirtió en jefe de seguridad de Boca. Después lo llevó a la Metropolitana, a la que Palacios renunció poco antes de su procesamiento por encubrimiento del atentado a la AMIA. Aun suponiendo que la escucha a Leonardo la haya contratado Franco Macri, por lógica sería muy extraño –razonan allegados a la causa– que la dupla James-Palacios no haya consultado o puesto sobreaviso de la movida al jefe de Gobierno, siendo el espiado su cuñado.
Además del laberinto que conecta a Macri con James, la escucha a su cuñado es el hecho puntual que podría extenderle los efectos de la causa. La Justicia ya evalúa una sumatoria de datos sugestivos que hacen suponer que tanto Mauricio como Franco Macri podrían terminar convocados a dar explicaciones, aunque a veces esos desenlaces dependen de cómo soplen los vientos políticos:
- La pinchadura al teléfono de Leonardo se inició el 23 mayo de 2008, una semana antes de que James firmara su contrato con Educación. Ese acuerdo era retroactivo a marzo. El 25 de mayo James retiró las primeras grabaciones del parapsicólogo.
- Ante Oyarbide, Leonardo acusó a su suegro y apuntó a su cuñado. “Creo, sin posibilidad de error, que el señor Franco Macri habrá hablado con Mauricio a los efectos de que violaran mi intimidad por medio de la pinchadura de teléfono”, advirtió. Contó que de antes de casarse con Sandra Macri, en 2004, su suegro intentó alejarlo y el año pasado llegó a ofrecerle dinero. Enumeró una serie de amenazas que recibió, todas con mensajes alusivos a que rompiera el matrimonio. La disputa, sostuvo, giraba alrededor del dinero. Juristas consultados dijeron que podría ser discutible el valor probatorio de esta declaración, aunque como todo testigo, Leonardo está obligado a decir la verdad. Sus dichos, en todo caso, se refuerzan o debilitan según otros indicios. Una semana después de testificar fue baleado en la puerta de su casa y le dijo al juez que el episodio no fue un intento de robo sino un atentado.
- El día posterior a la declaración de Leonardo, Mauricio Macri le envió por e-mail a su hermana un texto con formato de comunicado de prensa para que su cuñado lo desvinculara del escándalo. Lo confirmó Ana Moschini, secretaria del jefe de Gobierno, quien le dijo al juez que ella envió el correo electrónico por indicación de Macri. Leonardo optó por entregar la carta a la Justicia. El asombroso speech decía: “Quiero dejar en claro que en ningún momento he vinculado al señor jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, en presuntas acciones de espionaje contra mi persona durante la declaración testimonial que brindé ayer ante el juez Norberto Oyarbide”.
- Una carta que difundió Franco Macri confirmó su desprecio por Leonardo, a quien acusó de “cazafortunas”. A su hija Sandra la trató de “ingenua”.
- En un reportaje publicado por el diario La Nación, el jefe de Gobierno afirmó que la “respuesta” sobre el origen de la pinchadura telefónica estaba en aquella carta de su padre, a quien implicó en el espionaje sin vueltas. “Es un conflicto de mi padre y este señor, y mi padre relata que contrató a una agencia de seguridad norteamericana. Ustedes interpreten lo que les parezca. Si es verdad que este señor Ciro James envía casetes a pedido de la agencia americana es un conflicto del que no me hago cargo y no tengo absolutamente nada que ver”. En el juzgado analizan por estos días la composición societaria y los trabajos realizados en Argentina por The Ackerman Group, la agencia de seguridad contratada por Franco Macri. También estudian listados de llamados a Palacios y James desde 2007.
- ¿A quién le podría interesar escuchar a Daniel Leonardo? Los investigadores no cuentan con datos de que pudiera haber alguien más que tuviera alguna motivación.
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