EL PAíS › COLAPSO EN LA CIUDAD POR UNA TORMENTA DE SETENTA MILíMETROS DE AGUA
Esta vez hubo alerta, pero Buenos Aires volvió a quedar paralizada por la tormenta. Quedaron fuera de servicio subtes, trenes, el aeropuerto de Ezeiza y varias autopistas. En la avenida Santa Fe hubo auxilio con gomones. Dos muertos y un desaparecido.
› Por Carlos Rodríguez
García Lorca dijo que la lluvia tiene “un vago secreto de ternura” que hace vibrar “el alma dormida del paisaje”. Para Borges, quien oye llover recobra “el tiempo en que la suerte venturosa le reveló una flor llamada rosa”. Ayer, ni la poesía mejoró el humor de los porteños y de los bonaerenses. Por segunda vez en una semana, apenas 66,9 milímetros de agua caída del cielo provocaron un infierno húmedo. En barrios como Villa Crespo, Palermo, Almagro o Caballito, el paisaje se asemejaba al de las islas del Tigre. Gomones del Grupo Especial de Rescate de la Policía Federal ayudaron a los vecinos a navegar por el río tumultuoso que corría por la porteña avenida Santa Fe, en el cruce con las calles Humboldt y Fitz Roy. Otros transeúntes cruzaron a nado o armaron trencitos, tomados de una larga soga atada a dos árboles, para seguir un camino seguro sobre el asfalto –sin bocas de tormenta ocultas bajo el agua– y llegar sanos y salvos a la vereda de enfrente. Sesenta mil usuarios se quedaron sin luz, hay centenares de autos tapados por las aguas, los subterráneos y el Premetro interrumpieron sus servicios, hubo inundaciones y cortes en autopistas y en la red ferroviaria. El aeropuerto de Ezeiza quedó 20 minutos fuera de servicio. En Laferrere, partido de La Matanza, un niño de 11 años desapareció cerca del lugar donde corre un arroyo entubado. En las estaciones ferroviarias de Coghlan y Liniers, dos personas murieron electrocutadas cuando cruzaban las vías en medio de la tormenta.
El lunes, el gobierno porteño le echó la culpa de la inundación a la falta de alerta meteorológica que impidió que se solicitara a los vecinos que no sacaran las bolsas de residuo que luego taparon las alcantarillas. Ayer, se insistió en que la causa principal fue, otra vez, el desborde del arroyo Maldonado, que corre en el subsuelo de la avenida Juan B. Justo. Las obras del canal aliviador que serían la solución al problema, recién terminarán a mediados de 2011. “Fundamentalmente le pedimos a la gente que no cruce las calles, que espere ayuda porque corre riesgo de recibir una descarga eléctrica o de caer en una alcantarilla”, advirtió ayer el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
El funcionario admitió que esta vez el alerta meteorológico llegó a tiempo, pidió a los vecinos que no sacaran la basura a la calle y sostuvo que el Maldonado desbordó porque también llovió con cierta intensidad en el oeste bonaerense, donde el arroyo tiene su nacimiento. Rodríguez Larreta insistió en pedirles a los vecinos que no salieran a la calle, ni en auto ni a pie, porque “no se puede medir con precisión la profundidad del agua” en las zonas inundadas. En Palermo, sobre la avenida Las Heras, frente al Jardín Zoológico, o en Villa Crespo, en varios tramos de la avenida Santa Fe, el agua llegaba a la rodilla y en otros casos subía más arriba de la cintura de los que cruzaban la calle caminando.
Juan Pablo Schiavi, actual secretario de Transporte de la Nación y ex ministro del gobierno porteño, se mostró sorprendido por la magnitud de la inundación “cuando esta vez no ha llovido más que otros eneros o febreros de los últimos diez años en los que no se produjeron estos desbordes”. En diálogo con Página/12, Schiavi se refirió a la debacle de la red de subterráneos, ya que se interrumpieron los servicios en todas las líneas. Según el funcionario nacional “es muy raro que se hayan inundado los subtes, sobre todo la línea ‘A’, y que haya habido desbordes en algunas estaciones de trenes, como en Liniers o en Belgrano, porque si algo hicieron bien los ingleses fue la red ferroviaria, que nunca se inunda. Es evidente que acá no hubo un mantenimiento adecuado de los sumideros en la entrada de los subtes. También hubo problemas con el Premetro y todo parece demostrar que hay un mantenimiento paupérrimo de la ciudad”.
Por su parte, Aníbal Ibarra, ex jefe de Gobierno porteño, coincidió con Schiavi en que el de ayer “no fue un diluvio” sino una lluvia “como las que suelen caer en esta época del año”. Por eso estimó que la ciudad “volvió a colapsar” porque “los sumideros no se limpian y las obras de reparación de los mismos no se hacen. Por eso se inundan lugares que nunca se inundaban, donde no hay arroyos ni ríos subterráneos”.
Ayer por la tarde-noche, cuando mermó la lluvia, los vecinos de Caballito volvieron a cortar el tránsito en la esquina de Angel Gallardo y avenida Gaona, frente al monumento al Cid Campeador. Indignados, los vecinos hicieron sonar las cacerolas, para quejarse por la interrupción del servicio eléctrico, por segunda vez en una semana. “Estamos cansados. No hago nada con los 5000 pesos”, se quejaban los vecinos, en alusión a la indemnización ofrecida por el gobierno porteño. En esa zona, el corte fue por la inundación de una cámara subterránea. En varios otros puntos hubo vecinos que protestaron cacerola en mano, entre ellos, en Parque Chacabuco.
Rodríguez Larreta y los voceros de Edesur y de Edenor señalaron que muchos de los cortes fueron “preventivos” en los barrios de Palermo, Paternal, Villa Crespo, Flores y en la zona de Parque Centenario, porque se temían accidentes fatales en las calles inundadas que eran cruzadas, en algunas ocasiones hasta descalzos, por los transeúntes que quedaron atrapados en la vía pública por la repentina inundación. Los efectos de la lluvia hasta se hicieron sentir en el Congreso de la Nación. Un pasillo de la planta baja de la Cámara de Diputados, sobre la calle Rivadavia, quedó parcialmente inundado. Se vio a legisladores y colaboradores, de traje y corbata, sacando el agua, con secadores de piso, hasta que llegó una bomba con la que se pudo extraer todo el líquido acumulado.
En La Matanza era buscado un niño de 11 años que desapareció cuando caminaba, junto con su madre, cerca del cruce de la ruta 3 con la calle Estanislao del Campo, donde corre el arroyo Susana, que está entubado.
Anoche se confirmó también que un joven murió cuando cruzaba las vías electrificadas del ferrocarril Sarmiento, a la altura de la estación Liniers. Antes, en la estación Coghlan, del Ferrocarril Mitre, había ocurrido lo mismo con un hombre que murió electrocutado. Mientras, en Córdoba, luego de cinco días de búsquedas, fue hallado el cuerpo de Agustina Franco, de 9 años, quien había sido arrastrada el lunes por la crecida del río Suquía. El jefe de Bomberos, comisario Gustavo Folli, confirmó el hallazgo ayer por la tarde.
La Autopista Perito Moreno, en su empalme con la 25 de Mayo, y en Dellepiane, en el cruce con la calle Pilar, debió interrumpirse la circulación de vehículos por el temporal. La Autopista 25 de Mayo colapsó al llegar la noche, cuando se convirtió en una de las pocas vías transitables. Un panorama similar se vivió en la Autopista Buenos Aires-La Plata y en la avenida General Paz, especialmente a la altura de Beiró. La situación fue crítica también en las autopistas Ezeiza-Cañuelas, en la Panamericana y en el Camino del Buen Ayre, donde se registraron algunos choques, sin consecuencias graves.
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