En sus testimonios de ayer en el juicio oral por el ataque terrorista, un grupo de empleados y médicos de una clínica psiquiátrica que lindaba con el edificio de la AMIA revivieron escenas fuertes de la tragedia.
“Estaba con mis pacientes en el fondo, en la planta baja, no podíamos salir por la entrada principal, estaba todo derrumbado”, recordó la terapista ocupacional Silvia Carrizo. Según relató la profesional, finalmente pudieron escapar a través de una puerta de rejas que “estaba toda doblada”. Una vez en la calle, corrieron por Pasteur hacia Viamonte.
Seis empleados de la clínica y dos vecinas confirmaron ayer con sus declaraciones algunos puntos de la pesquisa: que había un volquete a metros de la entrada de la mutual judía, que la explosión “pareció un terremoto” y que sintieron un fuerte olor a amoníaco. Estos datos tienden a confirmar la teoría de que se utilizó un cochebomba, que los abogados defensores de los acusados vienen intentando poner en duda.
El juicio se reanudará el lunes próximo y volverá a su horario habitual de las 14.30.