Antonio Domingo Bussi morirá condenado por apenas uno de los centenares de crímenes que cometió durante la última dictadura. El dato se desprende de la resolución del Tribunal Oral Federal de Tucumán, que dispuso ayer separarlo del primer juicio a los represores que actuaron en Jefatura de Policía. Los jueces Josefina Curi, Gabriel Casas y Carlos Jiménez fundaron la decisión en un informe del cardiólogo Cristian Rando, del Cuerpo Médico Forense, quien dictaminó que por sus problemas cardíacos y pulmonares Bussi debe permanecer en terapia intensiva y que tiene altas chances de no sobrevivir más de un año.

El agravamiento de los problemas de salud del represor tucumano se produjo durante el fin de semana. Rando apuntó que las deficiencias son sólo físicas, no mentales. También el general Alberto Cattáneo se benefició por sus problemas de salud: el tribunal resolvió que el ex jefe del Destacamento de Inteligencia 142 podrá seguir los debates desde su casa, por medio de un sistema de teleconferencias, con el fin de tener al mismo tiempo un adecuado control médico. Del centenar de desaparecidos que pasaron por Jefatura, el juicio abarca sólo 21 casos, más el de una sobreviviente ya fallecida. El primer imputado que quedó fuera de juego fue el ex jefe de la policía Albino Zimmermann, que murió por un infarto intestinal agudo. Bussi sólo fue condenado en agosto de 2008, junto con Luciano Benjamín Menéndez, por la desaparición del ex senador Guillermo Vargas Aignasse, sentencia que aún no confirmó la Corte Suprema.