EL PAíS › EL RADICALISMO RECORDó AL EX PRESIDENTE RAúL ALFONSíN A UN AñO DE SU FALLECIMIENTO
El diputado Ricardo Alfonsín y el vicepresidente Julio Cobos, que se disputan la candidatura presidencial, hablaron en la Recoleta. Hubo alusiones a la “unidad del partido” y críticas al kirchnerismo. Ernesto Sanz encabezó el acto frente al Congreso.
› Por Sebastian Abrevaya
A un año de la muerte de Raúl Alfonsín, el radicalismo en pleno le rindió ayer homenaje a la figura del ex presidente, quien aportó en vida, pero también post mortem su montaña de arena, para que a nueve años de la debacle de la Alianza, la UCR tenga chances de llegar al gobierno en 2011. Sus dos potenciales candidatos, el diputado Ricardo Alfonsín y el vicepresidente Julio Cobos, protagonizaron un acto más íntimo en el cementerio de la Recoleta, mientras que el titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, encabezó la convocatoria partidaria frente al Congreso Nacional. “Alfonsín cumplió con su deber y descansa en paz, ahora vamos nosotros a cumplir con el nuestro”, arengó el hijo del ex presidente al cerrar su discurso.
Hace exactamente un año, una multitud despedía los restos de Alfonsín en el Congreso de la Nación y luego los acompañaba hasta el mausoleo donde hoy descansan. Allí, en el cementerio de la Recoleta se convocaron familiares, amigos y dirigentes de la UCR con el objetivo de recordar y agradecerle al último prócer radical. El vicepresidente y el hijo del ex mandatario convivieron a pesar de la guerra fría que protagonizan por la candidatura presidencial de la UCR. Fueron ellos, junto a Luis Brandoni y un “viejo amigo”, Victorio Bisciotti, los oradores de la ceremonia. “Qué falta que me hacés –le dijo Brandoni al ex presidente, citando el tango de Roberto Goyeneche–. Quisiera escucharte y contarte qué bien anda el partido, cómo se recuperó la UCR”, agregó.
En un ambiente que no le derrochó hospitalidad pero tampoco le fue hostil, Cobos hizo uso de la palabra recibido por tibios aplausos. Bregó por acercarse a los militantes radicales que lo escucharon rendirles culto a las virtudes de Alfonsín, quien –dijo– “tuvo que superar innumerables conflictos pero siempre lo hizo abrazado a la Constitución nacional y nunca pensó en tomar algún atajo para burlar el mando de la ley”.
Como en sus últimas participaciones partidarias, Cobos volvió a dar un gesto a los muchos correligionarios que no le perdonan su pasado kirchnerista. “Quiero asumir, con la responsabilidad de los errores cometidos, este compromiso que tuviera oportunidad de manifestarle a Alfonsín y que tiene que ver con la unidad de nuestro partido, pero también por un sueño más grande que es el de la unidad nacional”, afirmó. La participación del vice fue un acuerdo de último momento con Sanz, quien le cedió su lugar entre los oradores. Cobos aprovechó para cuestionar desde el atril y luego frente a las cámaras la política del Gobierno frente a la inflación y la distribución de recursos a las provincias.
Asumiéndose como candidato presidencial, Ricardo Alfonsín apeló a un discurso no sólo emotivo sino político. Después de un cálido recibimiento, remarcó la necesidad de encontrar en la figura de su padre el camino para “recuperar la autoridad y la ejemplaridad en la política”. “Actuar con ejemplaridad –agregó– no es sólo combatir la corrupción. Es no ser autoritario, no maltratar a las instituciones, no ser demagogo, no ser ‘electoralero’ y saber definir las prioridades, además de actuar con espíritu de grandeza.”
La Recoleta fue el escenario central de los homenajes que se extendieron en todo el país. Contó con la presencia de familiares, dos dirigentes que recuperaron su vínculo con la UCR como el ex jefe de Gobierno Enrique Olivera, y la líder de GEN, Margarita Stolbizer, acompañada por los diputados Horacio Alcuaz y Gerardo Milman. También estaba el ex gobernador de Río Negro Horacio Massaccesi, el ex legislador macrista Jorge Enríquez y Marcelo Meis, ambos enrolados en las huestes de Ricardo López Murphy.
El intendente de Mendoza, Víctor Fayad, viajó especialmente para participar de los actos. Cobos estaba muy cerca, pero ambos mendocinos no cruzaron palabra. Una dura interna, se sabe, los enfrenta en sus propios pagos. El chaqueño Angel Rozas y el ex diputado Fernando Chironi compartieron también el recuerdo al igual que la histórica Florentina Gómez Miranda. No estuvieron los líderes de la ex Coordinadora Nacional, Leopoldo Moreau, Federico Storani o Enrique “Coti” Nosiglia. Los bonaerenses mantienen un enfrentamiento con el hijo del ex presidente, así que prefirieron hacer su propio acto el martes, en Avellaneda.
Con las banderas de la Juventud Radical y la Franja Morada, el acto frente al Congreso Nacional contó con toda la tradición radical. Bombos, boinas blancas y cantitos: “Yo soy así, en las buenas y en las malas voy con Alfonsín, no me importa lo que digan los demás, soy radical”, coreaban las agrupaciones de la JR, La Cantera y Los Irrompibles, además de los clásicos como “somos la vida, somos la paz, somos el juicio a la junta militar”. En un reconocimiento de las tensiones internas que vive el radicalismo, el presidente de la JR, Nahuel Ibazetta, les pidió “quererse más” a los radicales para marchar “ni delante ni detrás, sino hombro a hombro hacia el camino de la socialdemocracia”. El dirigente de Franja Morada Sergio Duarte también había llamado a la unidad del partido.
Pero fue Sanz el gran protagonista de la convocatoria del Comité Nacional. En un despliegue de oratoria, llamó a “seguir el legado de Alfonsín” y, citando a Eduardo Galeano, alentó a los militantes radicales a caminar interminablemente hacia las utopías que marcó Alfonsín: “La libertad y la justicia social”.
Desde el escenario, el titular del partido lanzó una dura crítica dirigida al matrimonio presidencial. Recordó que “cuando algunos se escondían y lucraban durante la dictadura, Alfonsín defendía presos políticos” y por eso cuando llegó la democracia “no tuvo la necesidad de sobreactuar en la defensa de los derechos humanos”. En el único mensaje dedicado a los conflictos partidarios, Sanz pidió “no comprar falsos adversarios ni recetas mezquinas” y “no mirarse el ombligo”.
Fue un día de recuerdo y entusiasmo para todos los radicales. Pero la memoria de Raúl Alfonsín no fue suficiente para ocultar las fracturas y tensiones del proceso de reunificación que la UCR desea resolver para volver a ser gobierno, como en el ’83.
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