Mié 14.04.2010

EL PAíS  › AL CIERRE DE ESTA EDICIóN CONTINUABA LA SESIóN EN DIPUTADOS

A votar contra el decreto

Las fuerzas de la oposición debatían anoche si anular, como impulsaba Carrió, o rechazar el DNU que creó el Fondea para pagar deuda con reservas. El oficialismo retrucó que se estaba impidiendo “una medida de gobierno de rango constitucional”.

› Por Miguel Jorquera

Al cierre de esta edición, el Grupo A esperaba que, hacia las primeras horas de la madrugada, se agotara la larga lista de oradores para imponer su mayoría en una votación largamente deseada por la oposición en la Cámara de Diputados: rechazar y “declarar nulo de nulidad absoluta e insanable” el Decreto de Necesidad y Urgencia que habilita el uso de reservas del Banco Central para cancelar 4382 millones de dólares de deuda pública. Después de sucesivos fracasos, el arco opositor logró sentar en el recinto, ayer por la tarde y puntualmente, a 136 diputados que habilitaron la sesión especial para derogar el DNU 298 que crea el Fondo de Desendeudamiento Argentino (Fondea). “Con esta decisión tomada en Diputados, el decreto es nulo y no hace falta el pronunciamiento del Senado, por lo tanto no hay posibilidad de sanción ficta”, sentenció la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, con la intención de dejar abierta la vía judicial. “Actúan con un fanatismo sin límite para impedir medidas de gobierno de rango constitucional”, acusó la kirchnerista Diana Conti.

Los argumentos de la oposición fueron desde los jurídicos y constitucionales hasta los económicos. Para todo el arco opositor, “no existió ni necesidad y urgencia” para que la Presidenta dictara el DNU, y de esa manera justificaron su rechazo. Pero Carrió le subió la vara al resto. Tras fundamentar la decisión de declarar nulo el DNU en el antecedente de que el Congreso hizo lo mismo con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, lanzó una advertencia a sus aliados del Grupo A: “Si no declaramos la nulidad, sólo se habría montado un circo sin consecuencias judiciales, políticas y penales”.

El PJ disidente de Felipe Solá, el macrismo, Proyecto Sur y el socialismo respaldaron la propuesta de Carrió. El radicalismo y el GEN, en cambio, tomaron algo de distancia de la interpretación jurídica de Carrió y creyeron mejor esperar la modificación de la ley 26.122, que regula el control parlamentario de los DNU y que ya tiene dictamen de comisión. Al cierre de esta edición, la oposición discutía la propuesta que harían a la hora de votar. La de mayor consenso era la de “rechazar el decreto por nulo”.

Pero frente a las cámaras de TV, Carrió volvió sobre sus pasos y afirmó que si el DNU se declaraba nulo en Diputados, dada “la inconstitucionalidad de la ley 26122”, no se necesitaba el pronunciamiento del Senado, donde el oficialismo apuesta a frenar la embestida opositora. Para el radical Ricardo Gil Lavedra, la ley también es “inconstitucional”, pero admitió que “es la que está vigente, por lo tanto también se necesita el rechazo del Senado”. El ex camarista reconoció que la declaración de nulidad abriría la posibilidad de recurrir a vía judicial: “Tendría que ser un particular y no un legislador”, dijo.

Conti fue la primera en exponer los argumentos oficialistas. La diputada bonaerense defendió la ley 26.122 impulsada por “la audacia” de la entonces senadora Cristina Fernández en 2006, “luego de la demora nada audaz de este Congreso” que nunca antes había aplicado el control parlamentario de los DNU desde la reforma constitucional del ’94. Luego cuestionó la actitud de la oposición ante los DNU. Conti afirmó que la Comisión Bicameral emitió “65 dictámenes” desde su creación, muchos de ellos relativos a gobiernos anteriores al kirchnerismo, de los cuales Diputados sólo trató 59 y el Senado sólo 34, sin que “ningún legislador opositor reclamara el avocamiento de las Cámaras para tratarlo como ahora”. Además, la diputada acusó a los opositores de ejercer “un fanatismo sin límite para impedir medidas de gobierno de rango constitucional”. Y criticó “la judicialización de la política”, apuntando a los radicales: “Si don Raúl (por Alfonsín) despertara moriría de nuevo al escuchar a algunos de sus correligionarios”.

La aliada oficialista Vilma Ibarra, de Nuevo Encuentro, advirtió a la oposición las consecuencias que implicaría, no solo para éste, sino para futuros gobiernos, imponer “un antecedente jurídico de declarar nula una herramienta constitucional”. “Debemos rechazar o aprobar –insistió Ibarra–, la nulidad es una sanción que requiere alegatos, establecer hechos, alegamos sobre la prueba, y podemos esperar un fallo favorable o no de la Justicia.”

A lo largo del debate, no pocos opositores denostaron el DNU con argumentos políticos. Desde el PJ disidente, la UCR y PRO afirmaron que el Gobierno no necesitará de la reservas para saldar deuda porque recaudará más de 40 mil millones de pesos con ingresos “subvaluados” en el Presupuesto y el “impuesto inflacionario”. Solá embistió contra el decreto que “estropeó el veraneo de los argentinos” e insistió en que “el Gobierno recaudará 33 mil millones de pesos más por la inflación que desconoce y quiere usar las reservas para pagar deuda y utilizar los ingresos para aumentar el gasto discrecional”.

El macrista Federico Pinedo cito a Karl Marx, en particular su Contribución a la crítica de la economía política, para argumentar en contra de la inflación y defender la teoría monetarista de las reservas. El socialista Lisandro Viale embistió contra el Gobierno y su política económica como la “más desembozadamente unitaria desde el regreso de la democracia”, además de afirmar que “mi provincia (Entre Ríos) fue esquilmada en 1500 millones de pesos”, según un estudio de la Fundación Mediterránea que dirigió Domingo Cavallo.

Desde Proyecto Sur cuestionaron al DNU 1953 que “autorizó al Gobierno a emitir bonos de deuda por 15 mil millones de dólares” y pidieron una “auditoría de la deuda”. Claudio Lozano criticó la intervención de la “Banca Barkley” en el canje de deuda “asesorando a acreedores y deudores a través de la consultora Arcadia vinculada a funcionarios del Ministerio de Economía”. Retrucó la kirchnerista Patricia Fadel: “En 2003 repartíamos la carencia. Hoy la discusión es sobre la abundancia. Hay 48 mil millones de dólares de reservas y no podemos utilizarlos. ¿Qué le vamos a decir a la gente cuando haya que aplicar un ajuste y tengamos que reducir la asignación universal por hijo porque no nos dejan usar los recursos que este Gobierno supo juntar?”.

Al cierre de esta edición, nadie se había bajado de la extensa lista de oradores y los cálculos más auspiciosos afirmaban que la votación sería bien avanzada la madrugada.

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