EL PAíS
› APOYO DE LA UBA Y OTRAS INSTITUCIONES AL RECLAMO DE JUAN GELMAN
“Fue condenada a una doble muerte”
Las universidades de Buenos Aires, La Plata y San Martín le exigieron a Jorge Batlle que investigara el paradero de la nuera del poeta.
A María Claudia “se le ha conculcado un derecho humano inalienable: el de contar con una sepultura pública que permita conservar su memoria”. El pasaje pertenece a la carta que el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Guillermo Jaim Etcheverry, acaba de enviarle al presidente uruguayo, Jorge Batlle, para reclamar que se investigue y esclarezca el destino de la nuera del poeta Juan Gelman. En 1976, las fuerzas de seguridad de las dictaduras de Argentina y Uruguay, en complicidad, secuestraron en Buenos Aires a María Claudia García Irureta Goyena de Gelman –siete meses de embarazo en una joven de apenas 19 años– para asesinarla en Montevideo después de que diera a luz a una niña. Recién en el 2000 la nieta pudo reencontrarse con su abuelo. Pero los restos de María Claudia nunca fueron recuperados. Esta semana, los reclamos de la UBA se sumaron a los presentados por las universidades nacionales de La Plata y de General San Martín.
En su última sesión, el Consejo Superior de la UBA respaldó la carta enviada por el rector a Batlle. “Como la víctima estaba embarazada... esta acción clandestina constituyó un secuestro de vientre ya que fue llevada a cabo con el solo objeto de asesinar en Uruguay a una ciudadana argentina para quitarle su bebé –detalla el texto–. Esa hija de María Claudia y Marcelo Ariel Gelman ha podido ser hallada en el Uruguay como resultado de la investigación realizada por el abuelo Juan Gelman y su esposa, Mara La Madrid.” La carta concluye solicitándole a Batlle que “arbitre todos los medios necesarios para ubicar en territorio uruguayo los restos de María Claudia”. En la misma sesión del órgano de gobierno universitario, Jaim Etcheverry propuso conceder a Gelman el título de profesor honorario de la UBA.
Además de la iniciativa del rector, consejos directivos de las facultades de la UBA ya se pronunciaron en el mismo sentido. El decano de Filosofía y Letras, Félix Schuster, remitió otra carta al presidente uruguayo, en la que apuntó que, al ser desconocido su paradero, la nuera de Juan Gelman “fue condenada a una doble muerte ignominiosa: es, sin duda, un derecho humano inalienable, propio de nuestra civilización y venido del fondo de los siglos, que todo ser humano fallecido tenga una sepultura pública para rendirle homenaje y guardar su memoria”. Y añade: “Tenemos el convencimiento de que el Sr. Presidente comparte nuestra idea de que este caso individual se inserta en una causa colectiva y en una deuda mayor con nuestras sociedades, por tratarse de heridas nacionales, de tajos en la memoria cívica que cuestionan la identidad de los pueblos si no cicatrizan”. Las mismas palabras lleva la nota firmada por el decano de Ciencias Exactas, Pablo Jacovkis.
A través de su presidente, Alberto Dibbern, y luego de su Consejo Superior, la Universidad Nacional de La Plata resolvió expresar su solidaridad con el pedido de Juan Gelman a las autoridades uruguayas “para que se encuentren los restos de su nuera y para que se esclarezcan los hechos criminales incluidos en su secuestro”.
En la Universidad Nacional de General San Martín, donde Gelman recibió el Doctorado Honoris Causa y donde conduce una cátedra de Poesía Latinoamericana, el Consejo Superior adhirió a la carta enviada al mismo Batlle por el rector, Daniel Malcolm, y el director de la Escuela de Humanidades, Carlos Ruta: “Todos sabemos que el horror por el que transitó el pueblo argentino en la década de los ‘70 golpeó con toda su amargura la vida personal y familiar de este eximio poeta que es Juan Gelman. Además de sufrir un exilio prolongado, de ser acusado reiterada e injustamente, su hijo Marcelo y su nuera fueron secuestrados por un comando de represores de Automotores Orletti y llevados a ese centro clandestino de detención... Marcelo fue torturado y asesinado en la primera quincena de octubre de 1976; sus restos fueron recuperados a fines de 1989. El destino de María Claudia parecía ser otro; no fue torturada, tuvo una dieta especial e incluso le dieron la posibilidad de cambiar su ropa... Alrededor del 8 de octubre fue trasladada a un centro clandestino dedetención del Uruguay (SID)... De allí fue trasladada al Hospital Militar de Montevideo para el parto, cuya fecha probable fue el 1º de noviembre de 1976. Tras su regreso al SID en los primeros días de noviembre, se la vio salir del mismo con su hija, a fines de diciembre, custodiada por dos militares uruguayos y trasladada a otro centro de detención de Montevideo, donde fue asesinada para arrebatarle la beba”.
Después de pedirle esfuerzo y cooperación a la máxima autoridad del Uruguay, la carta le recuerda que “la verdad siempre hurga caminos para mostrarse”.