Desde Gualeguaychú

Tras la agónica votación en la que la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú decidió el levantamiento temporal del corte en Arroyo Verde, ayer la ciudad vivió un clima de “descompresión”. La intensidad de la última semana, que obligó a un giro en la postura de los asambleístas, bajó de decibeles tras la determinación de flexibilizar el bloqueo y sentarse a negociar. Mucho colaboró también la goleada de la Selección Argentina que llevó las conversaciones –que algunas horas antes habían girado en torno del tumultuoso resultado de la asamblea del miércoles– hacia la más distendida cotidianidad del fútbol. Las últimas horas del bloqueo en el kilómetro 28 de la ruta 136 transcurrieron sin sobresaltos y con una guardia mínima a la espera de que mañana a las 13 –en una ceremonia que promete estar cargada de emotividad– se ponga fin a más de tres años y medio de corte.

Gualeguaychú, como todo el país, amaneció palpitando el partido de Argentina con Corea. La gente reunida delante de los televisores convirtió a la ciudad en un pueblo fantasma durante 90 minutos. Nada hacía imaginar que tan sólo unas horas antes una concurrida asamblea ambientalista hubiera tomado la trascendental decisión de bajarse de la ruta e iniciar negociaciones con el Gobierno para lograr imponer un monitoreo conjunto dentro de la ex Botnia, entre otras medidas.

En Arroyo Verde, la situación fue análoga, sólo que no fueron más de cinco personas frente a la pantalla. Rodeados de periodistas que los doblaban en cantidad, la barrera permaneció baja durante toda la jornada. La resignación impregnaba los rostros de quienes no estuvieron de acuerdo con la decisión de “aflojar”. Sospechan que una vez fuera de la ruta les será muy difícil volver a la protesta. También descreen de que el plazo para negociar con el Gobierno arroje resultados satisfactorios. Desde el Uruguay, las declaraciones de los funcionarios fogonean esa idea.

“Vamos a ponernos al costado de la ruta con la esperanza de nunca más volver”, aseguró José Pouler a manera de síntesis de la postura que adoptaron los asambleístas moderados y que, aunque lo quieran negar, estuvo directamente influida por el impacto de la querella que el Gobierno presentó contra algunos de los integrantes del colectivo ambientalista. “Imaginate que a algunos les jode hasta recibir una carta documento”, deslizaron. La metáfora con la que el asambleísta Jorge Fritzler justificó su parecer en la reunión fue retomada por varios integrantes del espacio, que ayer repetían: “Hay que devolverle el fierro caliente al Gobierno”. Lo mismo señaló Raúl Almeida, el propulsor de la moción triunfadora. La solución del conflicto “está en los presidentes” de Argentina y Uruguay, “no en la judicialización”, apuntó.

En pocas horas más, la fisonomía del paraje Arroyo Verde cambiará de manera rotunda. Salvo el refugio de material, construido a la altura del kilómetro 28, es probable que los demás elementos que fueron utilizados para la barricada a lo largo de más de tres años y medio pasen a la historia. El desvencijado micro –hoy reducido a una carcaza de hierros oxidados–, la improvisada parrilla sobre la banquina y los demás objetos que conforman la barrera serán removidos. Así le contó a Página/12 el intendente Juan José Bahillo, quien aseguró que por pedido de algunos ambientalistas se solicitó que sea el municipio el que facilite los medios para limpiar la zona y dejarla lista para que los vehículos puedan circular. No son pocos los que anticiparon que dejarán escapar un lagrimón cuando vean la barrera levantada.

El intendente explicó a este diario que, apenas terminó la asamblea, conversó con el gobernador entrerriano Sergio Urribarri acerca de los próximos pasos para trabajar en pos de transmitir al Ejecutivo las demandas de los ambientalistas. Ambos consideraron “acertada y adecuada” la decisión. Aunque desde la comuna sostuvieron que no entablaron gestiones con los propulsores de la moción que ganó, estimaron previsible el resultado así como la paridad. “Empezamos a desandar el camino del conflicto”, auguró con optimismo Bahillo.

Hasta algunos de los vapuleados integrantes del Movimiento Pro Liberación de la ruta 136 se animaron a acercarse hasta el límite del bloqueo. Miembros de uno de los grupos que inició la demanda sobre la que resolvió el juez Pimentel querían ver con sus propios ojos cuál era el clima en el corte. Vieron con optimismo la decisión tomada y descreen de que los ambientalistas puedan volver a interrumpir el paso en la ruta internacional. “Hemos llegado a nuestro propósito, pero tenemos que estar en guardia”, advirtió uno de sus referentes. “Ahora estamos dispuestos a dialogar con ellos”, agregó en un intento por medir si es que las maltrechas relaciones entre gualeguaychuenses aún pueden ser reconstruidas.

Informe: Gabriel Morini.