El Consejo Arquidiocesano de Laicos de Tucumán aseguró ayer que el arzobispo Luis Villalba no tuvo la intención de discriminar a nadie cuando pidió que se respete la Constitución local, que impide que un no católico sea gobernador. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), por su parte, manifestó su repudio a las normas discriminatorias con prescindencia de cualquier alusión partidaria o electoral.
“En ningún momento monseñor se pronunció sobre las condiciones religiosas que debe reunir el próximo gobernador. Sólo dijo que si la norma no es buena o resulta inconveniente, habría que cambiarla”, aseguró el titular de la entidad de laicos tucumanos, Luis Assaf. En ese sentido, agregó que el sistema jurídico dispone de mecanismos para derogar una ley, pero “no hay procedimiento alguno para incumplirla”.
La polémica comenzó a partir de una nota publicada por el diario tucumano La Gaceta en la que Villalba instaba a cumplir la Constitución sancionada durante el gobierno de Antonio Bussi, que impide que quienes no son católicos sean elegidos como gobernador y vice, en obvia referencia al precandidato del PJ mejor posicionado en las encuestas, el senador José Alperovich. El arzobispo negó haber dicho que “el gobernador debe ser católico”, aunque en referencia a la cláusula constitucional en ese sentido afirmó que “mi pensamiento es que se debe cumplirla”.
“Deploramos algunas declaraciones públicas que no contribuyen a generar un clima de convivencia tolerante y de respeto a las diferencias. El 18 del corriente, todas las religiones estuvimos juntas en la mesa del diálogo, por la paz y por la integración armónica en pos de las necesidades de los tucumanos”, declaró el titular de la delegación tucumana de la DAIA, Osvaldo Aiziczon. Además manifestó además su esperanza de que “esta polémica sea superada por la razonabilidad, la convivencia y el respeto por las diferencias que siempre caracterizó a la vida institucional argentina”.