EL PAíS › EL MACRISMO PERDIó OCHO VOTACIONES A MANOS DE LA OPOSICIóN, QUE DECIDIó ARCHIVAR EL AUTOJUICIO POLíTICO DE MACRI
En la madrugada de ayer, los opositores abortaron el plan del jefe de Gobierno para absolverse en el caso de las escuchas. El oficialismo tendrá cinco de los 17 miembros de la comisión investigadora. Los macristas denunciaron un “golpe de Estado”.
› Por Werner Pertot
El autojuicio es historia. Pasada la medianoche del jueves, la oposición porteña votó el archivo del proceso que Mauricio Macri buscaba impulsar para absolverse. También completaron la votación de la comisión investigadora, donde el PRO tendrá cinco de los 17 integrantes. Los macristas (que exigían siete miembros) intentaron un cuarto intermedio de 72 horas para negociar, pero no lo consiguieron. A coro, denunciaron que la comisión investigadora especial que investigará las responsabilidades por la creación de la Policía Metropolitana y la causa de escuchas ilegales implica un “golpe de Estado”. La sesión terminó con ocho votaciones perdidas por el macrismo, que sólo pudo festejar que no se aprobara una recomendación de que el jefe de Gobierno se tome licencia.
Ya se había votado por 36 a 24 la invitación para que Macri concurra a la Legislatura el 24 de agosto, la creación de la comisión investigadora y sus dos primeros artículos. En el tercero, que era el que definía la integración, el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, pidió un cuarto intermedio de diez minutos para hablar con los otros titulares de bancada. Antes, los legisladores macristas se habían agolpado para anotarse como oradores y extender la sesión. Así, intentaban ahorrarse un titular negativo en los diarios. El cuarto intermedio, al filo de la medianoche, duró unos veinte minutos. Allí quedó claro que, a diferencia de otras veces, el joven peronista de Mataderos no pudo llegar a un acuerdo con un sector de la oposición para sacar a su líder de apuros.
Cuando volvieron al recinto, Ritondo ofreció crear una comisión de 20 integrantes con proporcionalidad y el titular del bloque peronista Diego Kravetz le informó que la oposición no aceptaba. El legislador de la Coalición Cívica Sergio Abrevaya recordó que el macrismo no respeta esa proporcionalidad en las comisiones de Sbase y AUSA y el titular del bloque de Proyecto Sur, Fabio Basteiro, aclaró que en la segunda tenían un 60 por ciento cuando les corresponde un 43. En ese momento, el vicepresidente primero, Oscar Moscariello, quien debía moderar la sesión, perdió todo recato: “¡Le están errando al vizcachazo!”, le gritó a Abrevaya en medio de una argumentación sobre la repartija de comisiones.
“¡¡Callate la boca!!”, le gritaba mientras tanto Ritondo a Basteiro, que protestaba. “¡Que le den al PRO lo que le corresponde! ¡Este oportunismo no es el de la Elisa Carrió que yo conozco!”, se sulfuró Helio Rebot. Los macristas se anotaron una y otra vez para repetir sus argumentos y hacer tiempo. El premio a la verborragia se lo llevó Martín Ocampo, que habló dos veces en el tratamiento de cada artículo y pidió una decena de interrupciones durante la sesión. La tensión era tan grande que incluso hubo varios cruces entre Moscariello y los legisladores del PRO: Ritondo le decía permanentemente lo que tenía que hacer y, cuando no les gustaba una decisión, gritaban a coro: “Eeeeeeeehh”.
Finalmente, Ritondo afirmó que “quieren provocar un golpe de Estado para llegar al poder que la ciudadanía les negó”. A renglón seguido, pidió un cuarto intermedio de 72 horas para seguir rosqueando. Necesitaba dos tercios para su aprobación y perdió por 24 a 36. Les votó en contra, incluso, el peronista Daniel Amoroso, quien rompió hace un tiempo con el macrismo y creó un espacio de Francisco de Narváez.
–¡Gracias, Amoroso! ¡Vendido! –le gritaron desde la tribuna PRO.
“Tenemos que tratar todavía un pedido de informes por el derrumbe de Villa Urquiza, donde hubo tres muertos. ¡Les están faltando el respeto haciendo tiempo!”, cuestionó la legisladora kirchnerista Gabriela Alegre la estrategia del PRO. No pareció importarles. Siguieron pidiendo hablar unas dos veces cada uno. En un ataque de extrema izquierda, el macrista Martín Borrelli sacó a relucir un documento de la Defensoría del Pueblo porteña sobre la violencia policial. “Dicen que les preocupan los derechos humanos y no vi que crearan una comisión investigadora por esto”, dijo.
“Aquí se mentaron los comandos civiles, los fusilamientos de José León Suárez, las desapariciones: apelaron a la izquierda y al peronismo a ver si podían quebrar el consenso opositor. Algunos de ustedes estuvieron detrás de los faldones de Ruckauf, que fue quien firmó los decretos de aniquilamiento. Vamos a sostener la democracia y no los principios que mentan y que los sostienen tan alto que parece que se quisieran esconder detrás”, los rebatió Martín Hourest, de Igualdad Social. A la 0.38, se votó el artículo que definía la integración de la comisión investigadora y el macrismo volvió a perder, esta vez por 36 a 23, dado que el legislador Avelino Tamargo se había ido porque tenía un viaje. Mientras tanto, los asesores del PRO bostezaban.
Luego se sucedieron discusiones sobre la redacción de los artículos (por ejemplo, si decía: informe o informes), mientras Ocampo gritaba cada tanto: “Nos quieren echar de la Legislatura. ¿Por qué no votan un artículo para que los legisladores del PRO no podamos hablar más?”. “Van a estar solos”, les insistía Ritondo con la amenaza de que no integrarán la comisión, ni asistirá a ella ningún funcionario porteño.
Las votaciones se sucedieron con el consabido 36 a 23. Pocas veces, desde 2003, el macrismo había retrocedido tanto en la Legislatura. Se notaba en las caras de sus legisladores, sobre todo de los más experimentados. “Podrían redactar ese artículo: ‘La comisión lijadora emitirá un dictamen definitivo cuyo resultado será el juicio político abreviado para destituir a Macri y poner en su lugar a un legislador de la oposición’”, los chicaneaba Ritondo, con una sonrisa irónica a la 0.53. “Si es un legislador de la oposición, será porque renunció Gabriela Michetti”, lo chanceó Diana Maffía, a quien silbaron sin piedad. Muy serio, Ritondo contestó: “Se está tramando un golpe de Estado. Esto lo confirma. Maffía se pintó la cara de betún.”
El juicio político que se autoimpulsó Macri naufragó a la una de la mañana, por 32 votos contra 18. Por orden de Ocampo, no votaron los macristas que forman parte de la Sala Juzgadora. “Vicky, ojo vos con votar”, le aclaraba Fernando de Andreis a Victoria Morales Gorleri. “Sí, la puta que lo parió. ¡Soy diputada!”, se quejaba ella de que le daban instrucciones como a una niña. Hubo tres abstenciones: de Raúl Fernández, Gonzalo Ruanova y Marcelo Parrilli, que había impulsado su propio proyecto de juicio político. “Creen que votar es emitir opinión y no lo es ir por todos los medios asegurando que Macri es inocente y esto es una operación de Kirchner”, les planteó Aníbal Ibarra.
Los macristas quisieron argumentar que el juicio debía comenzar automáticamente y sin votaciones, pero volvieron a perder esa discusión por 32 a 18. El autojuicio se archivó. La macrista Carmen Polledo ya cabeceaba a la 1.21. Por último, y para que no se fueran sin premio consuelo, los macristas ganaron una votación: fue la de recomendarle a Macri que se tome licencia (la impulsaba una parte de la oposición). El proyecto fue archivado por 33 a 21 y se abstuvo el bloque peronista. “¡Una, logramos una!”, festejaba una de las legisladoras del PRO a la 1.44. El resto de los macristas aplaudía. No se sabe aún qué cosa.
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