“Lo que se votó no respeta la Constitución de la ciudad ni respeta el voto de la gente”, se quejó ayer Mauricio Macri frente a la decisión de la oposición de integrar la comisión investigadora con cinco legisladores del PRO sobre un total de 17. El jefe de Gobierno porteño aportó así al discurso al que apelaron durante el debate legislativo los representantes del macrismo, quienes llegaron a denunciar un intento de “golpe de Estado”; casi un calco del “golpe institucional” sobre el que advertía el ahora opositor Aníbal Ibarra cuando el PRO impulsó su destitución por la tragedia de República Cromañón. “La oposición se ha juntado para determinar que quiere una comisión arbitraria, que no respeta la ley. Me parece que eso no está bueno porque demuestra que no hay una vocación de esclarecer y llegar a la verdad, sino de agredir”, agregó Macri y también cuestionó el desempeño de Norberto Oyarbide, el juez que dictó su procesamiento luego ratificado por la Cámara Federal porteña. El enojo de Macri con el magistrado no es sólo por su actuación en la causa de las escuchas, sino también por el allanamiento a oficinas del gobierno porteño que ordenó tras el derrumbe de Villa Urquiza. “Se comporta en forma parcial”, reiteró el jefe de Gobierno, y le reprochó el procedimiento por el caso del gimnasio: sostuvo que fue un “nuevo atropello espantoso. No puede un juez que no tiene ningún tipo de competencia en un derrumbe en la ciudad abocarse y tomar medidas drásticas, como un allanamiento a una oficina con gente armada para buscar un currículum”, y afirmó que “es otro intento de humillarme de manera absolutamente anormal”.