Desde San Juan

El diputado kirchnerista Agustín Rossi defendió ayer la postura del Gobierno en el conflicto por Papel Prensa y sostuvo que el proyecto de ley impulsado por Cristina Fernández para declarar de interés nacional la producción de papel para diarios implica “transparentar” una situación dominada por privados. “El Estado por primera vez tiene un relato oficial, lo hace basado en un informe voluminoso, y no hace otra cosa que preguntarle a la Justicia si hubo un ilícito”, expresó Rossi en un panel del Congreso Internacional de Ciencias Políticas, junto al filósofo Ernesto Laclau y al ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez. “Queremos saber la verdad”, aseguró.

El jefe de la bancada oficialista sostuvo que la iniciativa oficial de regular el precio del papel “tiene un fin y es el valor de la libertad de prensa”, objetivo que se logrará cuando “nadie se abuse” de la posición dominante en ese mercado. Para Rossi, la oposición se equivoca al referirse a la cuestión como un avasallamiento oficial. “¿Cuál es el problema con una decisión de la Presidenta que termina derivando en los otros dos poderes? –se preguntó–. ¿Quién tiene que aprobar la regulación? El Congreso de la Nación. ¿Cómo estamos en el Congreso? En minoría.”

Frente a una sala colmada, el titular del bloque K en Diputados hizo una fuerte defensa del último año del Gobierno y acusó a los opositores de “mimetizarse con las distintas corporaciones”. “Lo que hicieron con Fibertel es suplantar lo que tendrían que haber hecho los abogados (de la empresa)”, exclamó. Por último, el diputado afirmó que “la disputa que hoy existe es entre aquellos que queremos preservar la política como espacio de decisión independiente y aquellos que han decidido quitarle a la política su capacidad transformadora”. A su lado, Laclau aplaudía.

Chacho Alvarez celebró el momento político latinoamericano y aseguró que “Sudamérica es el único lugar donde hoy se plantean transformaciones fuertes”. En sintonía con Rossi, el ex vicepresidente lanzó un tiro por elevación a la oposición y su pedido de “consenso” al sostener que “no existe la idea de que todos pueden coincidir en todo, sino que lo que se plantean son dos proyectos”. En ese sentido, Alvarez dijo que “el desafío más grande que tienen los Kirchner es crear un ‘nosotros’ democrático que sea capaz de incorporar las distintas demandas de la sociedad, que sea una expresión de mayorías”, aprovechando la excepcional coyuntura internacional. “Hemos caído por primera vez en el lado bueno de la historia”, se entusiasmó.

Los asistentes, en su mayoría jóvenes, seguían llegando al lugar y se sentaban donde podían. Algunos de ellos tomaban apuntes de los discursos, otros llamaban por celular a sus compañeros para ubicarlos en la sala y encontrarse.

El cierre estuvo a cargo de Laclau. “Este es el momento de avanzar en el camino del cambio. Esta es realmente la hora de la militancia”, arrancó. El politólogo destacó “la crisis, esta vez terminal, del Consenso de Washington” e ilustró la situación actual del mapa sudamericano y su contexto de creciente integración abogando por una unidad regional capaz de modificar “la balcanización continental”.

“En el siglo XIX –recordó–, la democracia era un término peyorativo, tal como hoy lo es el populismo.” La peculiaridad de los sistemas políticos latinoamericanos, sostuvo el filósofo, fue que nunca se logró un equilibrio entre democracia y liberalismo. Para el autor de La razón populista, a lo largo de la historia “hubo una división entre la tradición nacional y popular y la tradición liberal democrática”, pero en los últimos años surgió la posibilidad de “una confluencia estable entre ambas”, es decir, de regímenes populistas que no pongan en juego las libertades democráticas o la división de poderes. En este marco, elogió el ejemplo argentino, dado que “ha seguido un modelo propio que va más allá de todas las recetas del neoliberalismo”.

Informe: Federico Poore.