Con una simple declaración que luego desmintió prolijamente, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, exteriorizó ayer lo que ya es un secreto a voces en la interna peronista. Que la provincia de Buenos Aires –mejor dicho, el peso electoral del PJ bonaerense– es el aliado soñado para todo candidato del PJ. Y que la coincidencia de la elección presidencial con la de gobernador de Buenos Aires resultaría en un beneficio indiscutible para el candidato “bendecido” por los bonaerenses. Pero según los últimos dichos de Solá, el recurso de hacer simultáneos los comicios quedará para otro año. “Quiero ser muy tajante: yo no voy a adelantar las elecciones generales”, remarcó ayer el gobernador, quien luego reconoció que Kirchner “a nivel de dirigentes, no convence”, pero que “en las encuestas está muy bien”.
La aclaración de Solá pareció zanjar una discusión que prometía levantar una polémica en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Porque para anticipar la convocatoria a elecciones para gobernador se debía reformular la ley electoral votada el año pasado. Según esa norma, que aprobaron los legisladores del PJ, radicalismo y de lo que fue el Frepaso, los comicios debían realizarse entre 30 y 120 días antes del cambio de mando, que en la provincia está previsto para el 10 de diciembre próximo. El radicalismo –y algunos sectores del PJ– no se mostraban muy dispuestos a avanzar en la aprobación de las reformas.
El propio Solá, luego de un reportaje donde se publicó que estaría dispuesto a “unificar las elecciones”, salió a aclarar por todos los medios disponibles que no pensaba recurrir a esa medida. “Yo no voy a adelantar las elecciones generales (en el distrito bonaerense). Hay una ley electoral votada el año pasado que dice que las elecciones tienen que realizarse entre 30 y 120 días antes del cambio de mando, por lo que tendría que ser entre el 10 de agosto y el 10 de noviembre”, remarcó en sucesivas apariciones en Radio Continental y Radio Mitre. Así, Solá confirmó que el llamado a las urnas en el territorio bonaerense se realizará “seguramente a fines de septiembre”.
La separación de los comicios implica un gesto de distanciamiento del PJ bonaerense con respecto a la candidatura de Kirchner. Si las elecciones eran simultáneas, el patagónico habría recibido el apoyo de todo el “aparato” provincial, que ante la necesidad de revalidar sus cargos en cada distrito pondría toda la carne en el asador. Eso hubiera significado que se origine un verdadero “efecto arrastre”, con los votantes de cada candidato a intendente peronista apuntalando también la postulación de Kirchner para la Presidencia. Sin embargo, el anuncio de Solá significa que el PJ desconfía de las posibilidades del santacruceño y por eso prefiere esperar y despegarse de esa competencia.
De paso, ganar tiempo le permitiría a Solá consolidar un poco su candidatura ante la respetable competencia del ex carapintada Aldo Rico, quien por ahora lidera la mayoría de los sondeos de intención de voto. Entre los allegados a Rico sueñan también con sumar a los duhaldistas “de paladar negro”, que históricamente se movieron con antipatía al ex vicegobernador de Carlos Ruckauf, que asumió la gobernación luego de la desprolija fuga del actual canciller. Más allá de todos los movimientos tácticos, Solá no se privó de elogiar al candidato de la flamante “corriente renovadora” del PJ. Así compensó su decisión de despegar las elecciones, una resolución que perjudicará sobremanera a Kirchner. “La de Kirchner es una candidatura posible para enfrentar, por afuera de las internas, a un peronismo que está muy dividido y muy enfrentado”, analizó.