EL PAíS
“Es necesario contar con una herramienta política”
Julio Gambina, miembro del consejo académico de ATTAC-Argentina, analizó la evolución del Foro Social de Porto Alegre que empieza la semana próxima en esa ciudad.
Esta vez con Lula presidente.
› Por Eduardo Tagliaferro
Los pobres del campo y de la ciudad, los movimientos sociales, los intelectuales y los políticos que enfrentan al modelo neoliberal se volverán a dar cita la semana que viene en Porto Alegre. Será la tercera edición del Foro Social Mundial. Uno de los principales participantes ahora lo hará como presidente de todos los brasileños. Además de la magia que suele despertar Luiz Inácio Lula da Silva, la experiencia argentina, la lucha contra el ALCA, la inminencia de una nueva aventura bélica y la deuda externa de los países dependientes tendrán un lugar destacado en la agenda. En diálogo con Página/12, Julio Gambina, miembro del consejo académico de ATTAC-Argentina, repasa los cambios en el escenario político y económico que determinarán el encuentro y la evolución del movimiento por otro mundo posible.
–¿Qué diferencia a este tercer Foro Social Mundial de los otros?
–El dato más importante es la continuidad del Foro Social Mundial y que por tercera vez se haga en Porto Alegre. Si uno mira el mapa del continente del 2001 y el de este año, nos encontramos con un cuadro muy distinto. Cuando comenzó el primer Foro sólo contábamos con la administración del PT en Rio Grande do Sul y la subsistencia de Cuba. En el transcurso de estos tres foros mundiales, se incorporó Venezuela con una política diferenciada de las políticas hegemónicas, se le sumó Brasil y ahora la expectativa de Ecuador. En el medio de eso, la crisis argentina de fines del 2001 le dio una impronta especial al segundo Foro. A las variaciones en el cuadro latinoamericano y a la situación financiera internacional se le suma la crisis global del 2003.
–¿Cómo se manifestará esto en el Foro?
–No casualmente se expresará en lo cuantitativo. El primer Foro tuvo unos 20 mil participantes, el segundo más de 60 mil y se espera a más de 100 mil. Al punto que se han establecido multiplicidad de lugares para desarrollar talleres, conferencias y seminarios.
–Y en lo cualitativo, ¿qué diferencias habrá con los anteriores?
–Si bien estábamos hablando de un Foro Social y por lo tanto los participantes están enrolados en movimientos populares, dentro del FSM siempre funcionó un encuentro de parlamentarios y también una mesa de los partidos de la izquierda latinoamericana nucleados en el Foro de San Pablo. Quiero decir con esto que la política tiene una fuerte presencia también. En parte, la presencia de Lula siempre le dio un perfil político. Creo que además de la mirada social, el Foro ha devenido en una referencia para construir una alternativa integral que incluya en su seno la dimensión política. Este es un tema que está en debate.
–La necesidad de contar con una herramienta política para construir un modelo alternativo al neoliberal, ¿es un avance en la organización del FSM?
–Es totalmente necesario contar con una herramienta política, ya que la dimensión política tiene que ser recuperada por la sociedad para proyectos de soberanía, de autonomía, de articulación y de una propuesta de desarrollo integrado e internacional. En síntesis otra propuesta de globalización. En la actualidad, el ámbito de la definición política ha sido expropiado por la ofensiva del gran capital transnacional concentrado y por los partidos políticos que se subordinaron a esas estrategias. El FSM comienza a construir el programa para otra globalización. La consigna “Otro mundo es posible” es algo más que un slogan, es la posibilidad de construir otras relaciones sociales y eso se decide en el ámbito de la política. Por eso es importante la masividad que tendrá este Foro. Claramente se viene desarrollando un pensamiento alternativo, aunque esto no se materialice en un instrumento político internacional. Porto Alegre ha servido para constituir un sujeto social, político internacional, al punto que durante el 2002 hubo un Foro Social Europeo, como filial del FSM, hubo un Foro Temático en Palestina, en Argentina y en Uruguay por mencionar algunos.
–Usted plantea que Davos ha perdido el debate con Porto Alegre. ¿Esto implica que sin posibilidad de nuevas palabras, los representantes del capital dominante apoyan la guerra como instrumento para mantener la dominación?
–Están planteando la opción más peligrosa: la guerra. Durante mucho tiempo trabajaron con la manipulación del consenso social y con la pérdida de alternativas en el imaginario popular. Esto se visualiza en los comienzos de los ‘90 con la caída del Este europeo, con el fracaso de las socialdemocracias y comunismos en el poder en Europa y en América con el derrumbe de los populismos o desarrollismos. Desde el 11 de septiembre de 2001 se desarrolla la carta bélica. No solamente hablo de la agresión que está a punto de desatarse sobre Irak, sino también la que sufrió Afganistán o lo que significa el Plan Colombia, o los procesos represivos como los 30 asesinados en la pueblada del 19 y 20 de diciembre en la Argentina. La respuesta represiva, bélica y violenta es la variante de lo que en algún momento fue el pensamiento único o hegemónico.
–¿Es un retorno al imperio clásico?
–La apropiación de territorios es parte de la búsqueda. Hay cuestiones de la biodiversidad que están en el interés de EE.UU. La historia norteamericana es una historia de rapiña. Para definir el ALCA podría asumir las palabras de Lula que lo caracteriza como un proceso de anexión de Latinoamérica a las necesidades estadounidenses. Es un proyecto neocolonial de EE.UU. En la Argentina hay sectores que lo apoyan porque se verán favorecidos, tal el caso de Techint. Más de la mitad de lo que produce este grupo se exporta a EE.UU. Su interés no está en el mercado local.
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