EL PAíS › LA PRESIDENTA RETOMó LA GESTIóN EN OLIVOS Y LA ROSADA
Tras la muerte de su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, la Presidenta se puso al frente de la gestión. Se reunió con sus colaboradores, preparó su discurso y recibió a embajadores y banqueros.
› Por Nicolás Lantos
Ayer, a primera hora de la mañana, la presidenta Cristina Fernández retomó la actividad presidencial que había dejado temporalmente una semana atrás, primero a causa de un cuadro gripal y luego por la muerte de su marido y predecesor, Néstor Kirchner. En una muestra de fortaleza, la mandataria comenzó a trabajar por la mañana en la Quinta de Olivos, donde mantuvo una serie de reuniones con colaboradores de confianza y se dedicó a esbozar lo que sería el mensaje que daría, más tarde, al pueblo, por cadena nacional (aunque para entonces esa movida no estaba confirmada). Allí también recibió los llamados de sus pares de Alemania, Angela Merkel, y Rusia, Vladimir Putin, que se comunicaron con ella para ofrecerle sus condolencias por la pérdida. Poco después de las cinco y media de la tarde llegó a la Casa Rosada, donde filmó los cinco minutos del video, además de recibir las cartas credenciales de una camada de nuevos embajadores. El día terminó en clave económica, con una cita con directivos del Deutsche Bank y finalmente recibió los datos de la recaudación fiscal por parte del ministro de Economía, Amado Boudou, y su equipo.
Cristina, que llegó el domingo por la tarde desde Río Gallegos, donde pasó el fin de semana tras inhumar los restos de su esposo, había pasado la noche en la Residencia Oficial junto a sus dos hijos, Máximo y Florencia, que no se separaron de ella desde el miércoles. Su jornada comenzó a las once y media de la mañana con una reunión a solas con quien emerge como uno de los pilares de esta etapa: el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Luego se sumó el subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, con quien comenzó a esbozar el mensaje que daría por cadena nacional, aunque para ese momento todavía no habían decidido si efectivamente se pondría frente a las cámaras, algo que sólo se definió a último momento.
Alrededor del mediodía, la Presidenta recibió una llamada del primer ministro ruso, Valdimir Putin, que se comunicó para extenderle sus condolencias por la muerte de Néstor Kirchner. Durante la breve comunicación, Putin remarcó “el importante rol” que tuvo el ex presidente argentino en la integración entre los dos países. “Hoy más que nunca los lazos bilaterales tienen que estrecharse”, propuso el premier. La canciller alemana, Angela Merkel, que había recibido a Cristina en Berlín hace menos de un mes, también la llamó un poco más tarde. “Fue muy cálida con Cristina Fernández, destacó el liderazgo de Cristina en la Argentina y en la región y también resaltó la tarea realizada por el ex presidente Néstor Kirchner. Fue muy afectuosa”, relató Scoccimarro a la prensa.
A las cinco y media de la tarde tomó el helicóptero presidencial, y menos de diez minutos después estaba llegando a la Casa Rosada. Allí grabó el mensaje que se difundiría por cadena nacional unas tres horas más tarde (ver aparte) y a continuación encabezó junto a Héctor Timerman un acto en el que recibió las cartas credenciales de ocho nuevos embajadores, entre los que están los de Holanda, Suecia, Irlanda, Cuba, Canadá e Indonesia. Allí tuvo la ocasión de demostrar que sigue prendida en su rol: cuando ingresó al Salón de los Científicos, donde se llevaría a cabo la ceremonia, y descubrió que algunos de los retratos colgaban torcidos, retó a los responsables y hasta acomodó, con sus propias manos, antes del ingreso de los diplomáticos, el retrato ladeado del Premio Nobel de Medicina argentino César Milstein.
El final de la jornada quedó reservado a la economía. Junto al ministro de esa cartera, Amado Boudou, primero recibió a directivos del Deutsche Bank en la Argentina, encabezados por el directivo a cargo, Marcelo Blanco, quienes le presentaron un plan de inversiones para este país. A continuación, una vez que se fueron los banqueros, se sumaron el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, quienes le presentaron a la Presidenta el informe sobre la recaudación tributaria del mes pasado. Mientras tanto, en todos los televisores y radios del país, se escuchaba y veía el mensaje que había grabado a los argentinos. Cerca de las 21.30 abandonó la Casa de Gobierno en un auto oficial que sorteó los 300 metros que la separan del helipuerto, adonde abordó la nave que la llevaría, finalmente, de regreso a la Quinta de Olivos, donde la esperaban, una vez más, sus dos hijos.
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