A poco de cumplir un mes en huelga de hambre, el dirigente Roberto Martino, del Frente de Acción Revolucionaria (FAR), fue internado ayer en un centro asistencial del penal de Marcos Paz por su deteriorado estado de salud, aunque sus abogados habían obtenido autorización judicial para que fuera asistido fuera de la cárcel. Mientras tanto, sus compañeros del FAR, del Movimiento Teresa Rodríguez y de todas las organizaciones que están en campaña por su liberación siguieron con su plan de acción y hoy serán recibidos por el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni. Osvaldo Bayer, Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Atilio Boron y Carta Abierta se sumaron al reclamo con una nueva declaración en la que lo definieron como un “referente histórico del movimiento piquetero, honesto y consecuente”.

La llave de esta situación la tiene la Cámara de Casación, que demora la resolución de la apelación a la prisión preventiva del dirigente, preso por los incidentes ocurridos el año pasado en una marcha contra el Estado de Israel. El presidente de la sala VI de ese tribunal se había comprometido a dar una respuesta en estos días. Ya se pronunciaron la Secretaría de Derechos Humanos y la Comisión de Derechos Humanos de Diputados pidiendo celeridad a los camaristas, por el deterioro progresivo de la salud de Martino y por la connotación política que tendría su detención. Pero ante la falta de respuesta en Casación, ayer sus compañeros levantaron los molinetes de la estación Constitución entre las 17 y las 18.15. Y hoy al mediodía se movilizarán al Palacio de Tribunales.