Mauricio Macri abandonó sus coqueteos con la reelección porteña y volvió a su plan de instalarse como candidato a presidente. “Tengo más vocación de liderar una propuesta nacional”, afirmó el procesado jefe de Gobierno, quien afirmó que los que “tienen intención” de sucederlo dentro del PRO son Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti. El líder de PRO aseguró que “por ahora” no encarará una alianza con el peronismo disidente, pero no descartó hacerlo en el futuro.

Macri había amenazado con adelantar las elecciones a marzo si no le aprobaban el presupuesto y había dejado trascender que se presentaría en las dos elecciones, a jefe de Gobierno y luego a presidente. El Presupuesto 2011 no se aprobó y quedó para febrero, pero el jefe de Gobierno confirmó que la amenaza era un bluff y que no adelantaría las elecciones. También aprovechó para festejar la libertad de Jorge “Fino” Palacios. “Estoy muy contento. Era una locura, con el delito que se le imputa, que se haya comido un año de cárcel”, defendió a su policía favorito.

Desechado el adelantamiento, que impedía que otros candidatos se instalaran y forzaba una campaña exprés en el verano, Macri volvió sobre su hipótesis presidencial y estudia si fijará las elecciones porteñas en junio –con las que debe hacer de las comunas—, agosto o si las unificará con las nacionales. Pero esto último requeriría que la Legislatura porteña le apruebe una modificación a la ley actual, que impide que los comicios nacionales y porteños sean conjuntos.

En tanto, Macri aseguró que tiene “más vocación” de ir por la candidatura presidencial, pero sin lanzarse aún. El jefe de Gobierno aseguró que se dedicará a “llevar la propuesta del PRO a todo el país”. En el macrismo se dice que febrero o marzo serán los meses de las definiciones, cuando tengan una medición más clara de la intención de voto de Cristina Fernández frente a la del líder de PRO. Sobre su eventual sucesor, Macri dijo que “los más afianzados son Gabriela y Horacio. Se verá el año que viene el consenso de partido al respecto. Con tranquilidad”.

En tanto sigue abierta la posibilidad de una alianza entre el PRO y el Peronismo Federal, que integran Eduardo Duhalde, Felipe Solá y Francisco de Narváez, los dos últimos ex aliados de Macri. “Ellos tienen un espacio y nosotros el nuestro. Nosotros mantenemos un espíritu frentista, no descartamos nada, el año que viene se verá”, insistió Macri, quien aseguró “demostrarle a la gente que se puede hacer política de otra manera”.

Sobre la crisis habitacional que vive la Ciudad de Buenos Aires, tras tres años de subejecución presupuestaria de la gestión PRO en materia de vivienda, Macri se limitó a plantear que todavía no se concretó el acuerdo con el Gobierno nacional que implica una financiación conjunta. En rigor, el PRO presentó un plan que plantea “soluciones habitacionales” y no nuevas viviendas, que era lo pactado con la Casa Rosada.

En tanto, Macri aseguró que está “en su mejor momento”, a pesar de que hay sobre él un procesamiento por haber formado parte de una asociación ilícita para hacer escuchas ilegales y en la Legislatura hay pendientes tres pedido de juicio político por este tema, sin contar que este año es el primero en que no se aprueba el presupuesto de la Ciudad.

El desastre legislativo de fin año llevó a que el jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, amenazara con renunciar y se diferenciara de Macri: sostuvo que él adelantaría las elecciones. El peronista de Mataderos se quejó por las negociaciones paralelas que había emprendido el joven macrista y ex piloto de Fórmula 1, Fernando de Andreis. Luego, Ritondo desmintió que vaya a abandonar el partido: “A los que tienen dudas y ganas, no me fui ni me voy del PRO”, afirmó, muy en su estilo. “Que tenga diferencias de criterio no significa que no existe apoyo incondicional a Macri en su gobierno de la Ciudad y en su candidatura a presidente”, twitteó. “El siempre supo quién era yo y de dónde venía”, destacó.