Dom 06.02.2011

EL PAíS  › ENTERRARON AYER A LOS DOS CHICOS ASESINADOS EL JUEVES EN JOSE LEON SUAREZ

“Los mataron porque sí, sin razón”

Trescientas personas fueron al cementerio de San Martín para despedir a Franco Almirón y Mauricio Ramos. En el barrio de La Cárcova no hubo incidentes, pero sí reuniones vecinales para entender qué ocurrió.

› Por Carlos Rodríguez

Unas 300 personas acompañaron ayer a los familiares de Franco Almirón, de 16 años, y Mauricio Ramos, de 17 –los dos chicos asesinados el jueves en José León Suárez–, durante el sepelio que se realizó en el cementerio de San Martín. Las inhumaciones se hicieron por separado y en forma previa se celebraron misas al aire libre, en la puerta de acceso a la necrópolis, dado que la presencia masiva de amigos y vecinos de las víctimas hizo imposible que se pudieran realizar en la capilla. En el barrio de La Cárcova, ayer por la tarde, la situación se mantenía calma, aunque los vecinos siguieron reuniéndose en grupos para tratar de reconstruir lo ocurrido el jueves. Todos afirman que “los disparos fueron policiales” y que “no se trató de tiros al aire sino que hubo intención de matar”. Mientras tanto, en el Hospital Thompson, sigue internado en terapia intensiva el joven Joaquín Romero, de 19 años, quien experimentó “una leve mejoría”, según dijeron sus allegados a Página/12.

Ayer circuló la versión de que la Justicia tendría filmaciones en las cuales aparecería una persona disparando hacia el sector donde estaba la policía, durante los sucesos de la tarde del jueves, luego del descarrilamiento del tren de carga de la empresa Nuevo Central Argentino (CNA). La información no pudo ser confirmada, igual que otra, que circula entre los vecinos, sobre la supuesta existencia de fotografías y filmaciones sobre el accionar de la Policía Bonaerense.

La empresa CNA y el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, afirmaron que se trató de un descarrilamiento provocado por un grupo de personas con fines de robo. La Justicia, mientras tanto, espera el resultado de las pericias realizadas por la Gendarmería, para poder determinar en forma fehaciente si fue o no un hecho intencional.

La formación que descarriló tenía 32 vagones que llevaban autopartes, según se informó. Siete de ellos se salieron de las vías. Varios de los containers que iban en vagones que descarrilaron eran de Mediterrannean Shipping Company, una empresa que transporta mercaderías por barco desde Estados Unidos y Europa. Hasta ahora no hubo ningún informe sobre los elementos que habrían sido robados. El fiscal de San Martín, Raúl Soracco, dijo a este diario que uno solo de los containers fue abierto por las personas que rodearon el tren y que en su interior había “piezas pequeñas de goma” de escaso valor de reventa en el mercado ilegal.

Ayer fueron inhumados los cuerpos de Franco Almirón y Mauricio Ramos, los chicos asesinados el jueves. Hubo un paréntesis de cuarenta minutos entre ceremonia y ceremonia. Los velatorios se habían realizado desde la noche del viernes en las respectivas viviendas familiares, en la avenida Central, a pocos metros del lugar donde ocurrió el descarrilamiento. Los chicos vivían en la misma cuadra y cayeron heridos de muerte, el jueves, a poca distancia el uno del otro.

María Elena, la mamá de Mauricio, El Pela, como le llamaban sus amigos, habló con este diario. “Mi hijo era un chico como cualquiera. Jugaba a la pelota, estaba en la esquina con los amigos, iba a cartonear con el abuelo. No era ningún ladrón, lo mataron porque sí, sin razón alguna. El fiscal y funcionarios del gobierno (bonaerense) me vinieron a ver. Lo único que quiero es que se haga justicia, porque a mi hijo lo mató la policía porque sí, sin ninguna razón.”

Los vecinos comentaban ayer que la policía disparó desde unos montículos ubicados detrás de las vías y luego lo hizo desde el mismo trazado de la red ferroviaria del ex Mitre, a poca distancia del lugar donde cayeron los dos chicos, cerca de un árbol frondoso que es custodiado por la Gendarmería para preservar la escena del crimen. “Algunos testigos dicen que disparaban los policías que estaban sobre las vías, pero que también podrían haberlo hecho otros que ingresaron, en motos, por la avenida Central”, comentó a este diario uno de los vecinos. Desde el viernes, la fiscalía viene realizando gestiones para que los testigos presenciales se presenten a declarar. “Hay mucho temor y todos nos piden que les demos garantías porque temen ser víctimas de alguna represalia”, reconocieron fuentes de la fiscalía.

La policía de José León Suárez sigue virtualmente acuartelada en la comisaría cuarta, con prohibición de ir al barrio de La Cárcova, que está custodiado por personal de Gendarmería Nacional. En la seccional cuarta, en la mesa de entradas, un cartel que convoca a enrolarse en la Policía Bonaerense dice textualmente: “Ahora los policías que se suman a la fuerza vuelven a los barrios para proteger a los suyos”. Una mano anónima escribió sobre la frase una sola palabra: “Mentira”.

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