El influyente banquero y ex embajador en la ONU Emilio Cárdenas se presentó el lunes ante el juez federal Claudio Bonadío para ampliar su declaración testimonial en la causa sobre los sobornos para frenar en el Senado las leyes que perjudicaban los intereses de la banca extranjera. La Cámara Federal había revocado el comparendo compulsivo dictado por el magistrado cuando el testigo abandonó el país. Pero quedó en pie una intimación para que se presentara apenas volviera.
Cárdenas expuso durante algo más de media hora, pero a diferencia de la ocasión anterior, en la que fue preguntado sobre los supuestos pedidos de coimas a banqueros por parte de senadores, en esta oportunidad fue interrogado “puntualmente” sobre su agenda de actividades. El objetivo era obtener información sobre las entrevistas que habría realizado el banquero en agosto cuando, según el diario inglés Financial Times, se habrían producido los pedidos de dinero. También le preguntaron sobre el motivo por el cual fue con otros tres banqueros a visitar a los embajadores británico y norteamericano. Según el FT, en esa reunión se planteó el pedido de coimas, pero Cárdenas sigue negándolo. En cambio, explicó que sólo hablaron de la situación de la banca extranjera. En el juzgado consideran que el encuentro con los diplomáticos formó parte de una presión al gobierno argentino para que intercediera en el tratamiento de las leyes que preocupaban a los banqueros, y que la denuncia de supuestas coimas lanzada por el FT habría sido funcional a esa estrategia. Sin embargo, tampoco descartan que el pedido de soborno haya existido.
Cuando Bonadío dispuso la prohibición de salida del país de Cárdenas, porque no se había presentado a las citaciones, descubrió que ya había viajado a Uruguay.