EL PAíS › TIMERMAN ENCABEZó LA SESIóN DEL G-77 JUNTO AL SECRETARIO DE LA ONU
En Nueva York, el canciller abogó por la reforma de los organismos financieros y del sistema monetario y les apuntó a los fondos buitre. Del encuentro participó Ban Ki-moon, que respondió las inquietudes que le plantearon.
El canciller Héctor Timerman reclamó ayer en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, la reforma del sistema monetario y financiero internacional y criticó “la especulación inescrupulosa de los fondos buitre buscando ganancias financieras exorbitantes a expensas de los países más vulnerables que ha generado inconvenientes para reestructurar las deudas de los países en desarrollo”. Lo hizo durante la sesión del G-77 más China, en Nueva York, que contó con la presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que trató de responder los reclamos que le realizaron los representantes de los países en vías de desarrollo.
El G-77 es el foro más importante de los países emergentes dentro de las Naciones Unidas. Lo componen 131 naciones más China, que se sumó en la década del ‘90. Su temática tiene que ver más que nada con los problemas del desarrollo, el cuidado de los recursos naturales y el medio ambiente. Argentina asumió su conducción en enero y por todo 2011. En una muestra de la importancia que le da el Gobierno a este cargo, la propia presidenta Cristina Kirchner participó de la sesión en que se eligió a Argentina para el puesto, en septiembre del año pasado.
En la Casa Rosada y en la Cancillería ven el ámbito del G-77 como ideal para exponer las ideas que la Presidenta suele plantear en los principales foros internacionales, que tienen que ver con la necesidad de poner en marcha una reforma profunda de los organismos internacionales que dé cuenta de los cambios producidos en el mundo en los últimos tiempos, sobre todo a partir de la crisis financiera.
Algo de eso puso en discusión ayer Timerman, en el primer encuentro del G-77 del que participa. Por iniciativa argentina fue invitado a la sesión Ban Ki-moon, que aceptó el convite. “Es un gesto histórico de escasos precedentes”, se congratuló Timerman al comienzo de su presentación. También estuvo en la mesa principal el embajador en las Naciones Unidas, Jorge Argüello, quien está a cargo de la gestión de la presidencia del grupo. En total, hablaron representantes de 42 países, incluyendo las potencias emergentes India y China. Cada cinco oradores, el secretario general de la ONU trataba de responder las inquietudes que había escuchado. Básicamente, le pedían más poder para la Asamblea General –que integran todos los países–, de equilibrar el poder de veto que mantiene el Consejo de Seguridad, que integran sólo unos pocos.
Timerman sostuvo que Argentina “asumió la responsabilidad” de trabajar con los países en desarrollo con el objetivo de “fijar posiciones frente a los desafíos planteados por la agenda multilateral”. Por ejemplo, enumeró, “los temas vinculados con la arquitectura financiera internacional mediante la promoción de políticas integrales que incluyan la dimensión humana, el trabajo decente, la salud y el desarrollo de la población”.
“El Grupo de los 77 continuará insistiendo en el principio básico de las responsabilidades comunes pero diferenciadas a fin de buscar, entre otras cuestiones, mejorar las transferencias de tecnología y de recursos hacia los países en vías de desarrollo”, marcó. Aprovechando la presencia de Ban Ki-moon, consideró “indispensable” que las Naciones Unidas contribuyan al debate sobre la reforma del sistema monetario y financiero internacional.” Pese a que los países árabes forman parte del G-77, la crisis que atraviesan sus gobiernos no fue analizada dado que el grupo no tiene ese tipo de injerencia política. Sin embargo, la cuestión se cruza con los próximos pasos del grupo porque para mitad de año estaba previsto que la reunión anual, de la que participará la Presidenta, se hiciera en Libia. En verdad, le correspondía que fuera sede un país de Africa, y Muammar Khadafi se apresuró a postular el suyo. Ahora, dado el cuadro de situación, en la comitiva argentina consideraban que se debía buscar otro país africano que esté en condiciones de albergar a 131 presidentes con sus respectivas comitivas y además darles las condiciones necesarias de seguridad. Nada sencillo.
Por la tarde, Timerman se reunió con los integrantes del Comité de Descolonización de la ONU, el organismo que cada año saca una declaración instando al Reino Unido a sentarse a dialogar con Argentina la soberanía de las Islas Malvinas y que el gobierno británico prolijamente ignora desde hace tres décadas.
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