El canciller Héctor Timerman anunció ayer que Argentina evacuó la embajada en Libia e informó que el personal fue trasladado a Malta, dada la situación de conflicto interno por el que atraviesa ese país africano, al tiempo que anunció que los Cascos Blancos argentinos apoyarán los trabajos de ayuda humanitaria que se llevan adelante en la frontera con Túnez.

En verdad, al inicio del conflicto en Libia había 70 argentinos que enseguida pidieron su traslado. Así que en la embajada sólo quedaban algunos empleados fijos con su familia que, por seguridad, también fueron trasladados. En la Cancillería se preocupaban en remarcar que Argentina no había cerrado su embajada en Trípoli, sino que sólo había evacuado a sus ocupantes hasta tanto la situación no se normalice. “Las puertas de la embajada están cerradas porque no hay nadie adentro, pero la embajada está en funcionamiento, no se levantó”, diferenciaban.

Timerman comentó, desde Nueva York, que tras un pedido del Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), los Cascos Blancos argentinos apoyarán los trabajos que llevan adelante en la frontera con Túnez, donde se registran masivas salidas de libios y ciudadanos de otros países de la región que buscan abandonar su país generando una situación humanitaria dramática de la que se están ocupando las Naciones Unidas.

“El Acnur pidió que trabajemos en el tema de los refugiados libios, así que Cascos Blancos va a empezar a trabajar ahora. Vamos a mandar un equipo a la frontera con Túnez”, señaló mencionando que esto no significará movilizar oficiales de otros lugares sino un “fortalecimiento” de su presencia en ese país.

Por su parte, el embajador argentino ante Naciones Unidas, Jorge Argüello, comentó que en el organismo multilateral hay “conmoción con los sucesos, sobre todo por la impredicibilidad de lo que va a pasar mañana”, dijo, descartando por otro lado que el G-77 más China presidido por Argentina se vea afectado por la situación.

“El G-77 no se ve afectado mayormente en su agenda porque es una agenda de desarrollo, de comercio, cooperación Sur-Sur, arquitectura financiera internacional”, señaló. Un ámbito más propicio para discutir la cuestión sería, explicó, el Movimiento de Países No Alineados, del cual Argentina es miembro observador desde el año pasado.