Martes, 15 de marzo de 2011 | Hoy
EL PAíS › LA IMAGEN DE CFK Y LA DEBILIDAD OPOSITORA
Seis consultores analizaron para Página/12 las razones del triunfo K en Catamarca: la unidad del peronismo y el desgaste radical de 20 años en el poder.
Por Raúl Kollmann
Los consultores coinciden en que el triunfo de Lucía Corpacci en Catamarca fue inesperado y producto de una atropellada final. Y en la victoria tuvo peso cierto el desgaste del Frente Cívico, la fuerza de la imagen de Cristina Fernández de Kirchner y las debilidades de la oposición a nivel nacional. Los encuestadores coinciden también en que lo ocurrido en Catamarca va a tener influencia en el proceso electoral de 2011, sobre todo porque provoca un clima de triunfalismo en el Frente para la Victoria y lleva a que dirigentes que están cerca del FpV tiendan a sumarse y no a enfrentar a la Presidenta y la propuesta electoral de la Casa Rosada.
Respondieron a la consulta de Página/12 Hugo Haime, titular de Haime y Asociados; Fabián Perechodnik, de Poliarquía; Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP); Artemio López, de Equis; Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, y Doris Capurro, de Ibarómetro.
Hugo Haime: –El radicalismo no sólo perdió en Catamarca, sino también en Río Negro. No se le dio importancia a lo que pasó en el sur, pero ojo que allí el candidato de la Casa Rosada le ganó a los postulantes de Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz. Sobre Catamarca hay reflexiones locales para hacer: está claro que 20 años de un mismo signo político, una gestión no demasiado vital y la idea en la gente de que la provincia no puede estar enfrentada a la Nación son factores que llevaron a la derrota. El gobernadorsubestimó la fuerza de un peronismo unido.
Fabián Perechodnik: –Hay dos contextos. Por un lado, en términos provinciales, después de veinte años de un mismo espacio político, se empieza a ver una idea de cambio que está influenciada además por el contexto nacional vinculado con los altos índices que ostenta la Presidenta tanto de imagen positiva como de intención de voto, que evidentemente colaboraron en el proceso politico provincial. No obstante, el porcentaje de votos que obtuvo Brizuela del Moral es muy alto, aunque esta vez insuficiente para el triunfo. Ordenar la mayoría del peronismo provincial constituyó una señal estratégica que sirvió para la polarización.
Artemio López: –El resultado se explica básicamente por el impacto del liderazgo de Cristina sobre el escenario local. Ese es el factor que logra unir al PJ detrás de su figura y torcer luego una elección que, sujeta a la sola dinámica provincial, el PJ la perdía por más de veinte puntos.
Ricardo Rouvier: –Es un triunfo kirchnerista neto, incluso sobre el oficialismo local y sobre la dirigencia peronista local. Puede ser el comienzo de una ola en que las elecciones locales se nacionalicen y Cristina traccione hacia arriba a los candidatos. Me parece que esto tiene influencia en el resto del país, porque es un caso testigo de esa tracción. Eso no quita que haya alguna derrota parcial.
Roberto Bacman: –El proceso de reversión fue impactante y para explicarlo hay que recurrir a dos hipótesis. La primera, el factor provincial. Tras veinte años de gestión, luego de desplazar a la dinastía de los Saadi, comenzó a padecer ciertos síntomas de agotamiento. Para colmo de males, Brizuela del Moral iba por su tercer mandato y quizá los catamarqueños esperaban alguna forma de renovación. El segundo factor es el nacional, sostenido en la asociación con la popularidad de Cristina Fernández. Un dato que no se puede pasar por alto es que a 48 horas del acto comicial la Presidenta redondeaba una imagen positiva de 76 por ciento.
Doris Capurro: –La oposición eligió como primer escenario electoral a Catamarca para crearse un clima favorable, pero la realidad se dio al revés. En una provincia con pocas chances de triunfo para el kirchnerismo ganó en forma contundente Cristina Fernández de Kirchner.
Hugo Haime: –Este resultado va a generar una fuerte mística en el oficialismo y obliga a la oposición a repensar su estrategia. El cálculo de la UCR era que marzo iba a ser un mal mes para el Gobierno. Y ocurrió todo lo contrario. Se probó otra vez que en las provincias más bien chicas lo nacional tiene mucho peso: la gente sabe que no pueden estar aislados y mucho menos enfrentados con la Nación. Esto pesa más cuando no aparece una alternativa de oposición. ¿Tenía sentido seguir, por ejemplo, a alguien como Julio Cobos? El imán, al menos por ahora, es la Presidenta.
Fabián Perechodnik: –El triunfo tiene un efecto simbólico. El peso electoral en el contexto nacional no es de gran relevancia, pero al ser el primer triunfo que logra el Gobierno en la primera elección de 2011 genera un clima triunfalista en el oficialismo. La Presidenta puede mostrar un vínculo directo entre su intervención y el resultado logrado por Lucía Corpacci, que claramente la beneficia en términos simbolicos.
Artemio López: –No influye en lo cuantitativo, porque Catamarca aporta menos de un voto de cada cien nacionales. Pero influye cualitativamente, mostrando la potencia de la tracción de Cristina. Y eso es muy importante en distritos claves, con elecciones cerradas, como Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Capital Federal.
Roberto Bacman: –Es un hecho simbólico que reafirma una tendencia nacional: la existencia de una sola consigna de referencia dominante, la del gobierno nacional, que se sustenta en su modelo de gestión. ¿La oposición a nivel nacional? Sigue dispersa y atomizada, sin que ningún partido logre demostrarles a los argentinos que posee la capacidad de convertirse en una opción concreta de gobernabilidad alternativa al kirchnerismo.
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