La temperatura política en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) subió ayer varios grados después de conocerse los resultados de la elección del domingo, en que la mayor noticia fue la cantidad de votantes: más de 10 mil. Temprano, el candidato del Bloque Unido Religioso salió a dar por hecho que será el nuevo titular de la AMIA porque el sector ortodoxo fue votado como primera minoría con el 41 por ciento de los votos. Sin embargo, desde Acción Plural –que reúne a los sectores más liberales y progresistas del judaísmo y sacó el 36 por ciento– sostuvieron que los resultados demuestran que la mayoría de la comunidad no es ortodoxa, porque un 59 por ciento votó por alternativas más abiertas. Sobre esa base, adelantaron una negociación con la lista que se ubicó tercera, Frente Comunitario (20 por ciento), para que, sumando los representantes, puedan consagrar a Luis Grynwald, de Acción Plural, como presidente de la AMIA. El contrapunto es nítido. En diálogo con este diario, del lado ortodoxo dijeron que “el presidente es (Angel) Barman” y desde Acción Plural afirmaron que “hoy por hoy, el presidente es Grynwald”.

La lógica indica que los sectores no ortodoxos deberían ponerse de acuerdo, sobre todo porque en la lista 2, Frente Comunitario, revistan el laborismo y el sector llamado Amia para Todos, que en su momento acaudilló el rabino Sergio Bergman y que se consideraba no ortodoxo en lo religioso. Sin embargo, hace tres años se produjo un impacto enorme cuando los seguidores de Bergman terminaron negociando con el Bloque Unido Religioso y permitieron la elección como presidente del actual titular, Guillermo Borger. Entonces no faltaron quienes acusaron a Bergman de romper con todas sus promesas.

Ahora no está claro qué va a suceder. El candidato de Acción Plural, Grynwald, había dicho antes de la elección que debe respetarse la primera minoría, pero ayer el postulante a vicepresidente de Acción Plural, José Adaszko, le dijo a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que no comparte lo dicho por Grynwald y que la realidad es que la mayoría en la AMIA votó por “una conducción librepensante”. “Hay que encontrar los caminos que nos unen y llegar a acuerdos”, sostuvo Adaszko en referencia a una eventual confluencia con la lista 2.

Aunque nadie lo hizo público, todos saben que las dos listas que reunieron más votos –los religiosos y Acción Plural– iniciaron negociaciones ayer mismo con la lista 2, que es la que va a inclinar la balanza para un lado u otro. Pero no todo es homogéneo, aun dentro de cada lista. Se dice que en Frente Comunitario hay quienes sostienen firmemente que debe llegarse a un acuerdo con Acción Plural y otros que no están convencidos.

La Asamblea de Representantes se reunirá el 12 de mayo. De los 90 integrantes, 37 serán del Bloque Unido Religioso, 32 de Acción Plural, 18 del Frente Comunitario y tres de la cuarta lista, Iajad. Se necesitarán 46 votos para elegir presidente.

La AMIA es una de las dos instituciones –junto con la DAIA– que se constituyen en voceros de la comunidad judía argentina. Juega un fuerte rol en la red de escuelas judías, tiene una bolsa de trabajo reconocida, intensa actividad cultural, es referente nacional en materia de acciones solidarias, atención a personas de tercera edad y respaldo a personas con capacidades diferentes. Dentro de la propia comunidad, la AMIA administra los cementerios y fija ciertas líneas en el terreno religioso. Además, la conducción de la AMIA tiene incidencia en todo lo relacionado con las causas por el atentado que sufrió en 1994.