Muchas veces la pregunta “¿por qué no se une la izquierda?” quedó sin respuesta, pero ahora algo cambió, tras la reforma electoral que califican de “proscriptiva”. En pocas horas será anunciado un frente que contendrá a los principales partidos trotskistas, el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), junto con otros de la misma ideología como Izquierda Socialista (IS). La inédita alianza es la única esperanza que tienen estas organizaciones políticas para conseguir los votos necesarios y pasar las llamadas “primarias”, elecciones abiertas obligatorias de agosto, y finalmente poder competir en octubre. Después de décadas de frustrados intentos de unidad, la noticia del “importante grado de acuerdo” para conformar un frente de izquierda causó conmoción en el mundillo de militantes y seguidores de estos partidos.

Aunque las negociaciones todavía están en marcha, el anuncio es inminente y trascendió que uno de los principales dirigentes del PO ocuparía la candidatura a presidente, y al PTS le tocaría la vicepresidencia. Nadie quiso confirmarlo pero la fórmula sería Jorge Altamira y Christian “Chipi” Castillo. Tampoco está definido el nombre, que podría ser Frente de Izquierda y los Trabajadores o Frente de Izquierda, a secas. El armado permitirá a los trotskistas presentarse en 19 distritos, lo cual muestra la magnitud del acuerdo alcanzado y potencia las posibilidades de superar los 350 mil votos necesarios para llegar a la elección de octubre. Fuentes del PO recordaban que, en la elección de 2009, estos partidos sumaron entre todos 400 mil votos, aunque aclaraban que aquella contienda fue legislativa.

Desde el PTS precisaron que su partido llevaría un candidato a jefe de Gobierno porteño por el aún nonato frente, mientras que el postulante a primer legislador sería del PO. El anunció se haría el jueves, a las 14, en el recuperado Hotel Bauen, aunque las fuentes insistieron en que en esa oportunidad aún no se darían nombres. Además, explicaron que el bautismo de fuego sería el 12 de junio, en las elecciones en Neuquén, donde entre los candidatos a legisladores, y con posibilidades de obtener una banca, habría trabajadores de la fábrica bajo gestión obrera Fasinpat (ex Zanon).

Anoche, en la nueva sede del PO de la calle Venezuela, hubo un agasajo a la prensa por el “trabajo conjunto” realizado a partir del asesinato del militante de ese partido, Mariano Ferreyra, que culminó con la confirmación del encarcelamiento del líder de la Unión Ferroviaria (UF), José Pedraza. Y como agradecimiento por la difusión de la campaña para juntar fondos para la recuperación de Elsa Rodríguez, herida durante la emboscada de la patota de la UF que asesinó a Ferreyra. “Esto es de un gran impacto, mientras todos se disgregan vamos juntos, no como (Fernando “Pino”) Solanas que es la colectora de (Hermes) Binner o (Martín) Sabbatella, que es la colectora de Kirchner”, dijo el dirigente Marcelo Ramal. “En lo electoral no estará ausente el reflejo de la lucha por la renovación que estamos dando, donde, por ejemplo, en la paritaria ferroviaria se empiezan a preguntar si la burocracia descabezada tiene legítimo mandato para discutir salarios”, agregó. A fines de este mes el PO realiza su congreso, y se esperaba que las novedades surgieran luego del mismo y no antes, de ahí la sorpresa por el rápido acuerdo.

Izquierda Socialista estaría adentro del armado, que incluye la postulación de candidatos a nivel nacional y en casi todas las provincias. Quienes aún se muestran reticentes a ingresar al frente son los dirigentes del Nuevo MAS (Movimiento al Socialismo).