EL PAíS › EL OBJETIVO DEL ARMADO POLíTICO QUE PLANTEA MARTíN SABBATELLA
El candidato a gobernador de Nuevo Encuentro se propone construir “una nueva identidad del kirchnerismo”. En las próximas elecciones apunta a fortalecer su espacio con la idea de que se convierta en una pata del “cristinismo” en el futuro.
› Por Fernando Cibeira
En el entorno del candidato a gobernador de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, aseguran que jamás alguien del Gobierno le planteó que su lista de adhesión en la provincia de Buenos Aires debería llevar candidatos a diputados y a intendentes del PJ. “Aceptar eso sería eliminar todo lo distinto que nosotros le podemos aportar a la candidatura presidencial de Cristina. Además, no cumpliría con lo que acordamos en su momento con Néstor Kirchner”, responden allí. Más que por ese lado, las preocupaciones de Sabbatella de estos días pasan por la construcción de “una nueva identidad del kirchnerismo”, explican, idea que tendrá una primera e importante escala en las elecciones de este año pero que se terminará de definir en el camino hacia 2015.
Es lógico que ni el gobernador Daniel Scioli ni los intendentes del conurbano estén felices con la boleta “adherida” de Nuevo Encuentro. Según las encuestas, Sabbatella obtendría entre un 10 y un 12 por ciento de los votos que los peronistas bonaerenses entienden que le están sacando del bolsillo. Eso se traducirá en una interesante cosecha de diputados nacionales, legisladores provinciales y concejales municipales para una fuerza joven.
Tan es así que Sabbatella desechó la idea de algunos de los principales dirigentes de su fuerza que se ilusionaban con pelear la intendencia de sus distritos: el ex fiscal Carlos Cañón (Bahía Blanca), el socialista Ariel Basteiro (Ituzaingó) y el ex diputado Carlos Raimundi (La Plata). “Tenemos pocas caras conocidas, así que los tres van a estar en la lista de diputados. Tienen que subirse a un auto y recorrer la provincia todo el tiempo de acá a octubre”, fue la orden que bajó el ex intendente de Morón. En cambio, lo que no funcionó fue la intención de sumar al espacio a Luis D’Elía por diferencias sobre el lugar que debía ocupar.
El objetivo de Sabbatella en esta elección es fortalecer la identidad de Nuevo Encuentro, pensándolo como una pata del armado del “cristinismo” en el futuro. En un adelanto de ese plan, elaboran estrategias de alianzas con los K afines. A los tres candidatos del kirchnerismo porteño –Daniel Filmus, Amado Boudou y Carlos Tomada– les plantearon la necesidad de armar una coalición lo más amplia posible para derrotar al macrismo. “Hay que lanzar algo colorido, algo que se vea alegre y novedoso”, les propusieron. El sabbatellismo aspira a poner al segundo de la fórmula y abre un abanico de opciones según la búsqueda se oriente a un hombre o una mujer, a un joven o alguien con más experiencia: Carlos Heller, Vilma Ibarra, Gonzalo Ruanova y Gabriela Cerruti forman parte de ese variado menú para la vicejefatura.
En Santa Fe, Nuevo Encuentro formó alianza con el precandidato Agustín Rossi. En Entre Ríos hicieron lo mismo con el gobernador Sergio Urribarri, que apuesta a su reelección. “Son dos dirigentes con los que tenemos mucha afinidad”, explican cerca de Sabbatella.
No es el caso de José Manuel de la Sota, quien todo indica que será el candidato a gobernador que apoyará la Casa Rosada en Córdoba. Si eso se confirma, adelantan en Nuevo Encuentro, armarán una lista por afuera con sectores kirchneristas, muy posiblemente llevando como candidato a gobernador a Carlos Vicente, el viceintendente de Córdoba capital. La movida, imaginan, más que perjudicar a De la Sota le puede restar a Luis Juez, que es de donde proviene Vicente.
Un esquema similar planean para Tierra del Fuego, donde el sabbatellismo tendrá su propia boleta encabezada por el senador José Martínez, escindido de las filas del ARI de la gobernadora Fabiana Ríos, quien pretende ser reelecta. En Nuevo Encuentro sostienen que los votos que obtengan seguramente irán en desmedro de Ríos y puede que terminen ayudando a la consagración de la kirchnerista Rosana Bertone.
Se verá. Todo sea para aportar al nacimiento de lo que entienden debe ser “una nueva fuerza política y social en la Argentina pensando ya en 2015, algo que englobe a todos los que ahora apoyamos muy fuerte a Cristina”, es lo que afirman. Aclaran que no es un armado contra el peronismo, sino algo que seguramente lo tendrá como su columna fundamental pero también vaya más allá. “El kirchnerismo puede ser la identidad de todos”, imaginan, en una reelaboración de lo que en los albores de la era K se denominó transversalidad. “Debe ser una nueva etapa del movimiento nacional y popular. El kirchnerismo tiene que ser un elemento fundante –se entusiasman–, lo que marque un antes y un después en la construcción política en el país.”
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